El paso de la edad nos conduce a comparar continuamente lo que sucede con lo que sucedió.
Podría decirse que una vez que traspasas la barrera de los sesenta años, que yo traspasé hace algún tiempo, la vieja frase "cualquier tiempo pasado fue mejor" cobra un sentido poderoso y nos hace ver a personas y situaciones del presente con un cierto desprecio.
Aunque entendamos que vivimos en un mundo mejor en muchos aspectos al que hemos dejado atrás, pensemos en términos de salud o de tecnologías habilitantes de nuevas experiencias, lo cierto es que cuando establecemos comparaciones, estas suelen resultar muy poco halagadoras para el presente y sus protagonistas.
La crisis del PSOE es uno de esos acontecimientos en el que se muestran con claridad y desgarro la perdida de sustancia y de trascendencia que acompaña a los actuales líderes, sus motivos y sus propuestas.
¿Como podríamos comparar favorablemente a Zapatero, Sánchez o Susana Díaz con Felipe Gonzalez, Alfonso Guerra o Javier Solana? ¿Y si nos vamos más lejos y llegamos a Indalecio Prieto, Largo Caballero, Julian Besteiro o el doctor Negrín?
Y en la derecha, ¿podríamos comparar a Rajoy, Aznar y Rato con Maeztu, Gil Robles y Calvo Sotelo? ¿Y con Sagasta, Canovas del Castillo o Antonio Maura?
¿Que está pasando en la política española para que los líderes políticos sean cada vez más escualidos y elementales?
¿No será que la política solo atrae a mediocres con ganes de medrar o a inútiles que ven en los cargos su única oportunidad de alcanzar un sueldo y unas prebendas considerables?
Es posible que la respuesta esté en el hecho de que en realidad ya no hay política, es decir que ya no se trata de establecer formas diferentes de organizar la coexistencia y la sociedad, sino tan solo de administrar unos caudales públicos muy cuantiosos para asegurar unos servicios y prestaciones inamovibles a ojos de una inmensa mayoría de ciudadanos.
Pero si se trata tan solo de administrar, ¿no sería mejor asegurar la capacidad profesional de aquellos que tienen que ejercer tal labor?
De que sirve toda esta cháchara insufrible de unas supuestas derechas e izquierdas si al final todo se reduce a asegurar la seguridad social y las pensiones?
¿Que diferencia hay entre lo que hacen los unos y los otros?
Y ¿que sucede cuando unos indocumentados pretenden alterar el curso de las cosas con supuestas "nuevas políticas"?
Admitamos, como ya he dicho, que ahora se vive mucho mejor que en tiempos de Cánovas o de Iglesias (el original), y admitamos que las propuestas históricas de "nuevas políticas" suelen terminar en grandes desastres.
Recordemos que defensores de "nuevas políticas" fueron José Antonio Primo de Rivera o El Campesino, por citar solo dos.
Admitamos que la felicidad sobre la Tierra es muy difícil de conseguir y que por tanto cuando se quiere avanzar demasiado deprisa en esa dirección se suele ir hacia detrás en vez de hacia adelante.
Admitamos pues que la acción política del presente está muy limitada puesto que se trata de ir haciendo pequeños retoque a una maquinaria que mal que bien funciona y que por otra parte solo los insensatos pretenden cambiarla o sustituirla por otra más "perfecta".
Admitamos que las únicas propuestas políticas en los últimos años son las que provienen del Romanticismo, como son los nacionalismos, o directamente del nihilismo anti-racionalista, bien sea por el ala derecha (véase el retorno de la extrema derecha, el aislacionismo británico, o el podemismo hispano).
Y recordemos que esas propuestas políticas alternativas solo conducen a la ruptura social y la violencia consiguiente.
¿En estos términos, no podríamos ponernos de acuerdo en que hay que exigir a los que encabecen propuestas constructivas o simplemente racionales, un poco de salero y de imaginación para ilusionarnos con unas perspectivas de futuro al menos un poco creíbles?
¿No podríamos exigir a los partidos que se esfuercen un poco para no proponernos tontos del culo como Zapatero, bustos parlantes como Rajoy, o esfinges enfadadas como Sánchez?
¿No comprenden los estrategas de los partidos o sus jefes que si no nos proponen a personas con algo que decir y con carisma para decirlo y que nos lo creamos, estaremos en manos de incendiarios como Iglesias (el menor), o Errejones de pacotilla?
Y esto me lleva a una última comparación odiosa:
¿Podríamos comparar a Iglesias y Errejón con Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri?
Pues eso.
jueves, 29 de septiembre de 2016
Comparaciones odiosas
Publicado por Antonio Cordón a las 17:02 0 comentarios
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Los océanos de Europa
El anuncio de la NASA de que en Europa, la luna de Júpiter, hay extensos océanos que podrían albergar vida y que se proponen enviar una expedición dentro de unos años, me ha sumido en la perplejidad.
No porque tal misión sea imposible, sino porque esa era la misión que el ordenador Hal y sus compañeros humanos emprendían en la película 2001 una Odisea Espacial, cuyo guión escribieron a medias Arthur Clarke y Stanley Kubrick, a partir de unos cuentos del primero, y que luego Clarke desarrolló en la novela homóloga y en las siguientes e la saga.
Concretamente, la misión a Europa se desarrolla finalmente en la primera secuela de la serie.
No se si se trata de un homenaje de la NASA a los dos genios anteriormente nombrados o una nueva ocurrencia de la afirmación "la vida imita al arte".
2001, la novela, fué publicada en 1968, mismo año del estreno de la película, y los cuentos originarios son de finales de los años cincuenta.
Es una pena que los anuncios de la NASA ya no interesen a nadie y que se haya perdido toda la magia que envolvió los acontecimientos espaciales de aquellos años.
Me parece muy revelador que una película sobre el posible encuentro de vida en el exterior causase tal impacto en 1968, un año en el que tantas cosas estaban pasando, y hoy el anuncio de un viaje de verdad a Europa pase totalmente desapercibido, mientras dedicamos toda nuestra atención a las peripecias de partidos políticos y personajillos de una farándula mínima que reclaman toda la atención de una sociedad enferma y carente completamente de pulso.
Verdaderamente es desolador el cambio de nuestra mentalidad en comparación con la que existía en 1968.
La tecnología y el dinero ocupan hoy el centro del escenario. La esperanza se ha refugiado en la salud y el miedo a los cambios nos tiene bloqueados.
Incluso las grandes aventuras se han privatizado. Como los países se encuentran en una situación catatónica, incluyendo al que fuese gran paladín de la aventura espacial, ahora son empresarios como el dueño de Virgin o el dueño de Tesla, los que quieren ir a la Luna o como ahora dice el de Tesla, colonizar Marte.
No se si tendrán tanto dinero, aunque dado el nivel de concentración de riqueza que produce hoy día el capitalismo, todo podría suceder.
El caso es que en 1968 el sueño espacial era uno de los sueños de las sociedades avanzadas y hoy es el sueño de unos multimillonarios.
La verdad es que eso la ciencia ficción no lo había previsto.
Estamos pasando del sueño de un mundo unido con un gobierno universal a una realidad de personas que hacen fortunas colosales como nunca se había conocido en la historia de la Humanidad.
No se si en los océanos de Europa latirá alguna vida, o si en Marte a 150 grados bajo cero se vivirá con comodidad, pero de lo que estoy cada vez más seguro es que aquí en el planeta Tierra la vida se va a ir haciendo cada vez más difícil.
Y como reflexión final, espero que si encontramos una especie de ballenas gordas pululando por los océanos de Europa no nos las comamos como hicimos con los pájaros Dodó.
Recordemos que la especie humana tiene un triste historial en materia de exterminios.
Publicado por Antonio Cordón a las 17:41 0 comentarios
jueves, 15 de septiembre de 2016
Noticia bomba en TORD-EH-SIYAAH
Tord-eh-Siyaah,(Papua Nueva Guinea). De nuestros enviados especiales.
Un gran revuelo internacional ha causado el asesinato ritual y posterior barbacoa del enviado de Naciones Unidas en la remota región de Tord-eh-Siyaah, el fallecido y deglutido señor X. (no se incluye el nombre por respeto a la atribulada familia).
En efecto, los nativos de las aldeas en esta región montañosa del interior de Papua Nueva Guinea, han reaccionado bastante mal al intento de su gobierno central de prohibir las costumbres ancestrales que vienen celebrando año tras año desde la más remota antigüedad, y que consiste en matar ritualmente a un extranjero para después desmenbrarlo, eviscerarlo y asarlo a la barbacoa para consumirlo entre todos los habitantes de la zona y sus invitados de otras demarcaciones.
El Gobierno papuano, deseoso de alcanzar algún grado de respetabilidad en la comunidad internacional, lleva un tiempo erradicar tales prácticas que considera poco afines con la modernidad y la política de respeto a los derechos humanos tan cara a los europeos y otros pueblos "flojuchos".
Como señala el cacique tord-eh-sillaahno, "hemos venido sacrificando y despedazando a un forastero desde los tiempos más antiguos, y no van a venir ahora los de fuera a poner en tela de juicio nuestras costumbres".
Una señora, vecina del pueblo, apostilla: "si no quieren que los sacrifiquemos y nos los comamos, que no vengan".
Al parecer existe un enorme consenso en el pueblo y alrededores sobre el derecho que les asiste a mantener sus costumbres: "nuestros abuelos ya lo hacían y nuestros padres también, y nunca pasaba nada. Todo esto es por culpa de la televisión y por la presión de los maricas de mierda de la capital. ¿Si nos gusta comer carne humana, por qué vamos a tener que dejar de hacerlo? Se manifiesta indignado un papuano.
El asunto ha llegado a la comisión de derechos humanos papuana que se manifiesta incapaz de establecer que derecho es mayor: el de la víctima sacrificada, (que al fin y al cabo es solo una cada año), o el del conjunto de la población tord-eh-siyanaah, que tan enardecidamente defiende sus costumbres y rituales.
El experto en costumbres religiosas consuetudinarias de la universidad papuana Mr. Godd afirma que la libertad de culto está por encima de otras libertades como la de conservar la vida, ya que "si el altísimo nos ha dado dientes para algo será".
Sin embargo las autoridades papuanas se mantienen firmes en su prohibición ya que "no está bien tratar así a los turistas que al fin y al cabo nos traen divisas".
Por ello el año que viene solo se autorizará la llamada fiesta del churrasco en el caso de que los organizadores renuncien a que el sacrificio sea público como hasta ahora y se realice en un ámbito privado.
Pero esto no gusta a los nativos y residentes de la zona que opinan que "si no escuchamos al reo gritar de dolor y no sentimos la cálida sangre salpicando nuestros pechos, la fiesta no tiene ni puta gracia".
El caso es que los nativos están muy cabreados con la dulcificación de una fiesta tradicional tan importante y amenazan con asesinar y comerse a todos los árbitros de fútbol que tengan la mala suerte de ser enviados a pitar los partidos del equipo local, justamente llamado "los despedazadores".
La tensión se masca en la zona y la verdad es que las caras de los nativos muestran la determinación a seguir con sus costumbres diga lo que diga el gobierno y "todos esos maricones".
Ante la pinta que tomaban los hechos, este equipo de corresponsales salió huyendo aunque a alguien debieron pillar los nativos ya que aullaban alborozados y un fuerte olor a barbacoa se comenzó a extender por las llanuras tord-eh-siyanaahs según se retiraban las fuerzas del orden enviadas.
A modo de reflexión, un policía nos dijo, "a lo mejor esto mejoraría si les convencemos que en vez de sacrificar a un forastero, cada año se sacrifique a uno del pueblo por riguroso sorteo".
Publicado por Antonio Cordón a las 18:28 0 comentarios