sábado, 31 de diciembre de 2016

El futuro no está escrito. 2017 un enigma.

El futuro no está escrito, pero se escribe con la tinta que vamos dejando por el camino los seres humanos y las instituciones que hemos construido para protegernos (eso creían nuestros ancestros cuando las crearon).

Así que en base a esta consideración, y mientras se pone el sol en este último día de 2016, me pongo a la grata tarea de teorizar sobre el año que viene.

Para empezar naturalmente, hay que hablar de Trump, esa broma con tupé que sustituye al niño mimado de Harvard, o sea Obama. Trump es hijo de un millonario o sea que no es un paleto aunque como otros hijos de millonarios como Bush junior, se hace pasar por un tipo del pueblo llano a fin de conseguir los votos de los paletos. Pues ya los tiene, y ahora veremos que hace con ellos.

Creo que a lo largo de 2016 vamos a ver muchos gestos relacionados con poner en su sitio a los modernos buenistas que han tenido a Obama como gran líder. O sea que veremos mas heteros clásicos y mujeres con vestidos en puestos de responsabilidad y los proto-palestinos progres tampoco van a estar de moda, pero en las cuestiones importantes los USA seguirán comportándose como de costumbre. Obama no pudo cerrar Guantánamo en ocho años y Trump tampoco podrá cerrar otras muchas iniciativas iniciadas por los listos de Harvard. Así que tranquilos, no tendremos embajadores gay que salgan en el Hola y el ABC pero las bases seguirán funcionando.

Putin calculo que va tener un buen año. Los americanos se van a desplegar en Polonia y los países bálticos, pero no en Ucrania, que tácitamente se deja para los rusos.

El éxito en Siria de la aviación rusa ha devuelto a Rusia a la escena imperial y supongo que le van a coger gusto, hasta que los americanos les paren en seco o hasta que comience una nueva guerra fria, que tanto bien hizo a Estados Unidos y para que engañarnos a todo el mundo. No hay nada mejor que tener un enemigo para que todo funcione.

Los chinos seguirán con sus cosas, o sea tratando de imponerse como un gran poder, pero tienen los pies de barro y lo saben, así que intentarán negociar con los americanos para que no pase nada importante aunque tengan que dejar que Trump se marque algún éxito interno.

Será interesante saber el punto de vista trumpiano con respecto a las guerras de la droga y ahí podemos ver algún cambio. La marihuana se sigue legalizando en más estados de los USA y tarde o temprano ocurrirá en Europa.

El desempleo seguirá siendo un fantasma muy grande en el horizonte y los ensayos de salario básico social se seguirán produciendo. Es algo inevitable.

En Europa con varias elecciones en marcha va ser un año movidito. Las negociaciones de Brexit, las elecciones francesas...Si continuamos con atentados islamistas y con mas invasiones de refugiados, el aumento de la xenofobia nacionalista es inevitable y sus resultados desastrosos.

Ya podemos los pro-europeos movernos porque los cafres están saliendo de las madrigueras.

¿Y la economía mundial?

Me da en la nariz que las políticas de Trump van a ser aplaudidas por los mercados pero hay demasiado dinero en el ambiente y las burbujas se pueden formar en cualquier momento. No quiero pensar en un hundimiento de la economía china. Sería terrible para todos.

En nuestro querido país, 2017 será el año catalán. Me mata el aburrimiento solo de pensarlo.

Puigdemont, los de Esquerra, los anticapitalistas y todos los espectros del carnaval nacionalista saldrán a la calle como los espectros en la noche de Walpurgis, y nos lanzarán sus soflamas. En "Madrid" se encontrarán con "cara de piedra" Rajoy, que repetirá hasta la nausea lo de la ley y la Constitución, y por debajo de la mesa irán negociando para ver como salen del lio del referendum.

Y nuestro país seguirá su marcha hacia ninguna parte, cada vez más dependiente del turismo y de los bares.

Nuestros hijos seguirán cogiendo la vía del exilio hacia países con industria y por Navidad volverán a casa...o no.

Se estrenarán algunas películas interesantes, se publicarán algunos libros dignos de lectura y pasarán algunas cosas curiosas que nos alegren un poco la vida entre tanto Trump, Putin y Puigdemont.

Se venderán menos periódicos, la incultura se extenderá todavía más a pesar o como consecuencia de los diversos planes de educación, y seguiremos pegados al móvil.

El clima seguirá medio loco, y se multiplicarán los planes para disminuir la contaminación, a pesar de la evidencia de que somos los humanos con nuestra existencia los que provocamos los cambios, y que vamos a seguir consumiendo todo lo que podamos.

No creo que todavía 2017 sea el año del coche eléctrico, pero nos lo van a intentar vender de todas todas.

Algo van a sacar al mercado que cree una nueva furia compradora ahora que las sucesivas generaciones de smart phone ya no suponen ninguna sorpresa. Yo no se que va a ser. Me estoy volviendo viejo.

Yo pensé que vería la marihuana en los estancos y las películas con actores digitalizados, pero ya no lo se. Me hago viejo y las imágenes virtuales son todavía un poco groseras.

Espero que me guste la nueva temporada de Juego de Tronos.

Espero que el Real Madrid gane la liga.

Espero que me respeten las lesiones.

Y que mis seres queridos prosperen y sean felices dentro de lo que se pueda.

Y poco más.

2017 al final habrá sido otro año anodino en el mejor de los casos, o un año interesante en el peor.

Yo voto por un poco de aburrimiento.      

 

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Final de año apocalíptico en Madrid

No solo se muere la princesa Leia de un ataque cardiaco, y no solo casi me muero yo tras leer en El País que la actriz Carrie Fisher había hecho un cameo en la película Rogue One cuando en realidad se trata de una imagen digital, y no solo la alcaldesa de Madrid pone en marcha el protocolo de contaminación grave que nos va a dejar sin coche en estos días tan señalados de fin de año, sino que además hayan un primate catalán que vivió en Lérida hace millones de años demostrando así que las raices de los Pujol son muy profundas.

Yo confieso que termino el año en estado de estupor sin saber ya a ciencia cierta si estamos en invierno o ya podemos dar por finiquitada esta estación en nuestro país, si Podemos se ha transmutado en el viejo PCUS de José Stalin, si Sanchez va a volver a dar clases de Economía, si Soraya se va a mudar a Barcelona, si Puigdemont tiene un pacto con Belzebú para que no le crezca el pelo, o si el acento de Rita Maestre se debe a la ingestión masiva de tortitas con nata.

Tampoco me aclaro sobre si nuestro país sale ya de la crisis o no, si nuestros bolsillos resistirán las batidas inmisericordes de Montoro, si el PP será encausado alguna vez, si se atreverá alguien a presentarse para secretario general del PSOE, o si toda esa gente que entra en las tiendas es para comprar algo o para mirar.

Si miro al escenario internacional, me encuentro con la familia Trump que no sé si va a romper a cantar una melodía tirolesa o a invocar a los dioses del Valhaya, a Vladimir Putin que cada día que pasa tiene una cara más parecida a las representaciones de un Jan tártaro, a la primera ministra británica que parece un ama de casa muy cabreada, a Angela Merkel que cada día parece más la abuelita de las galletas, y a un montón de políticos poniendo cara de malos.

Si miro los medios de comunicación, me cuentan que Occidente ha decidido ahora que Israel tiene la culpa de todo, que los defensores de Aleppo eran como los elfos del señor de los anillos, o sea buenísimos, que los chinos van a quebrar cualquier día de estos, que los ucranianos...¿que demonios pasó con los ucranianos?, que cada día hay menos pobreza en el mundo y mas igualdad, (y ¿por qué hay tanta gente desesperada cruzando el Mediterráneo o el desierto de Sonora?), y que estamos todos muy tristes por la suerte de la princesa Laia.

O sea que termina 2016 con un panorama verdaderamente truculento:

- Los gobernantes ilustrados se retiran y llegan otros que parecen más amantes de volver al garrotazo.

- La economía mundial no sabe si crecer o darse otro coscorrón.

- Los ciudadanos no saben si echar a todos los inmigrantes o abrir los países de para en par.

- El clima no sabe si seguir con la añorada normalidad o comenzar el apocalipsis.

- Montoro no sabe si dejarnos respirar o aplicarnos otra vuelta de tuerca.

- La prensa no sabe si los que ganan en Siria son los buenos o son los malos.

-El Papa no sabe si rezar o hacerse de Podemos.

- Las empresas no saben si seguir echando gente o si convertir a sus empleados restantes en seres mutantes capaces de trabajar 24X365

- Los periódicos no saben si reciclarse en revistas humorísticas

- Los mendigos no saben si ponerse a adelgazar.

- Los que se retiraron de fumar no saben si volver a fumar.

Y en general estamos todos mas perdidos que una jirafa en la casita de Blancanieves.

Y muy necesitados de que alguien nos explique que está pasando.

Y nadie lo hace.

A mi me gustaría saberlo y os aseguro que lo compartiría con vosotros.

¡Pero no tengo ni puta idea!

    

jueves, 22 de diciembre de 2016

Europa, un gallinero.

Ahora resulta que el más que posible autor de la matanza de Berlin es un tunecino fichado por las policías alemana e italiana, y con orden de expulsión. Vale.

Y que decir de los muchos que afirman que todo esto es una conspiración para maltratar a los refugiados.

O de los que dicen que hay que expulsar a todos los refugiados.

No escucho a nadie decir que lo que hay que hacer es aplicar la ley, o reformar la ley para permitir actuar con contundencia frente a aquellos refugiados o emigrados que sean considerados indeseables.

Y eso es algo que me preocupa porque si nadie defiende las posiciones razonables, solo quedarán aquellos que defienden las que no lo son tanto.

Cada vez que se produce un atentado se repiten los mismos datos:

El autor o autores pertenece al grupo de los refugiados recientes o bien al grupo de los emigrantes menos recientes.

Pertenece a colectivos de islamistas radicales.

Tiene antecedentes de pequeña delincuencia.

Los políticos de turno nos dicen que esto es intolerable pero lo único que hacen es poner controles de seguridad cuya misión es la de "tranquilizar a la población".

Los papagayos de la izquierda buenista saltan en defensa de refugiados y emigrantes.

La vida sigue y en el lugar de los hechos solo queda un montón de velitas y flores marchitas.

Y hasta el siguiente atentado.

Pero como la gente no es tonta, va quedando un runrun de que "aquí nadie hace nada", que naturalmente aprovechan los que están contra el sistema europeo y a favor de los viejos nacionalismos.

Y atentado tras atentado estos partidos crecen.

¿Tan difícil es que las policías europeas de los países europeos de la Unión Europea se pongan de acuerdo en compartir información?

¿Tan difícil es poner en vigor una ley de excepción que permita expulsar de territorio europeo a aquellos individuos sospechosos de terrorismo y aledaños radicales?

¿Tendremos que esperar a que gane la extrema derecha en todos los países europeos, (menos en España donde ganará la extrema izquierda), para lamentar lo que tendríamos que haber hecho y no hicimos?

Y lo mismo es aplicable a las bandas latinas, las mafias chinas, o el sunsum cordam.

martes, 20 de diciembre de 2016

Then we take Berlin

Pues si. Primero tomaron Manhattan y ahora le toca a Berlin. Precisamente junto a la iglesia del Kaiser Guillermo, un monumento al pasado dramático de la ciudad, y en un mercadillo navideño.

Los amantes de los símbolos tienen trabajo para sacar todos sus significados pero a mi me parece que esta vez todo está bastante claro aunque los portavoces del gobierno alemán se hayan tomado su tiempo en aras de la prudencia.

Una vez más las células durmientes que residen entre nosotros se activan para provocarnos y causar algún estrago.

Y mientras un policía turco asesina a tiros al embajador ruso en Ankara. Y lo reivindica en nombre de las víctimas de Alepo.

Es todo un puzle en el que se mezclan las fichas: Siria, Irak, Afganistan, Chechenia, Sudán, Turquía, Yemen, Arabia Saudí, Pakistan e Iran. Milicias sunnies, chiies, alauis, kurdas...La coalición militar de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, los rusos en apoyo al régimen de El Asad, el gobierno títere de Bagdad, el gobierno integrista turco....

Y la ola de refugiados que comenzó en los campos de batalla de la guerra civil siria, pasó por Turquía de este a oeste, (un camino muy largo por cierto), se embarcó en las costas de aquel país y pasó a las islas del Egeo primero y al territorio de la Grecia continental después para llegar finalmente a Alemania tras pasar por los Balcanes, forzando la entrada indiscriminada en aquel país, es decir sin control alguno, que es el vivero de la nueva generación de asesinos de la causa islámica.

Esa oleada de refugiados sospechosamente iniciada en los campos de refugiados de la frontera sirio-turca y que tanto fue jaleada por la izquierda buenista europea se parece bastante al caballo de Troya que los griegos les colaron a los troyanos en su ciudad.

Naturalmente no todos los refugiados son asesinos (vea por cierto quien tenga ganas la etimología de la palabra asesino), pero a mi no me cabe ninguna duda que ese movimiento de masas fue instigado por alguien, consentido por alguien, y dirigido contra la Europa comunitaria con una intención muy determinada: que los que tenían que pasar pasaran. En mi opinión los turcos saben del asunto mucho más de lo que cuentan.

Como saben del asunto los que nos envían imágenes dramáticas de Alepo, (las televisiones quataríes y saudíes), y nos ocultan las imágenes sospecho que con igual potencial dramático, de las ciudades que toman los del nuevo califato.

Es una guerra poliédrica en la que nosotros hacemos de caja de resonancia al servicio de unos y otros.

Curiosamente los europeos no tenemos mucho que ganar.

Ni tenemos una agenda como los americanos o los rusos, ni queremos recrear el sultanato otomano, ni el califato sunni. No tenemos nada que ganar y si mucho que perder.

Para empezar está en peligro la propia Unión Europea.

Si siguen los ataques en esta situación de saturación de emigrados y refugiados musulmanes, los nacionalismos ganarán posiciones y se derrumbará el sueño europeo.

Pero también está en peligro la propia democracia liberal que ha sido el sustento de nuestro modo de vida y que se llevarán por delante las legislaciones protectoras que nos acechan.

Ni norteamericanos ni rusos ni turcos, que son los que mueven los hilos de la guerra poliédrica se juegan nada que no sea sus estrategias de dominio geo-político. Nosotros si y somos los que con mayor torpeza nos movemos en este escenario.

Unas opiniones públicas intoxicadas de sentimentalismo y decadencia oscilan entre el miedo al siguiente atentado y el deseo infantil de atender a todos los males del mundo para poder seguir divirtiendonos sin remordimiento de conciencia.

Unos medios de comunicación desnortados que "informan" sin ningún criterio que no sea el vender el género a su clientela habitual.

Y una clase política desvergonzada y cínica que se aviene a cualquier cosa que sirva para recolectar un voto más, crean entre los tres una situación de inestabilidad explosiva que los que manejan los hilos conocen bien.

Es bastante desasosegante para mi ver como nos dan estopa sin que seamos capaces de reaccionar.

Y no hablo ni de expulsar a los emigrantes ni de bombardear nada. Hablo de tomarnos en serio esta amenaza y dejar de dedicar nuestro tiempo a discutir si Pablito o Iñiguito se besuquean o se odian.

Espero que haya alguien trabajando en la sombra que se ocupe de estas cosas. De lo contrario ya podemos darnos por emparedados entre los buenistas y sus memeces suicidas y los asesinos y sus atrocidades.

¡Que panorama!      
 

martes, 13 de diciembre de 2016

Nadia desnuda a los medios

Ya hemos hablado aquí mucho sobre el buenismo: es una religión en formación, llena de dogmas y sobre todo de sacerdotes improvisados que hablan desde sus púlpitos con la convicción absoluta de los que se acaban de convertir.

Y hemos advertido que el culto a la infancia y la sensiblería ñoña son dos de las características más emblemáticas de la nueva religión: junto con el feminismo, el amor a los animales, la antiviolencia, el respeto medio-ambiental, etc.

Todo ello sostenido por el masaje permanente de los medios de comunicación que nos señalan los comportamientos más reprobables: la violencia de género, la persecución a los emigrantes, los ataques del régimen sirio a los rebeldes de Aleppo, o ahora las villanías del nuevo presidente norteamericano, encarnación de Belcebú.

No voy a hablar de la apoteosis buenista de la celebración del solsticio de invierno en el Madrid de la sacerdotisa Carmena, ni de la visita de ésta y otras personalidades buenistas-podemitas al nuevo Vaticano-buenista del Papa Bergoglio.

Tampoco de los sucesivos descubrimientos del Caso Nadia Nerea (nombre buenista donde los haya), porque ahora vamos a ir de descubrimiento en descubrimiento.

Vamos a hablar de dos cuestiones relacionadas.

La primera es lo fácil que resulta para todo tipo de estafadores y vividores de toda laya ejercer sus malas artes en esta situación de exaltación de los valores buenistas, y la segunda es el papel de los medios de comunicación en dicho proceso de exaltación y de exacerbación de los sentimentalismos mas irracionales.

El mundo es un pozo de miserias en el que millones de niños sufren las inclemencias de la violencia, el hambre y el desarraigo. Millones de niños que te miran mientras cenas, comes o desayunas con sus caritas depauperadas. Hospitales infantiles bombardeados por los sicarios israelies, sirios, rusos o así.

Niños que llegan en las pateras africanas de la teta de sus madres, mientras los villanos de la policía los dan el alto en lo alto de las murallas de alambre espino con que protegemos nuestros egoismos.

Y finalmente, niños enfermos de enfermedades "raras", o sea lo último, víctimas inocentes de comidas alteradas, industrias contaminantes, los males del progreso. Algo que no se puede tolerar.

Las industrias médicas en su egoismo cerril y homicida se niegan a investigar el tratamiento necesario para salvar a estos niños y que puedan vivir sus pobres vidas aunque lo tengan que hacer en una burbuja.

Tenemos que hacer algo nos dicen por las calles, en las emisoras de radio, en las televisiones, en los anuncios publicitarios. ¡Tenemos que evitar tanta desdicha!

¿Como?

Pues pagando un pequeño donativo que no va a ninguna parte, y que podemos enviar a la cuenta corriente...

Desde cientos de lugares diferentes cada día recibimos la invitación a "dar un poco de lo que nos sobra" para anular el efecto pernicioso que tienen los ojos suplicantes de un niño en la digestión de nuestro menú del día.

No se cuanta gente vive de esta extorsión generalizada, pero debe ser mucha.

Tampoco se cuanta de esta ayuda llega finalmente a su destino, pero sospecho que es muy poca y es como una almendra en la boca de un león.

Pero de lo que estoy seguro es de que una buena parte de la "ayuda" termina en los bolsillos de gentes como el papá (supuesto papá) de la niña Nadia, o de los jefes tribales africanos, o en las cuentas suizas de algún intermediario.

Y en esta gigantesca manipulación  son imprescindibles cómplices los medios de comunicación.

Y nadie puede decir que se libra de esta culpa porque a todos llega.

El buenismo tiene algunos de sus principales seguidores en la profesión periodística, sobre todo entre los redactores que comparten credo buenista-populista que son legión.

Como toda la gente a ayudar son víctimas del "sistema" por unas cosas o por otras, ya sea por intermedio de las pérfidas multinacionales o del capitalismo, o de Israel, (supongo que ahora también Trump y los USA, después de la breve luna de miel obámica), proporcionales una plataforma para que puedan airear sus necesidades es una obligación del buen periodista buenista populista.

¿Para qué poner cortapisas a las reclamaciones de los que hablan en nombre de los desfavorecidos, agredidos, desamparados del mundo?

Vía libre a sus peticiones que siempre serán mejores que los argumentos de los malvados defensores del sistema.

¡Que la verdad no te estropee un buen programa de explotación de los sentimientos de las masas!

Sospecho que en consecuencia con el peso de la nueva religión y el deseo de que no se te identifique con los malos y réprobos come-niños refugiados, muchos redactores jefe hacen como que no ven, y los periodistas que todavía tengan vergüenza profesional se callarán y mirarán hacia otro lado mientras los buenistas se ponen medallas de audiencia y de bondad alimentando todas las historias que buscan culpabilizarnos y redimirnos a base de soltar los correspondientes óbolos.

Y cuando sucede un caso como el de Nadia, en el que desnudar al santo era tan fácil como mirar la historia del delincuente en internet, los santurrones se rasgan las vestiduras y se apresuran a decirnos que se trata de "un caso aislado" y que no debe interrumpirse la "cadena de la solidaridad". ¡Vaya cara!

Pero que nadie se preocupe.

Somos una sociedad tan tonta que por muchos padres de Nadia que aparezcan y mas evidencias de la ineficacia oenegera se amontonen, nuestro sentido de culpa será siempre más grande y ya se encargarán los medios de contarnos otras historias tristes y demandantes de nuestra "solidaridad".

Al fin y al cabo, la realidad se ha vuelto demasiado complicada.

Como dicen algunos vecinos del papá de Nadia, "El caso es que me mosqueaba que viviesen en la mejor casa del pueblo..."

Ni aun dándonos con la realidad en las narices nos enteramos.  

sábado, 12 de noviembre de 2016

Mi (pequeño) homenaje a Leonard Cohen

Una noche del invierno de 1972 me invitaron a cenar en casa de un matrimonio canadiense. Eran miembros de la pequeña comunidad Bahai, una religión muy minoritaria que cree que la revelación se va entregando por capítulos en las diferentes épocas de la humanidad y que ha sufrido persecuciones implacables desde que se fundó en los primeros años del siglo XX en Irán.

Después de cenar mientras hablábamos pusieron un disco de un cantante canadiense para mi desconocido que se llamaba Leonard Cohen.

Era su primer disco, el de la canción Suzanne, y desde las primeras notas me quedé enganchado.

La religión Bahai se quedó atrás pero Cohen se quedó conmigo para siempre.

Cuando llegó la compañía CBS a España comenzaron a editarse sus discos, y luego tuvimos aquí su primera actuación cuando ya se había editado su tercer disco.

Aquellos primeros discos son todavía una maravilla que se escucha con la misma sensación de estar asistiendo a una ceremonia de deslumbramiento que cuando los escuchamos por primera vez.

También por entonces se publicaron sus dos novelas, El juego favorito, (una especie de auto-biografía), y Los hermosos vencidos, que iba de religión y sus consecuencias.

Y también sus primeros poemarios.

La literatura nos servía para entender que Cohen no era un cantante al uso aunque se expresase como tal, y que cada canción era en realidad una pequeña historia sobre la soledad, las relaciones humanas, el amor y la muerte.

Así que aunque Cohen vivía como un cantante en gira permanente, en realidad no dejaba de ser un poeta que ponía música a sus poemas.

No tenía la fuerza arrolladora de Dylan, ni tampoco su capacidad para adentrarse en los géneros diversos de la música popular.

Cohen era siempre Cohen, aunque recurriese a producciones almibaradas o sometiese sus temas a ritmos sincopados.

Luego dejó de cantar y desapareció durante años hasta que la ruina económica le forzase a salir de nuevo de gira y a generar nuevos discos.

Su voz se había cascado y practicamente ya solo susurraba, pero sus actuaciones le granjearon una nueva popularidad. A su vejez se había vuelto accesible a nuevas generaciones que le escuchaban por primera vez.

El pasado lunes recibí su último disco y me lo llevé para escuchar en el coche.

Nada más empezar la primera canción me di cuenta de que este era un disco especial.

Mucho mejor que sus últimos trabajos. Mucho más inspirado. Trascendente incluso.

Y me di cuenta de que era su despedida. I am ready my Lord dice uno de los versos de la canción.

Y efectivamente esta semana llegó la noticia de su muerte, que debió conocer con la suficiente antelación como para escribir estas últimas y emocionantes canciones.

No se suelen escribir canciones sobre la muerte. No al menos de la muerte entendida como la propia desaparición. Y Cohen lo hace con su habitual elegancia y a través de imágenes poéticas muy emocionantes.

Así que desde aquella Suzaanne que te llevaba a su casa junto al río hasta esta oscuridad presentida y esperada son serenidad mientras se fuma un cigarrillo, la obra de Cohen nos ha regalado muchos momentos de paz y también de alegría.

Y lo ha hecho con sencillez y humildad. Sin gestos de divismo. Transmitiendo cercanía y gentileza.

A mucha gente las canciones de Cohen les parecen melopeas aburridas. Para mi siempre fueron como destellos de luz y compañeras de camino.

Y lo seguirán siendo.



          

jueves, 10 de noviembre de 2016

Los medios se explican

Está siendo muy divertido ver, escuchar y leer las "explicaciones" que los diferentes medios, articulistas, expertos, comentaristas, tertulianos y otras especies están proporcionándonos a los sufridos ciudadanos sobre el triunfo de Donald Trump.

La verdad es que pocas veces se ha hecho tanto el ridículo en los tiempos modernos como lo han hecho toda la tropa de "enteraos" que se ganan muy bien la vida a base de sugerir constantemente que ellos si que tienen un enlace directo con "la verdad".

Y resultaría muy cómico sino fuese porque en realidad la situación de los medios de comunicación es otra de las tragedias de nuestro tiempo debido al empobrecimiento de su capacidad para escrutar la realidad. Años de precariedad laboral, reducción de plantillas y dedicación a la triste tarea de ser portavoces de partidos políticos y centros de creación de historias políticas, han dejado a los medios como boletines ideológicos o tablones de anuncios de los mil caraduras que pueblan los salones del cotilleo y la maledicencia.

¿Para que ocuparse de la realidad, si la realidad es tan fea y triste?

Es mucho mejor ocuparse de las "celebrities" y sus historietas inventadas por departamentos de relaciones públicas, o ser directamente portavoces oficiosos de este u otro partido.

Vivimos en un tiempo en el que los escritores de historias y diseñadores de posicionamientos son mucho más listos y tienen más medios que los periodistas.

Y las historias, los relatos, los cuentos y las narraciones ocupan todo el espacio posible.

Veo "avezadas reporteras" "empotradas" en los carros de combate del ejército iraquí que nos cuentan como este ejército va de victoria en victoria. Veo más reporteras, (ahora son siempre reporteras), que reciben en las playas a los inmigrantes que casualmente desembarcan delante de ellas. Veo más reporteras en los cuarteles generales de este o aquel partido, (empotradas también). Veo legiones de periodistas que se van a Washington a "seguir" las elecciones de aquel país, (como si no pudiesen seguirlas desde aquí). Veo corresponsales que nos cuentan lo que ya hemos sabido horas antes por internet, y así todo.

Solo de tarde en tarde, un grupo de periódicos paga entre todos a algún experto de verdad y este nos cuenta una historia al estilo de la revista Rolling Stone, o sea novelando, y eso por lo menos se puede leer, aunque tampoco nos informe de nada.

Vivimos en la era de la información y resulta que estamos peor informados que nunca.

Eso si. Recibimos montañas de "información" cada día. Información de la que solo se puede estar seguro de una cosa: es información cocinada no por los periodistas sino por quien se la ha proporcionado al periodista de turno.

Y como la cocina que más funciona es la de partidos y ONGs, pues lo que resulta es una mezcla empalagosa de mensajes buenistas y teorías beneficiosas para este o para aquel.

En esta ensalada de certidumbres y verdades incontrovertibles la realidad resulta muy incomoda. Así que la ignoramos. Y en consecuencia la imagen que nos formamos del mundo en que vivimos resulta tranquilizadora y digerible.

Es una proyección de una realidad virtual que se administra en capas como un hojaldre.

La primera capa, la más basta, es para las masas iletradas. A esos con despacharles unos brochazos de apariencia mezclados con dosis abundantes de "entretenimiento" ya les vale.

Y luego a los demás nos despachan con historias un poco más elaboradas en las que se mezclan un poco de intrigas palaciegas partidistas, un poco de economía para "enteraos" y un poco de conspiraciones intergalácticas, y nos despachan igualmente.

De todo con tal de que no miremos a nuestro alrededor.

Nos hacen mirar hacia los Pedritos, los Pablitos y los Marianitos, y mientras el mundo sigue y así vamos pasando el tiempo.

Casi siempre consiguen su objetivo, para que nos vamos a engañar.

Tontunas como "las primaveras árabes" nos las tragamos como si tal cosa. "El final de la crisis" nos parece estupendo. "La creación de empleo" también.

Hay estadísticas de todos los colores que demuestran lo que se quiera demostrar. Hay estudios de tendencias y análisis pormenorizados. Hay opiniones de expertos.

Cada día se llenan las páginas (muchísimas) de los periódicos sin que falte ninguna por rellenar.

Y nos cuentan las historias de turno sin que se les caiga la cara de vergüenza.

Y cuando se columpian como en el caso Trump no piden disculpas ni entonan el mea culpa. No. Nos explican porqué ha sucedido lo que ha sucedido.

¿Y por qué no lo explicaron antes?

La razón es muy sencilla: nadie les pasó un sobre con la historia de lo que iba a pasar.

Les pasaron sobres con las historias que querían que pasaran.

Y eso fue lo que nos contaron.

A lo mejor si hubiesen enviado corresponsales a los lugares apropiados con antelación, en vez de enviarlos a los cuarteles generales de los partidos el día de las elecciones, hubiesen estado un poco más enterados de la realidad.

Pero eso hubiese ido en contra de la historia oficial.      

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Gana el cabreo

El cabreo de la gente era mucho más grande del que nos imaginábamos. O mejor dicho mucho más grande de lo que los medios de comunicación nos dejaban ver.

Los medios de comunicación, como expresión de las élites dirigentes, han estado ocultando la realidad y formando o intentando formar, estados de opinión alternativos y dirigiéndonos en el camino correcto.

Todos los medios importantes de los USA y desde luego en España, han estado a favor de la candidata del sistema. Ni siquiera en nuestro caso los medios más representativos de la derecha recalcitrante daban un duro por Trump.

Trump era un payaso y solo se podía votar por Clinton. Sobre todo si eras mujer, negro, hispano o simplemente si no eras un necio.

Pero esa no era la cuestión.

La cuestión era que en los USA, como sucede en la UE, millones de personas están hartas.

Hartas de la globalización. Hartas de revolución tecnológica. Hartas de emigración. Hartas de economistas. Hartas de Wall Street. Hartas de ser unos parias perdedores.

Las élites mundiales pusieron en marcha los procesos de globalización y liberalización de los mercados hace ya más de treinta años. Y los políticos todo lo justificaron.

Si, decían como papagayos, tendremos que hacer concesiones pero al final la economía creará puestos de trabajo alternativos a los industriales a los que se van a perder y que serán mejores y más sostenibles.

Si, decían, pasaremos por turbulencias pero al final el enriquecimiento general será mucho mayor y habrá un sitio para todos.

No hubo críticas. Cerraron las industrias y tomaron el poder los financieros.

Las bolsas de valores comenzaron a echar humo y explotaron varias veces. Mucha gente se hizo rica y otras perdieron hasta la camisa.

Luego nos dijeron que había que ser propietarios y que entrábamos en una era de capitalismo popular.

Y que pidiésemos prestado. El resultado todos nos acordamos cual fué.

Y ahora nos dicen que seamos emprendedores y nos busquemos la vida.

Y al tiempo, la revolución tecnológica iba destruyendo las bases del sistema de empleo tal como lo habíamos conocido y nos había hecho entrar en un mundo interconectado y en gran medida alienado a través de unos juegos omnipresentes que nos permiten vivir alelados.

Pero se ve que esto no es suficiente.

El monstruo populista comenzó a asomar la patita en Francia, pero asomó la cabeza en el Reino Unido. Los movimientos nacionalistas, e incluso abiertamente racistas y xenófobos, avanzan en toda Europa del norte y centro, mientras que en el Mediterráneo lo que avanza es la versión izquierdista del mismo tsunami anti-sistema.

La gente está harta.

En nuestro país, donde somos unos ilusos y tenemos un escaso amor propio hacia nuestro patrimonio, nos creemos que todo se puede cambiar a base de darle a la maquinaria del gasto público, pero en los países más frios, avanza la idea de que hay que defender lo que se tiene y no dejar que los "otros" se coman la ya escasa ración que va quedando en nuestro plato.

Avanzan el nacionalismo, los proteccionismos, y los populismos.

Avanza el sentimiento de que hasta aquí hemos llegado.

No se si algo pasará a partir de este cataclismo electoral.

Pero creo que ha llegado la hora de revisar los presupuestos que pusieron en marcha la revolución liberal y sobre todo de comprender que no se puede seguir abusando de la paciencia de la gente.

Vale que la ortodoxia económica sea tenida en cuenta, pero no se pueden ignorar sus consecuencias.

Yo no estoy a favor de los populismos, pero no se pueden ignorar las causas que hacen que la gente los vote.

Porque, como ya se ve, pueden ganar.          

martes, 8 de noviembre de 2016

Lo que va a pasar, pase lo que pase hoy.

Hoy se la juegan dos personajes de aupa.

Por una parte Hillary Clinton, que es una política con mas conchas que un galápago, y que ha pasado por la amarga experiencia de ser segundona después de ser una estudiante prodigio y una persona con toda la vida por delante.

Por otra, el "magnate" Donald Trump, un chico de buena familia dotado por la vida para ser un depredador, que ha conseguido pasar por encima de los cadáveres de sus enemigos y también de sus amigos.

Y en medio el pueblo de los USA y todos nosotros detrás.

Pero eso no es lo que juega.

Lo que se juega es el final de la etapa de liberalización y globalización que se decretó por parte de las élites mundiales durante los años ochenta.

Es uno de los grandes movimientos de la Historia que ha tenido tres efectos.

El primero, por poner el más positivo, es el haber acabado casi por completo con la pobreza extrema de cientos de millones de personas en todo el mundo especialmente en Asia y Africa.

El segundo el de haber creado fortunas gigantescas, inéditas en el pasado, para los héroes de este tiempo, los grandes innovadores desde Gates a Amancio Ortega, y los depredadores de la bolsa y el mercado de capitales, que ha sido la cueva de Alí Babá de esta época.

Y el tercero, y más importante para nosotros, la destrucción del tejido industrial en los países del primer mundo, con la consiguiente crisis de las clases medias y el cabreo generalizado del personal, al que primero le han quitado el empleo y después le han dicho que vive por encima de sus posibilidades y que tiene que buscarse la vida.

Y esa gente está muy enfadada y mira a las clases políticas como cómplices del desbarajuste causado, lo que es la pura verdad, y como mamporreros de los poderosos a la hora de reducir el "estado social" verdaderamente insostenible después de la destrucción de la industria.

La señora Clinton es una representante de esas clases políticas que son percibidas como cómplices y mamporreros, y despierta las simpatías justas.

Pero es cierto que la gente sensata se da cuenta del peligro que representa Trump y sus recetarios milagrosos y prefiere malo conocido a peor por conocer.

Trump, es en Estados Unidos lo mismo que Tsiripas E Iglesias en Europa. Lo mismo que los payasos del Brexit, y lo mismo que el zar Putin. Es decir un salto al vacío  y la vuelta a un pasado mitificado y por supuesto irrecuperable.

Pero el problema es cada vez mayor.

El populismo atrae cada vez a más gente a quien ni le importa la coherencia del sistema ni que se acabe el mundo mañana. Total ¿que más da? si te han echado del sistema y eres un paria universitario que a los cuarenta años va de trabajo temporal en trabajo temporal y tienes que vivir con tus padres, ¡que se vayan a la mierda los coherentes!

Y eso es una bomba que se va cebando y que va a terminar explotando.

Si combinamos esta inestabilidad social con el cambio climático y su creciente aceleración tenemos una situación muy peligrosa que supongo ya preocupa a los que dirigen el mundo desde sus fundaciones y centros de estudios.

Y eso va a tener que cambiar.

Pero naturalmente no será gratis porque en este mundo cada vez que se toca la estructura económica del mundo alguien sale perjudicado.

Sea Hillary o Donald el próximo ocupante de la Casa Blanca, el movimiento que ha puesto en marcha Trump va a tener que ser tenido en cuenta y eso no se arregla con unas cuentas de cristal y unos espejitos.

La gente quiere la vuelta de los empleos y del dinero para gastar y si no quiere ver a los políticos arrastrarse por el fango, (o en la guillotina como en el París de Robespierre).

Y lo mismo pasa en Europa.

Proteccionismos, barreras a la emigración-inmigración. dinero para repartir (salga de donde salga), y mas obras públicas. Eso es lo que viene.

Trump, los del Brexit y Podemos van ganando. Que nadie se engañe.      

jueves, 27 de octubre de 2016

Los cinco en el país de los buenistas.

La noticia de la re-edición de la serie Los Cinco, de la escritora británica Enid Blyton, eliminando de sus textos todas las referencias y alusiones "machistas y racistas", no es desgraciadamente una novedad.

Los herederos de la señora Blyton han considerado que los intereses, sus intereses comerciales, están así mucho más protegidos y no les falta razón.

En un mundo en el que la religión buenista-feminista avanza a toda máquina, de forma muy parecida de hecho a como lo hizo la religión cristiana, es decir a base de imponer dogmas y dar por buenas presunciones como si fuesen verdades científicas.

Y naturalmente uno de los campos de batalla de esta religión, como lo fué para las anteriores, es la educación de la juventud.

Hay que construir las bases de los nuevos cultos desde el principio y evitar cualquier intento de pensamiento crítico.

Se llame Educación para la Ciudadanía o se llame como sea, el intento de generar un pensamiento único, se desarrolla a través de de dar por buenas, y mucho más allá, de establecer como verdades "indiscutibles", afirmaciones que carecen completamente de rigor.

Como en los años cuarenta o cincuenta cuando Blyton escribió sus obras no se sabía que la mujer "tenía que ser absolutamente igual" que el hombre, o que los chicos tenían que ser educados en la costura a fin de evitar planteamientos sexistas, los chicos y chicas que viven las aventuras que a tanta gente han deleitado a lo largo de varias generaciones, viven unas vidas llenas de roles proscritos y rechazados por los sacerdotes del buenismo.

Que decir de la cuestión racial.

Para los buenistas las razas no existen. Todo el mundo sabe que un pastor alemán es igual que un caniche. La naturaleza que tanto quieren proteger los buenistas está llena de ejemplos de igualdad. Cebras que comen leones, conejos que vuelan, hormigas que viven solas, etc.

Así que, ¿como tratar las diferencias raciales?

Pero nada, como el buenismo es una religión, que nadie dude de que llagará un día en el que Otelo, será "el norteafricano de Venecia", y Cenicienta será Ceniciento para evitar la identificación de roles sexistas.

Mi única esperanza es que la juventud siga en su dinámica actual de buscar la ley del mínimo esfuerzo que les lleva a manifestarse contra las reválidas en compañía de sus papás y profesores, que al parecer, comparten su odio a la competitividad y al esfuerzo.

También me llena de esperanza el ver a los chicos de Lugo partiendose la cara en combates jaleados por sus compañeras de clase.

Se ve que la naturaleza piensa seguir su curso inalterable ante la nueva religión y sus dogmas, como por otra parte ha hecho siempre ante los sucesivos intentos de control de nuestras vidas por parte de religiones inspiradas por un Dios, que al parecer no tiene nada mejor que hacer.

Tendría que surgir un nuevo Nietzche para escribir una nueva "Genealogía de la Moral" y explicarnos de donde ha salido esta nueva impostura intelectual que es el buenismo-feminismo.

Yo de momento me conformo con denunciar el hecho de que estamos asistiendo a un proceso en el que participan una buena parte de la clase política y periodística, opinadores y predicadores, en el que se está dando forma a unos nuevos mandamientos de la ley de Dios, y que de la misma forma en que los poderosos se apuntaron al cristianismo, ahora se apuntan al buenismo.

Cuando queramos reaccionar será tarde y como le pasó al emperador Juliano, ya no será posible dar vuelta atrás.

Lo de Los Cinco parece una tontería pero no lo es.

Cuando se juntan muchas tonterías se convierten en un cambio cultural.

Y luego viene la edad oscura que dura mil años.

Cuidado.          

jueves, 20 de octubre de 2016

Gramsci o Mussolini

Reivindican los podemitas su parentesco con Antonio Gramsci, un teórico de la revolución adscrito al Partido Comunista Italiano, PCI para los amigos, y no dudo de que sus líderes lo hayan leído. Confieso que yo lo intenté sin éxito. Incluso más. En un acto de falta absoluta de imaginación política tiré al contenedor del papel los dos libros que yo guardaba del teórico italiano, en una de las razzias que he efectuado sobre mi biblioteca es estos últimos años, siempre interrogando a cada libro: ¿te voy a volver a leer?

Ya se ve que los libros de Gramsci me dijeron que no.

Así que no puedo estar muy seguro de si la técnica de los escraches o los piquetes anti-policiales de los podemitas responden a consignas de Don Antonio, o tienen otras fuentes.

De momento la estética de los revolucionarios a mi me parece sospechosa.

¿Pasamontañas y pañuelos palestinos?

A mi eso me recuerda poderosamente a los etarras y también a los independentistas catalanes cuando se ponen a quemar banderas.

También la actitud matonesca me recuerda igualmente a las bandas nazis o a los escuadrones fascistas de don Benito Mussolini.

¿Y la imagen de los líderes podemitas?

A mi me parece que ellos nos recuerdan a los descamisados de Don Domingo Perón, otro de la cuerda de Mussolini.

Tomar las calles, poder popular, la dialéctica de los puños y las pistolas....

¡Que recuerdos nos traen estas animosas consignas!

La marcha sobre Roma, la noche de los cristales rotos, la quema del Reichstag....

Si. Pablito Iglesias se parece más a Mussolini que a Gramsci.

Es más, su tono chulesco y arrabalero es típicamente fascista.

Con un punto de histrionismo operístico en todo el montaje: Iglesias el tenor, Errejón la soprano (o contratenor que no se enfade), Monedero el barítono y Bescansa la mezzo, todos ellos arropados por el coro palestino entonando el coro de Nabucco.

Y los concejales de Madrid defendiendo a los extranjeros amotinados en lugar de ocuparse de la limpieza de las calles que es su obligación.

Sacar la política del debate y llevarla a las calles es un asunto endiablado.

Como diría Gramsci, objetivamente contrario a los intereses de la clase obrera.

Porque a la clase obrera, como a los burgueses, les gusta comer todos los días y poder limpiarse el culo con papel higiénico, un artículo que misteriosamente siempre desaparece de las tiendas en las democracias populares.

Habría que recordar a Iglesias y colegas, que a veces se comienza como líder popular y se termina como dictador carismático.

Eso es lo que le pasó a Don Benito

 
    

miércoles, 19 de octubre de 2016

Emigrantes y revolucionarios

Una vez más, y no será la última, los "emigrantes" ilegales, o sea las personas que entran en el territorio de soberanía española sin aportar datos de identidad ni solicitar el correspondiente permiso, crean una situación que pone de manifiesto las contradicciones de nuestra forma de tratar este problema.

Vivimos en sociedades en las que parece imposible que las fuerzas políticas, y desde luego, los distintos grupos que componen la sociedad, se pongan de acuerdo incluso en las cuestiones más básicas.

Hemos llegado a un punto en el que la objetividad ha desaparecido de nuestras vidas y la subjetividad reina sin compromisos.

Lo que para unos es evidente para los otros es discutible o falso directamente, Los principios básicos de la contabilidad se ponen en duda. Y lo que para unos es una amenaza, para los otros es una bandera.

Así estamos en toda Europa. Y esto está creando el terreno propicio para una polarización creciente entre los que piensan blanco y los que piensan negro.

En España, esta situación se ha cargado al PSOE y ha aupado al PP, al tiempo que ha emergido ese desfile de espectros del pasado que se llama Podemos.

Pero esto no es una cuestión de siglas, ni tampoco de planteamientos, sino una anticipación de un mundo en el que vamos a volver al "estás conmigo o contra mi", que tantas desgracias nos ha traído.

Y la emigración es uno de los campos de batalla de los antagonistas en este duelo a muerte.

No parece haber manera ya de reconducir esta cuestión a un debate racional y moderado sobre esta cuestión.

Y la prueba es la actitud de los concejales podemitas de Madrid que se presentan a las puertas de un centro de acogida en el que se han amotinado sus allí recogidos.

Los concejales podemitas se han presentado allí para: "proteger los derechos de los emigrantes", frente a las fuerzas del orden españolas que intentan controlar el motín.

Esta actitud, tan cercana a los etarras y a los independentistas catalanes, es una muestra de la situación de enfrentamiento a que hemos llegado y que ha separado la sociedad española en dos partes: la de aquellos que quieren vivir en una democracia europea y los que prefieren vivir en democracias "populares".

El hecho de que en la ciudad de Madrid "gobiernen" estos partidarios del "poder popular" nos da idea de la magnitud del problema.

La política normal está entrando en una situación de hibernación.

Ahora tenemos que elegir entre los que nos permitan mantener un sistema simplemente racional y aquellos que pretenden cargárselo.

O sea que vamos a un partido gobernante único, con lo que eso significa en términos de corrupción moral y política, o a la revolución.

Muy mal asunto.  

  

viernes, 14 de octubre de 2016

Correa y las cabezas de turco

El catolicismo nos ha legado un tipo de mente perfectamente adaptada al mecanismo culpa-redención.

Todos sentimos la culpa en muchas ocasiones de nuestra vida, y todos estamos más que dispuestos a redimirnos con un padrenuestro o mucho mejor todavía con un cabeza de turco que con su sacrificio penitencial nos redime a todos de la culpa.

Este mecanismo tenebroso está tan interiorizado en nuestra conciencia que ya ni nos damos cuenta de como funciona y nos parece de los más normal que unos pocos paguen por los pecados de todos o casi todos.

Cuando se castiga a la víctima propiciatoria todos emitimos un suspiro de alivio, porque sabemos que ahí se acaba todo. Paga uno y los demás a seguir pecando.

Es desde luego una ventaja competitiva del catolicismo respecto a otras versiones del cristianismo empeñadas en la responsabilidad individual y en el trato personal con el Supremo Juzgador.

Y esa forma de entender la vida la vemos todos los días en los medios de comunicación, donde se escenifica precisamente el auto de fe correspondiente y se ejecuta sin piedad al cordero sacrificial.

Correa es uno de esos corderos.

Naturalmente que es un pecador. Y además un chulo.

Eso le pone en el lugar perfecto para ser escogido como cordero y centro de todos los que quieren lanzar la primera y las subsiguientes piedras justicieras.

Los mismos que le sonreían y le daban palmadas en la espalda y largos abrazos fraternales, ahora le niegan cualquier reconocimiento. Nadie está dispuesto a confesar que un día le vio o que estuvo encantado de conocerle.

Hacía los trabajillos sucios de partido de turno y traía un dinero que venía siempre bien.

Nadie preguntaba de donde salía para tanto gasto, y cuanto mas altos estaban los jerifaltes, menos conocían a Correa y a los tesoreros de turno.

Ellos, los líderes, se mantenían al margen de esas bajezas del dinero, y para eso ya estaban Luis el cabrón y Correa y su escudero payaso bigotes.

Si, les llegaba un buen regalo de vez en cuando, recibido con cordial desapego, porque ellos se lo merecen todo pero nada más.

Si, ya sabían ellos que tanto gasto y tanta campaña valían más de lo que se ingresaba por los medios legales, pero total, eso son menudencias y asuntos para los fontaneros que para eso están.

Y cuando la Justicia justiciera comienza a sacar los trapos sucios, todos ponen cara de indignación y dicen que eso son campañas de difamación primero, y luego que la culpa, la grandísima culpa, es de Bárcenas y Correa, esos grandes pecadores.

Los demás son "víctimas de la trama". Chúpate esa teresa.

Bárcenas es retratado como una especie de Al Capone y Correa como una nueva encarnación de Mefistófeles que ha prestado sus bigotes a su acólito más bajito y por tanto ridículo.

Ellos son los pecadores primigenios. Son antipáticos, chulescos, brillantinosos, ropa cara, gesto altivo, o sea como Don Rodrigo en la horca.

Que bien vienen los Correas a los poderosos.

Mientras sirven a sus propósitos palmaditas en la espalda.

Cuando se vuelven molestos perfectos cabezas de turco.

Pero, ¡que listos son los poderosos!  

jueves, 13 de octubre de 2016

El gran Robert Zimmerman

Escuchar los comentarios despreciativos, con ese aire de superioridad paleta tan nuestro, que ha suscitado el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Robert Zimmerman, alias Bob Dylan, me ha producido una vez más una mezcla de desaliento y vergüenza ajena.

He escuchado que por qué le tienen que dar el premio a Dylan y no a Joaquín Sabina. En fin, no damos para más que se le va a hacer.

Yo comprendo que para quienes el idioma ingles es un arcano como los jeroglíficos hititas, comprender el alcance de la obra de Dylan es complicado, y que para aquellos que le consideran un cantante pop, Dios bendiga su ignorancia, resulta como una broma esta decisión del jurado del Nobel.

Pero el caso es que no lo es.

Para empezar, si nos vamos a los manuales de literatura universal, veremos que el primer capítulo suele estar dedicado al mestér de juglaría, que no es otra cosa que lo que hoy llamamos canción popular, solo que sin el gramófono y todo lo que ha seguido.

No comprendo por qué unos versos cantados en una plaza pública si son poesía, y los que son interpretados en un estadio de futbol no lo son.

La literatura va evolucionando como todo en esta vida, y tan literario es el Cantar del Mio Cid, como los guiones de los Soprano, y desde luego, las canciones de los juglares de hoy también son literatura. En algunos casos alta literatura y en otros, los más, literatura basura, pero literatura.

Y lo mismo se puede aplicar a las novelas. Las hay buenas, malas y malísimas.

La aparición de Bob Dylan a comienzos de los sesenta fue una auténtica revelación.

Nadie había hecho antes nada semejante.

En un documental producido por Martin Scorsese hace unos años, se ve una actuación del joven Dylan ante un grupo de intelectuales norteamericanos, como Pete Seeger, o el poeta Allen Ginsberg, que asisten sobrecogidos a la interpretación de Mr. Tambourine Man, una poesía cantada muy al estilo de los grandes poetas americanos como Walt Whitman.

La música folk había pasado de recoger canciones tradicionales del oeste o de los años de la Depresión, y había comenzado a crear nuevos himnos, que son hoy parte de la vida cotidiana.

Recuerdese que Blowing in the Wind, estaba en el primer disco de Dylan, si no contamos el proto-disco que le grabaron en la CBS cuando se plantó en sus oficinas con su guitarra pidiendo que le grabasen un disco, cosa que nunca antes había ocurrido.

La emisión de Blowing in the Wind en la radio americana tuvo un efecto como si el mundo hubiese cambiado de repente. Era la primera canción con una letra ajena al tema amoroso que se escuchaba y todos los que la escucharon quedaron pasmados.

A partir de ese momento, que como recuerda Joan Baez, que luego sería su compañera sentimental, fue un fenómeno instantáneo que le convirtió en "vagabundo universal", las canciones de Dylan resonaron en la conciencia de un país conmocionado por el asesinato de Kennedy, la guerra del Viet Nam, y los disturbios raciales.

La música popular ya nunca fue igual.

Los músicos que querían ser alguien comenzaron a escribir poesía para sus canciones. The Beatles, en primer lugar, los grupos de la costa oeste, y luego todos los demás se pusieron las pilas.

Strawberryfields forever no hubiese existido sin Dylan. Ni muchas otras.

Pero nadie tenía su talento.

Cuando la revista Rolling Stone reuníó a un panel de profesionales para determinar las mejores canciones de la historia, la que quedó en primer lugar fue precisamente Like a Rolling Stone, que paradojicamente, había marcado su ruptura con el folk y con sus seguidores de primera hora.

En Estados Unidos hace mucho tiempo que se le considera un poeta y no tanto un cantante pop y sus grabaciones son clásicos como Hojas de Hierba o Poeta en Nueva York.

Yo recomiendo a los que no hayan escuchado su obra que se den una vuelta por los múltiples archivos digitales que existen y escuchen, letra en mano, los quince primeros discos del cantor de Minneapolis.

Y que luego juzguen si eso no es poesía y si la fórmula poesía con música, de tradición tan antígua, no crea un impacto emocional de primera magnitud.

Reconocer que la Literatura no está solo en la fórmula papel impreso es un paso imprescindible para entender nuestro presente.

El mester de juglaría llevaba la palabra a la gente de la calle. La que no estaba en conventos que era por otra parte la única que leía.

Hoy, en un tiempo en que casi nadie lee, las canciones de Dylan han llevado la poesía a los oidos de más gente de la que nunca hubiesen supuesto Virgilio o Homero.

Claro que hay que entender un poco de inglés.

Y hay que comprender que el centro del mundo no está en Móstoles.


              

miércoles, 12 de octubre de 2016

El día del odio a España

La Fiesta Nacional española conmemora uno de los momentos estelares de la Humanidad. El día en que los europeos, en este caso los castellanos, encontraron un nuevo mundo donde se creía que solo había océano hasta llegar a las Indias.

Ese momento cambió la Historia de la Humanidad.

Europa y nuestra civilización greco-latina no hubiesen sobrevivido al ataque turco o a una hegemonía china si hubiesen sido estas dos grandes potencias de la época las que se hubiesen anexionado el nuevo continente.

Y alguien tenía que llegar a las costas del nuevo mundo tarde o temprano. Era solo una cuestión de tiempo.

Tampoco hubiesen sobrevivido las culturas americanas en ningún caso. Su nivel cultural era muy inferior al de turcos o chinos y siempre que se encuentran una civilización superior a otra inferior esta última perece.

Así que los castellanos y los españoles en general tendríamos que sentirnos legítimamente orgullosos de tener nuestro país relacionado con tan importante gesta.

No es así.

El día de nuestra Fiesta Nacional es precisamente aquel en el que los enemigos de España se manifiestan con especial fortaleza.

Nacionalistas de toda procedencia y anti-sistema de ideologías varias aprovechan la ocasión para vomitar todo su odio al país que les vio nacer.

Unos porque afirman que la existencia de España no les permite ser lo que ellos quieren ser y los otros bajo el pretexto de que ellos "no quieren esta España sino otra".

A los primeros nada tengo que decirles.

Los que viven el delirio identitario no son más que unos enfermos de un mal que ha causado tantas desgracias en Europa que parecería mentira que gente razonable se apuntase.

Pero así somos los humanos: preferimos nuestra tribu a un mundo en el que todos podamos ser libres e iguales.

Yo siempre defenderé ese mundo de libertad e igualdad e incluso el estado universal del que hablaron muchas mentes preclaras tras la Segunda Guerra Mundial, pero contra el nacionalismo emocional pocas razones caben.

Cuando se agitan las banderas y se entonan los himnos de la tribu la razón poco puede hacer excepto esperar a que después de la inevitable catástrofe se pueda avanzar un paso más en la dirección correcta.

Pero respecto a los anti-España del podemismo y otras latitudes de la ideología maximalista si hay algo que me gustaría decir.

España no es un juguete al que podamos vestir y desvestir cada cierto tiempo al albur de las modas de la ideolgía o del capricho de algún iluminado que crea haber dado con la fórmula de la felicidad.

España es un viejo árbol de tronco rugosos que ha crecido en esta pobre tierra a lo largo de varios siglos y que ha sido regado con mucho sudor y mucha sangre.

Gracias al esfuerzo de mucha gente y del sacrificio de muchos otros, hemos conseguido que ese árbol que a lo largo de la Historia nunca ha dado para cobijar a todos bajo su sombra, de hoy más sombra que nunca.

Cierto que bajo sus ramas se cobija un amplio número de gentes sin escrúpulos. Que grupos de poder de nula legitimidad siguen mangoneando. Que hay mucha gente que no termina de acceder a los beneficios del sistema. Que nuestras instituciones son mejorables.

Es verdad.

Pero todas esas cosas hay que mejorarlas podando el árbol y nutriéndolo con fertilizantes y no talándolo y plantando otro en su lugar.

Ya lo hemos intentado muchas veces y el resultado ha sido siempre muy malo.

Es hora de que los niños españoles reciban una educación que les permita apreciar lo que tienen, sentirse orgullos de algunas de las cosas que hemos hecho y sobre todo que aprendan que es mucho mejor construir sobre lo existente y arreglar los defectos poco a poco que tirarlo todo abajo y volver a empezar.

Pero naturalmente, para ello hay que empezar por que aprendamos a valorar lo que tenemos.

Si no aprendemos esto tan fundamental, nunca podremos sentirnos llamados a la tarea de conservar y mejorar.

España camisa blanca de mi esperanza quererte tanto me cuesta nada, cantaba un poeta comunista de los años duros del franquismo, Blas de Otero.

Nos hace falta un poco más de amor a nuestro país para podernos sentir nosotros también mejorados en nuestra auto estima.

Amor sin ceguera. Sin cerrar los ojos a los muchos temas que hay que mejorar. Con exigencia y con contundencia. Pero amor.

Y una cierta inteligencia.

Dedicar el día de la Fiesta Nacional a hablar de las vilezas de la alcaldesa de Badalona no es el camino.

Hoy es un día para hablar de España y de lo que este país ha significado para el mundo, y también para reconocer que nunca habíamos estado mejor que ahora.

Nunca.

Algo debemos de estar haciendo bien.

Feliz día de la Fiesta Nacional de España.    

domingo, 9 de octubre de 2016

El colega Donald (Trump)

Que nadie se preocupe que no voy a defender a Trump a pesar de la simpatía que provocan en mi todos los perseguidos por la legión de plañideras y plañideros de lo "políticamente correcto".

Los que le eligieron como candidato supongo que ya sabían los peligros que le aguardaban en el camino y supongo también que se habrán pasado todos estos meses tratando de limpiar la escena de sus múltiples fechorías, como hacen los limpiadores que salen en las películas que son capaces de dejar las escenas del crimen limpias como una patena de huellas y restos biológicos.

Pero claro, también los del partido demócrata habrán estado buscando, y parece que que con algún éxito visto el torpedo que han lanzado a Donald a unos días del segundo debate.

Ahí le van a masacrar.

Y ¿por qué?

Que levante el dedo el hombre de mi generación que no ha mantenido una conversación de ese tono, aunque las palabras no hayan sido las mismas, alguna vez en su vida cuando en una reunión de amigos y colegas ya se ha bebido un poco más de la cuenta.

"Las tías", son el tema de conversación favorito solo después del fútbol en estas ocasiones y los términos utilizados, ya digo en mi generación porque no se como se las gastarán los de ahora, no son mucho menos ofensivos desde el punto de vista de la corrección política. Sospecho que las nuevas generaciones serán aún más crudos por mucha educación para la ciudadanía que hayan recibido. Pero ese es otro tema.

Y la experiencia vital de Trump, un tio con mucha pasta, no ha debido conducirlo precisamente a la moderación.

Creo que si escribiera sus memorias "galantes", caso de que sepa escribir, y si no que se las escriba alguien, las señoras aludidas o descritas, sintonizarían bastante bien con los comentarios trumpianos.

Basta ver las barbies que le han acompañado en su ya larga vida para entender que al lado de un depredador como él siempre hay una alimaña a su altura.

Es más, apuesto que si Trump consigue llegar al día de las elecciones sin que le haya pasado algo, entre sus electores habrá tantas mujeres como hombres.

Y es que a pesar del bombardeo de lo políticamente correcto, y del comportamiento hipócrita de las élites, entre la gente del pueblo anidan sentimientos muy primarios, tanto en ellos como en ellas.

Y viendo los amores que se desencadenan entre millonarios y señoras explosivas, que ya es casualidad que ningún millonario se enamore de una chica bajita y bizca, me parece que el colega Trump cuando hablaba con sus colegas en el bar de algún hotel de lujo, no estaba presumiendo sino que estaba siendo muy real y sincero.

Ya digo que a mi Donald Trump me parece un candidato pésimo para el partido republicano, que ha caído muy bajo desde Lincoln.

Pero la opción populista-fascista existe y ya veremos como acaba en este caso.

Aquí, de momento, la opción populista-revolusionaria, (la ese es aposta), se ha cargado al PSOE y ha catapultado al PP más pringado en corrupciones varias al poder parece que para siempre jamás.

Cuando se juega con los bajos instintos del pueblo la cosa nunca se sabe por donde va a salir.  

    

viernes, 7 de octubre de 2016

Mejor réir que llorar

La concesión del Nobel de la Paz a José Manuel Santos, Presidente de Colombia recientemente derrotado en un referendum innecesario, como todos los referendums, me hace pensar en el extraño sentido del humor que tienen los noruegos que son los que administran este premio.

Ya hace años premiaron a Obama en su primer año de gobierno supongo que por el hecho de ser negro, y ahora le dan el premio a Santos cuando en Colombia se preguntan cuando van a volver a empezar con los tiros y los secuestros.

Se lo podían haber dado a la nueva premier británica que quiere echar a los extranjeros de la verde Britania o al gobierno húngaro que tampoco es muy amigo de la mezcla racial.

O a tantos profesores de colegios e institutos que miran para otro lado cuando se persigue a alumnos débiles o malformados.

O a los descerebrados que cuelgan en internet sus proezas sexuales.

O a los islamistas que declaran su odio a occidente y sus depravadas costumbres.

En realidad, ¿de que sirve la paz?

Los fuertes siempre se han comido a los débiles, los poderosos siempre encuentran formas de hacernos saber que van a imponer su santa voluntad, y los que están abajo en la cadena alimenticia siempre saben que tarde o temprano de los van a comer.

La paz es como un intervalo inestable en medio de una normalidad depredadora.

Intentar mantener una paz eterna es como condenarnos a la muerte prematura ya que solo en los cementerios se alcanza tan bello objetivo.

¿O alguien se cree que en Colombia la firma de un papel va a cambiar la realidad de una sociedad escindida por diferencias económicas, sociales y raciales ?

¿O que la guerra de la droga va a detenerse por la desmovilización de las FARC?

¿O que el mundo iba a ser mejor de repente por la elección de un negro como presidente de los USA?

La violencia y la guerra siempre encuentran la forma de expresarse porque son consustanciales con nuestro equipaje genético y solo se detienen cuando se llega a situaciones de agotamiento que son siempre pasajeras.

Por eso el Premio Nobel de la Paz es solo un monumento a nuestra hipocresía.

Al menos, al estar en manos de los noruegos que son gente bien intencionada aunque un tanto ingénua y que además tienen la impresión de que Dios les ha elegido para darles un premio gordo en la loteria de la naturaleza, podemos confiar en que sus elecciones siempre tendrán un aire entre tierno e irónico como corresponde a un concepto tan mentiroso como es la paz.

Como en la misa católica que termina con un darse la paz entre personas que ni se conocen ni ganas tienen de conocerse, los noruegos nos ofrecen cada año su paz en forma de homenaje a lo políticamente correcto, ya sea en la figura de algún activista indígena que defiende derechos tribales imposibles, o de políticos que se empeñan en pasar a la Historia parando guerras que nadie puede parar.

Por lo menos seguro que a Santos le han dado una alegría después del sofocón.  

jueves, 29 de septiembre de 2016

Comparaciones odiosas

El paso de la edad nos conduce a comparar continuamente lo que sucede con lo que sucedió.

Podría decirse que una vez que traspasas la barrera de los sesenta años, que yo traspasé hace algún tiempo, la vieja frase "cualquier tiempo pasado fue mejor" cobra un sentido poderoso y nos hace ver a personas y situaciones del presente con un cierto desprecio.

Aunque entendamos que vivimos en un mundo mejor en muchos aspectos al que hemos dejado atrás, pensemos en términos de salud o de tecnologías habilitantes de nuevas experiencias, lo cierto es que cuando establecemos comparaciones, estas suelen resultar muy poco halagadoras para el presente y sus protagonistas.

La crisis del PSOE es uno de esos acontecimientos en el que se muestran con claridad y desgarro la perdida de sustancia y de trascendencia que acompaña a los actuales líderes, sus motivos y sus propuestas.

¿Como podríamos comparar favorablemente a Zapatero, Sánchez o Susana Díaz con Felipe Gonzalez, Alfonso Guerra o Javier Solana? ¿Y si nos vamos más lejos y llegamos a Indalecio Prieto, Largo Caballero, Julian Besteiro o el doctor Negrín?

Y en la derecha, ¿podríamos comparar a Rajoy, Aznar y Rato con Maeztu, Gil Robles y Calvo Sotelo? ¿Y con Sagasta, Canovas del Castillo o Antonio Maura?

¿Que está pasando en la política española para que los líderes políticos sean cada vez más escualidos y elementales?

¿No será que la política solo atrae a mediocres con ganes de medrar o a inútiles que ven en los cargos su única oportunidad de alcanzar un sueldo y unas prebendas considerables?

Es posible que la respuesta esté en el hecho de que en realidad ya no hay política, es decir que ya no se trata de establecer formas diferentes de organizar la coexistencia y la sociedad, sino tan solo de administrar unos caudales públicos muy cuantiosos para asegurar unos servicios y prestaciones inamovibles a ojos de una inmensa mayoría de ciudadanos.

Pero si se trata tan solo de administrar, ¿no sería mejor asegurar la capacidad profesional de aquellos que tienen que ejercer tal labor?

De que sirve toda esta cháchara insufrible de unas supuestas derechas e izquierdas si al final todo se reduce a asegurar la seguridad social y las pensiones?

¿Que diferencia hay entre lo que hacen los unos y los otros?

Y ¿que sucede cuando unos indocumentados pretenden alterar el curso de las cosas con supuestas "nuevas políticas"?

Admitamos, como ya he dicho, que ahora se vive mucho mejor que en tiempos de Cánovas o de Iglesias (el original), y admitamos que las propuestas históricas de "nuevas políticas" suelen terminar en grandes desastres.

Recordemos que defensores de "nuevas políticas" fueron José Antonio Primo de Rivera o El Campesino, por citar solo dos.

Admitamos que la felicidad sobre la Tierra es muy difícil de conseguir y que por tanto cuando se quiere avanzar demasiado deprisa en esa dirección se suele ir hacia detrás en vez de hacia adelante.

Admitamos pues que la acción política del presente está muy limitada puesto que se trata de ir haciendo pequeños retoque a una maquinaria que mal que bien funciona y que por otra parte solo los insensatos pretenden cambiarla o sustituirla por otra más "perfecta".

Admitamos que las únicas propuestas políticas en los últimos años son las que provienen del Romanticismo, como son los nacionalismos, o directamente del nihilismo anti-racionalista, bien sea por el ala derecha (véase el retorno de la extrema derecha, el aislacionismo británico, o el podemismo hispano).

Y recordemos que esas propuestas políticas alternativas solo conducen a la ruptura social y la violencia consiguiente.

¿En estos términos, no podríamos ponernos de acuerdo en que hay que exigir a los que encabecen propuestas constructivas o simplemente racionales, un poco de salero y de imaginación para ilusionarnos con unas perspectivas de futuro al menos un poco creíbles?

¿No podríamos exigir a los partidos que se esfuercen un poco para no proponernos tontos del culo como Zapatero, bustos parlantes como Rajoy, o esfinges enfadadas como Sánchez?

¿No comprenden los estrategas de los partidos o sus jefes que si no nos proponen a personas con algo que decir y con carisma para decirlo y que nos lo creamos, estaremos en manos de incendiarios como Iglesias (el menor), o Errejones de pacotilla?

Y esto me lleva a una última comparación odiosa:

¿Podríamos comparar a Iglesias y Errejón con Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri?

Pues eso.        

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Los océanos de Europa

El anuncio de la NASA de que en Europa, la luna de Júpiter, hay extensos océanos que podrían albergar vida y que se proponen enviar una expedición dentro de unos años, me ha sumido en la perplejidad.

No porque tal misión sea imposible, sino porque esa era la misión que el ordenador Hal y sus compañeros humanos emprendían en la película 2001 una Odisea Espacial, cuyo guión escribieron a medias Arthur Clarke y Stanley Kubrick, a partir de unos cuentos del primero, y que luego Clarke desarrolló en la novela homóloga y en las siguientes e la saga.

Concretamente, la misión a Europa se desarrolla finalmente en la primera secuela de la serie.

No se si se trata de un homenaje de la NASA a los dos genios anteriormente nombrados o una nueva ocurrencia de la afirmación "la vida imita al arte".

2001, la novela, fué publicada en 1968, mismo año del estreno de la película, y los cuentos originarios son de finales de los años cincuenta.

Es una pena que los anuncios de la NASA ya no interesen a nadie y que se haya perdido toda la magia que envolvió los acontecimientos espaciales de aquellos años.

Me parece muy revelador que una película sobre el posible encuentro de vida en el exterior causase tal impacto en 1968, un año en el que tantas cosas estaban pasando, y hoy el anuncio de un viaje de verdad a Europa pase totalmente desapercibido, mientras dedicamos toda nuestra atención a las peripecias de partidos políticos y personajillos de una farándula mínima que reclaman toda la atención de una sociedad enferma y carente completamente de pulso.

Verdaderamente es desolador el cambio de nuestra mentalidad en comparación con la que existía en 1968.

La tecnología y el dinero ocupan hoy el centro del escenario. La esperanza se ha refugiado en la salud y el miedo a los cambios nos tiene bloqueados.

Incluso las grandes aventuras se han privatizado. Como los países se encuentran en una situación catatónica, incluyendo al que fuese gran paladín de la aventura espacial, ahora son empresarios como el dueño de Virgin o el dueño de Tesla, los que quieren ir a la Luna o como ahora dice el de Tesla, colonizar Marte.

No se si tendrán tanto dinero, aunque dado el nivel de concentración de riqueza que produce hoy día el capitalismo, todo podría suceder.

El caso es que en 1968 el sueño espacial era uno de los sueños de las sociedades avanzadas y hoy es el sueño de unos multimillonarios.

La verdad es que eso la ciencia ficción no lo había previsto.

Estamos pasando del sueño de un mundo unido con un gobierno universal a una realidad de personas que hacen fortunas colosales como nunca se había conocido en la historia de la Humanidad.

No se si en los océanos de Europa latirá alguna vida, o si en Marte a 150 grados bajo cero se vivirá con comodidad, pero de lo que estoy cada vez más seguro es que aquí en el planeta Tierra la vida se va a ir haciendo cada vez más difícil.

Y como reflexión final, espero que si encontramos una especie de ballenas gordas pululando por los océanos de Europa no nos las comamos como hicimos con los pájaros Dodó.

Recordemos que la especie humana tiene un triste historial en materia de exterminios.  



jueves, 15 de septiembre de 2016

Noticia bomba en TORD-EH-SIYAAH

Tord-eh-Siyaah,(Papua Nueva Guinea). De nuestros enviados especiales.

Un gran revuelo internacional ha causado el asesinato ritual y posterior barbacoa del enviado de Naciones Unidas en la remota región de Tord-eh-Siyaah, el fallecido y deglutido señor X. (no se incluye el nombre por respeto a la atribulada familia).

En efecto, los nativos de las aldeas en esta región montañosa del interior de Papua Nueva Guinea, han reaccionado bastante mal al intento de su gobierno central de prohibir las costumbres ancestrales que vienen celebrando año tras año desde la más remota antigüedad, y que consiste en matar ritualmente a un extranjero para después desmenbrarlo, eviscerarlo y asarlo a la barbacoa para consumirlo entre todos los habitantes de la zona y sus invitados de otras demarcaciones.

El Gobierno papuano, deseoso de alcanzar algún grado de respetabilidad en la comunidad internacional, lleva un tiempo erradicar tales prácticas que considera poco afines con la modernidad y la política de respeto a los derechos humanos tan cara a los europeos y otros pueblos "flojuchos".

Como señala el cacique tord-eh-sillaahno, "hemos venido sacrificando y despedazando a un forastero desde los tiempos más antiguos, y no van a venir ahora los de fuera a poner en tela de juicio nuestras costumbres".

Una señora, vecina del pueblo, apostilla: "si no quieren que los sacrifiquemos y nos los comamos, que no vengan".

Al parecer existe un enorme consenso en el pueblo y alrededores sobre el derecho que les asiste a mantener sus costumbres: "nuestros abuelos ya lo hacían y nuestros padres también, y nunca pasaba nada. Todo esto es por culpa de la televisión y por la presión de los maricas de mierda de la capital. ¿Si nos gusta comer carne humana, por qué vamos a tener que dejar de hacerlo? Se manifiesta indignado un papuano.

El asunto ha llegado a la comisión de derechos humanos papuana que se manifiesta incapaz de establecer que derecho es mayor: el de la víctima sacrificada, (que al fin y al cabo es solo una cada año), o el del conjunto de la población tord-eh-siyanaah, que tan enardecidamente defiende sus costumbres y rituales.

El experto en costumbres religiosas consuetudinarias de la universidad papuana Mr. Godd afirma que la libertad de culto está por encima de otras libertades como la de conservar la vida, ya que "si el altísimo nos ha dado dientes para algo será".

Sin embargo las autoridades papuanas se mantienen firmes en su prohibición ya que "no está bien tratar así a los turistas que al fin y al cabo nos traen divisas".

Por ello el año que viene solo se autorizará la llamada fiesta del churrasco en el caso de que los organizadores renuncien a que el sacrificio sea público como hasta ahora y se realice en un ámbito privado.

Pero esto no gusta a los nativos y residentes de la zona que opinan que "si no escuchamos al reo gritar de dolor y no sentimos la cálida sangre salpicando nuestros pechos, la fiesta no tiene ni puta gracia".

El caso es que los nativos están muy cabreados con la dulcificación de una fiesta tradicional tan importante y amenazan con asesinar y comerse a todos los árbitros de fútbol que tengan la mala suerte de ser enviados a pitar los partidos del equipo local, justamente llamado "los despedazadores".

La tensión se masca en la zona y la verdad es que las caras de los nativos muestran la determinación a seguir con sus costumbres diga lo que diga el gobierno y "todos  esos maricones".

Ante la pinta que tomaban los hechos, este equipo de corresponsales salió huyendo aunque a alguien debieron pillar los nativos ya que aullaban alborozados y un fuerte olor a barbacoa se comenzó a extender por las llanuras tord-eh-siyanaahs según se retiraban las fuerzas del orden enviadas.

A modo de reflexión, un policía nos dijo, "a lo mejor esto mejoraría si les convencemos que en vez de sacrificar a un  forastero, cada año se sacrifique a uno del pueblo por riguroso sorteo".



            

jueves, 12 de mayo de 2016

El niño afgano

Ya se ha quedado todo el mundo tranquilo: el niño afgano con parálisis cerebral ya está en España. (Y también su familia).

Respira el dolido pueblo español, que no podía permitir que un niño en esas condiciones viviese en un centro de refugiados de Grecia. Respiran los cuerpos de bomberos, auténticos paladines de la piedad a escala planetaria o sin fronteras. Respiran las ONG. Y respira el Ministro de Asuntos Exteriores, o abuelo Margallo, que últimamente es el Pepito Grillo de la derecha española.

Pero los bomberos angélicos ya anuncian que hay muchísimos más niños con problemas, tanto en los campos de refugiados como en el ancho mundo. O sea que piensan volver a la carga hasta que no que de ningún niño con problemas fuera de España.

Ignoro si también piensan buscar niños con problemas en países desarrollados ahora que dice The Economist que los casos de autismo de están multiplicando de forma muy alarmante en Estados Unidos.

Pero en todo caso niños con problemas los hay a patadas: en Etiopia, en Sudan, en Filipinas....

Así que solo falta mirar con un poco de atención, que vaya el fotógrafo de guardia y luego a través de los canales que desde las ONG desembocan directamente en los telediarios, colocar la terrible imagen que paraliza los corazones y hace brotar la lágrima del ojo maternal.

Y allá que irá Margallo con sus embajadas y el sufrido ejército a rescatar a otro niño enfermo para trasladarlo a bombo y platillo al protector suelo nacional.

Claro que habría que escuchar lo que dirían algunos partidos y ONGs y periodistas afines si una vez levantado el asunto de la "intolerable existencia" del niño de turno, el Gobierno se negase a colaborar en el transporte prioritario y posterior alojamiento y avituallamiento de por vida, al susodicho niño y familia numerosa asociada.

Así que este es un juego sin final.

Los oenegeros sacan la foto, los telediarios nos atiborran de información sobre "la intolerable situación" del niño de turno y el Gobierno tiene que gastarse los cuartos en rescatarlo.

El padre de la criatura no puede creerse la suerte que ha tenido.

Es como si estuviese viviendo un cuento de las Mil y Una Noches.

Y es un cuento porque en la política española todo es un cuento.

Aquí menos ocuparnos de nuestros problemas todo nos vale: las cruzadas de Hacienda, las diputadas catalanas tribales, los juicios retransmitidos en directo, los maletines del futbol.....

El pobre niño Osman, con parálisis cerebral, no entenderá nunca que le ha tocado una lotería cuyo origen es la pelea por los votos de un país que tiene una tendencia secular a tirarse por los barrancos.

Su padre terminará de parado de larga duración en Valencia, donde al menos no pasará frío, y sus hermanos irán al colegio hasta que se harten y se unan a las bandas callejeras valencianas.

Nadie recordará el origen de este episodio, más digno de una película de Berlanga que de un capítulo en un libro de historia.

Afganos ateridos, bomberos altruistas, ministros abueletes, periodistas atontados, políticos taimados,....

Y un contable innominado con sus dedos manchados de tinta añadirá un nuevo capítulo de gasto al ya innumerable listado de nuestras deudas.

Pero, ¡que aliviadas han quedado nuestras conciencias!            

miércoles, 11 de mayo de 2016

Por qué no me gustan los de Podemos

He escrito ya varias veces sobre estos chicos y creo que va siendo hora de que explique por qué me gustan tan poco.

La primera razón y la más importante es que, aunque la democracia occidental sea un asco, es un asco en el que se puede vivir, se puede salir a la calle, se puede uno expresar con bastante libertad y en definitiva es el mejor de los maños sistemas que el ser humano ha sido capaz de construir.

Todas las alternativas hasta la fecha han sido mucho peores.

Siguiendo con Rousseau, desde que este señor nos explicase que el ser humano nace bueno y es la sociedad la que lo corrompe, hay siempre una corriente política que mantiene lo mismo incluso ahora cuando la ciencia nos va descubriendo que nacemos mejores o peores, pero desde luego no todos iguales.

También fue Rousseau el que vino a decir que el problema de todo la tenía la propiedad privada.

Y que un Estado dedicado fundamentalmente a la protección de dicha propiedad, no podía más que ser corrupto y corruptor y defensor de la injusticia.

Cada vez que se ha pensado sobre esto desde la buena voluntad se han escrito "utopías" en las que una comunidad comparte sus bienes, incluidos los hijos, y es feliz.

Cuando Margaret Mead descubrió la vida en la Polinesia creyó que esas utopías se habían materializado, como le pasó a San Pablo cuando le dijeron que Jesús había resucitado con respecto a las mitologías gnósticas.

Pero los polinesios tardaron muy poco en revelar que es fácil compartir las cosas materiales cuando no se tienen cosas materiales de la misma forma que los cristianos revelaron que no es lo mismo comportarse como hermanos cuando vives una persecución que cuando tienes el poder.

Así que las aventuras buenistas suelen terminar en carnicerías salvajes, y la civilización tal vez nos aleje de la bondad natural pero también nos aleja del mal, o por lo menos nos aleja de la ley del más fuerte.

Ciertamente las ideas políticas de cada cual suelen estar sesgadas por la idea que tenemos sobre la pretendida bondad natural del ser humano, o si por el contrario creemos como decía Hobbes que el hombre es "un lobo para el hombre".

En el primer caso los adeptos a la bondad prefieren un gobierno comanditario con decisiones basadas en el bien común y en el otro extremo, los que piensan que los hombres son unos tarugos violentos prefieren un gobierno de garrotazo y tentetieso.

Y luego están los que piensan como Robin Hood, o sea que hay que gobernar para los pobres a base de esquilmar a los ricos.

Estos piensan que los pobres son buenos por naturaleza y los ricos malos de remate.

Esta es la alternativa podemita: un estado protector financiado por los ricos a base de ponerles una bota en el cuello, o una Hacienda Pública-Gran Hermano.

Normalmente eso termina con los ricos emigrando y los pobres haciendo cola para encontrar papel higiénico.

Podemos parte de la idea de que la democracia es un antro de corrupción y despilfarro, como se encargan de machacarnos cada día determinados medios de comunicación, empeñados al parecer en que hacernos creer que España es Nigeria.

La cuestión es que no somos Nigeria ni ningún otro Estado fallido y que hemos avanzado considerablemente en los últimos setenta años desde el Plan de Estabilización, cuando el general Franco tuvo la suficiente lucidez como para dejar de intervenir directamente en la gestión económica del país.

Es cierto que estamos en una grave crisis, que es la misma que afecta a toda Europa, y que esa crisis va machacando la base de la democracia que es la clase media.

Sin clases medias no hay democracia y los excesos del capitalismo globalizador, en sus sucesivas versiones nos están llevando a una situación muy complicada.

Conste que cuando hablo de capitalismo lo hago desde el convencimiento de que no se trata tanto de una ideología cuanto de la expresión de nuestros instintos naturales matizada por sucesivas capas de arreglos más o menos técnicos para hacer que además de riqueza, se produzca la suficiente igualdad como para que la gente no se rebele.

Y ahora se está produciendo una desigualdad muy fea porque mucha gente se queda fuera del sistema y eso produce mucha angustia y miedo lo que a su vez enciende las pasiones y las visiones de supuestas soluciones mágicas.

Podemos es la versión española de esa angustia y la expresión del fracaso de los partidos políticos del sistema por ofrecer alternativas a la población más afectada.

Y hay que reconocer que sus líderes son mucho más atractivos que Rajoy o Sánchez.

Pero eso es lo que me da mas miedo precisamente.

Estamos en un buen lío y no hacemos más que enredarnos en polémicas que alimentan el discurso de la redención.

De verdad que no es necesario que nos flagelemos con una pasada por el populismo.

Exijamos regeneración y mejoras de nuestro sistema, pero no lo derribemos.

El coste puede ser muy alto.          

martes, 10 de mayo de 2016

El retorno de los rojos

El pacto Iglesias y el chico este de IU, o sea del PC, Garzón, es una gansada que retrata a los que están en esas lides, unos chicos que más que estar en la política, "juegan a la política" como si fuese un juego de sus consolas.

Es verdad que todos ellos son chicos del PC de toda la vida que cansados de el proceso de muerte lenta del viejo partido de Ibarruri y Carrillo, se habían embarcado en una aventura gramsciana de liderar a una juventud desencantada con los políticos y los partidos.

Yo la verdad es que comprendo perfectamente a los enfadados del sistema y más cuando he aprendido que en la democracia que proponía Rousseau, que al fin y al cabo es el padre de la moderna democracia, el maestro ginebrino proponía que no hubiese partidos y que los asuntos públicos se tratasen en asambleas y pensando siempre en el bien común y no en el provecho de cada cual o de cada partido. Pero bueno, ya se sabe que Rousseau estaba como una cabra.

El caso es que los podemitas llegaron al Parlamento y a los ayuntamientos desplegando una serie de banderas muy roussenianas, de asambleas y desintereses y nos han tenido muy entretenidos con sus melenas, sus camisas, sus tatuajes y sus bebés.

Todo muy en la linea de los descamisados anarcos como Durruti y Ascaso, aunque todo hay que decirlo sin pistolas y sin asaltos a bancos, para mostrar que ellos son lo nuevo, o sea una especie de izquierda 2.0 y ahora se me juntan con el PC para sumar unos cuantos votos y así conseguir unos cuantos escaños más.

Y vuelven a tratar a los del PSOE con una condescendencia que no puede hacer otra cosa que provocarnos una sonrisa por su inocente insolencia que no engaña ni a los niños del parvulario.

Desde luego es una suerte que en España los ciudadanos a los que las crisis de la globalización, la creciente automatización y las desregulaciones van orillando de la ya casi fenecida clase media y precipitando hacia la precariedad y el miedo al porvenir.

Hubiese sido mucho peor que nos hubiese tocado algún energúmeno de la extrema derecha que en lugar de querer beber botellines de cerveza quisiese beberse la sangre de los emigrantes, o de los que no vamos a misa.

Pero la verdad es que estos chicos también dan un poco de miedo porque se ve claramente que todo su saber y su programa llegan hasta el día en que se sienten en el consejo de ministros. Luego ya veremos que pasa porque estos, saber de algo útil no saben de nada.

Los consejos de Gramsci dan para alcanzar el poder pero no dicen nada de como hacer que funcionen los semáforos o se pueda pagar a los funcionarios cuando no hay dinero en la caja.

Así que espero que les quede algo de su formación comunista, para que al menos puedan plantear medidas de colectivización de las granjas o la nacionalización de los bancos.

De esa forma nos tendrán entretenidos mientras nos rescatan las tropas de la OTAN o mucho más cercanos, los de la Guardia Civil.

Sabiendo como somos los españoles y como nos gusta jugar con el fuego y como somos capaces de pegarnos un tiro en el pie si con eso fastidiamos al vecino, mucho me temo que las bases ácratas podemitas seguirán a sus jefes de fila comunistas a la conquista del poder que para ellos es como el viejo Leviatan que todo lo puede.

Pero resulta muy enternecedor ver como el PC de toda la vida vuelve de sus cenizas cual ave fénix para encaramarse sobre las penas y miedos de tanta gente y presentar una batalla inútil pero llena de encanto juvenil, a la dura realidad de la vida en el mundo moderno.

A mi me enternece el nuevo flamear de las banderas rojas y siento nostalgia de manifestaciones al aire de la Internacional.

Lástima que todo eso siempre desemboque en el mismo sitio: el desastre.

¿Comprenderán esto los votantes?      

viernes, 6 de mayo de 2016

Asuntos sobre los que debatir...

...y que no se van a debatir en la interminable campaña electoral que padecemos.

El primero es el asunto del Déficit Presupuestario.

Es un tema tabú que solo aparece transmutado en dos falsos debates: el Gobierno central agrede a los pobres gobiernos autonómicos y les obliga a endeudarse para poder prestar los servicios esenciales a los ciudadanos, y por tanto si esos servicios no se prestan es culpa de los malvados de Madrid. Y naturalmente y en segundo lugar, Bruselas y sus taimados funcionarios nos "obligan" a reducir el déficit y por tanto nos recortan nuestros derechos y nuestros bienamados servicios y beneficios sociales tan duramente conseguidos.

Nadie quiere asumir que no podemos gastar mas de lo que ingresamos y que no podemos seguir aumentando la bola de la deuda hasta el infinito.

El segundo debate es el de como conseguir que España tenga un modelo económico capaz de sostener un estado del bienestar. Reformar el sistema universitario para que sea competitivo y capaz de generar ciencia, favorecer la investigación de tecnologías aplicadas y fomentar industrias basadas en ellas.

Nuestro proyecto de Ilustración quedó frustrado en sus pequeñas raíces pero la tarea sigue siendo la misma. Hemos hecho las tareas secundarias, auxiliares, es decir hemos hecho carreteras, ferrocarriles, puertos y ciudades, pero en vez de utilizarlas para la industria las hemos terminando utilizando para que vengan turistas y podamos ganarnos la vida de camareros.

Es mejor que nada pero no es suficiente. Desde luego no es suficiente para mantener un estado del bienestar como el que queremos.

Tantas infraestructuras sin industrias suponen un despilfarro que cualquiera puede comprobar.

El tercer debate es el de la mejora de la calidad de nuestras instituciones. Empezando por la Ley Electoral que tiene que ser cambiada para impedir que sean los políticos con sus cambalaches y no los ciudadanos con sus votos los que elijan al gobierno.

Todo el mundo habla de pactar, o sea cambalachear, y nadie recuerda que es la mayoría quien debe decidir y no la suma de minorías.

Solo un sistema con doble vuelta como el francés garantiza esto, pues son los ciudadanos los que deciden con quien pactar cambiando su voto en la segunda vuelta a uno de los dos partidos que han quedado primeros en la primera vuelta.

Y sin olvidar que todos los votos tienen que valer lo mismo, y no como ahora que un voto de Soria vale tres veces lo que uno de Madrid.

Lo segundo es la vuelta a un sendero de control del gasto a todos los niveles de la Administración para evitar en lo posible la corrupción. Reducirla a cero es imposible pero reconducir el problema si que es posible.

Y eso requiere la reforma de los partidos políticos cuyas estructuras permanentes deben ser reducidas a la mínima expresión para evitar que se conviertan en alternativas laborales para todos los inútiles o cosas peores del país.

Y naturalmente está el tema del modelo territorial que tendría que estudiarse en un ambiente de serenidad que lamentablemente no se da.

España, lo que sea que quede de España, tiene derecho a ser un país con una administración competente y adecuada a nuestro tamaño. La descentralización consagrada para agradar a catalanes y vascos ha fracasado y avanzar por ese camino no nos lleva más que a la disolución como entidad no solo política sino también sentimental.

Me gustaría equivocarme pero no creo que estos temas se debatan.

Al parecer vamos a escuchar temas mas divertidos como que Rivera es un lacayo del PSOE, que Podemos son comunistas, que el PP es la corrupción y que Susana quiere morder a Pedrito.

O sea que en vez de debatir lo que vamos a ver es un gran plató de Sálvame de Luxe.

  

martes, 19 de abril de 2016

Epitafio

"Al final, todo resultó ser nada" Dijo José Hierro en un memorable poema que viene al pelo para retratar el final de una comedia bufa que es en lo que se ha convertido la política española.

El señor Sanchez ha pasado de ser un caballero de brillante armadura a ser un pobre iluso que se ha dado cuenta tarde de que no le seguía nadie.

El señor Iglesias ha quedado retratado como el pequeño Lenin buen-rollista que desea más el poder que el bien de sus semejantes.

El señor Rivera se ha ido empequeñeciendo hasta casi desaparecer, tal vez para no ser engullido con Sánchez por el torbellino del fracaso, siempre tan contagioso.

El señor Rajoy nos ha demostrado que está dispuesto a ver como se desmorona el mundo a su alrededor sin que se le mueva un pelo de la ceja, y mandar balones fuera mientras caen chuzos de punta en cada rincón de España con administración popular-pepera.

Los nacionalistas catalanes siguen construyendo su estado dentro del estado.

Los nacionalistas vascos van tomando nota.

Los telediarios son enumeración de los infinitos casos de corrupción que al parecer unas super-trabajadoras fuerzas de seguridad del estado van destejiendo con mortífera eficacia.

Hacienda es el Gran Hermano que todo lo vigila y que a nadie disculpa.

Carmena persigue a los perros. (Al parecer los únicos animales que defecan en Madrid).

Neymar se pone nervioso por los juicios que le acechan y parece un apache enloquecido por los hongos alucinógenos.

La Liga cumple con su función de entretener a las masas estupefactas por la mezcla de realities y paseillos en la Audiencia Nacional.

El déficit sigue creciendo.

No pasa nada.

Vamos a elecciones y ya no sabemos para qué.

Se suponía que esta legislatura tenía que ser la de los amplios consensos para una "segunda transición", es decir para encontrar un marco de convivencia que nos permitiera abordar los graves problemas que afectan a nuestra sociedad.

Pero de consensos nada de nada.

¿Que va a cambiar con las nuevas elecciones?

Nada.