viernes, 6 de mayo de 2016

Asuntos sobre los que debatir...

...y que no se van a debatir en la interminable campaña electoral que padecemos.

El primero es el asunto del Déficit Presupuestario.

Es un tema tabú que solo aparece transmutado en dos falsos debates: el Gobierno central agrede a los pobres gobiernos autonómicos y les obliga a endeudarse para poder prestar los servicios esenciales a los ciudadanos, y por tanto si esos servicios no se prestan es culpa de los malvados de Madrid. Y naturalmente y en segundo lugar, Bruselas y sus taimados funcionarios nos "obligan" a reducir el déficit y por tanto nos recortan nuestros derechos y nuestros bienamados servicios y beneficios sociales tan duramente conseguidos.

Nadie quiere asumir que no podemos gastar mas de lo que ingresamos y que no podemos seguir aumentando la bola de la deuda hasta el infinito.

El segundo debate es el de como conseguir que España tenga un modelo económico capaz de sostener un estado del bienestar. Reformar el sistema universitario para que sea competitivo y capaz de generar ciencia, favorecer la investigación de tecnologías aplicadas y fomentar industrias basadas en ellas.

Nuestro proyecto de Ilustración quedó frustrado en sus pequeñas raíces pero la tarea sigue siendo la misma. Hemos hecho las tareas secundarias, auxiliares, es decir hemos hecho carreteras, ferrocarriles, puertos y ciudades, pero en vez de utilizarlas para la industria las hemos terminando utilizando para que vengan turistas y podamos ganarnos la vida de camareros.

Es mejor que nada pero no es suficiente. Desde luego no es suficiente para mantener un estado del bienestar como el que queremos.

Tantas infraestructuras sin industrias suponen un despilfarro que cualquiera puede comprobar.

El tercer debate es el de la mejora de la calidad de nuestras instituciones. Empezando por la Ley Electoral que tiene que ser cambiada para impedir que sean los políticos con sus cambalaches y no los ciudadanos con sus votos los que elijan al gobierno.

Todo el mundo habla de pactar, o sea cambalachear, y nadie recuerda que es la mayoría quien debe decidir y no la suma de minorías.

Solo un sistema con doble vuelta como el francés garantiza esto, pues son los ciudadanos los que deciden con quien pactar cambiando su voto en la segunda vuelta a uno de los dos partidos que han quedado primeros en la primera vuelta.

Y sin olvidar que todos los votos tienen que valer lo mismo, y no como ahora que un voto de Soria vale tres veces lo que uno de Madrid.

Lo segundo es la vuelta a un sendero de control del gasto a todos los niveles de la Administración para evitar en lo posible la corrupción. Reducirla a cero es imposible pero reconducir el problema si que es posible.

Y eso requiere la reforma de los partidos políticos cuyas estructuras permanentes deben ser reducidas a la mínima expresión para evitar que se conviertan en alternativas laborales para todos los inútiles o cosas peores del país.

Y naturalmente está el tema del modelo territorial que tendría que estudiarse en un ambiente de serenidad que lamentablemente no se da.

España, lo que sea que quede de España, tiene derecho a ser un país con una administración competente y adecuada a nuestro tamaño. La descentralización consagrada para agradar a catalanes y vascos ha fracasado y avanzar por ese camino no nos lleva más que a la disolución como entidad no solo política sino también sentimental.

Me gustaría equivocarme pero no creo que estos temas se debatan.

Al parecer vamos a escuchar temas mas divertidos como que Rivera es un lacayo del PSOE, que Podemos son comunistas, que el PP es la corrupción y que Susana quiere morder a Pedrito.

O sea que en vez de debatir lo que vamos a ver es un gran plató de Sálvame de Luxe.

  

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