A raíz de la pronta aparición de una tableta a cargo de HP, junto con otras de Toshiba o Google, discutíamos si les será posible competir contra el iPad. Y si bien aparecían como fortalezas del producto de Apple la pantalla, el hype generado o el marketing, yo me decanto más por otra característica que creo que no es valorada lo suficiente en los análisis: la interfaz de usuario.
Desde que el ordenador personal entró en las vidas de los usuarios de a pie, éste ha sido manejado a través del ratón y el teclado. Y así hemos vivido los últimos 25 años, aprendiendo a manejar las máquinas mediante estos periféricos. Y el usuario de a pie no se caracteriza precisamente por ser un ente que aprenda deprisa.
Por ello, todo lo que se ha construido después sobre esta base (sistemas operativos, aplicaciones, máquinas...) se hizo pensando en ser manejado mediante ratón y teclado, retroalimentando la necesidad de estos periféricos.
Cuando los móviles empezaron a ser más potentes y las llamadas eran lo mínimo que se esperaba de ellos, pronto se hizo patente la necesidad de manejarlos sin ratón ni teclado. Pero el esquema mental ya estaba construido y los terminales se hicieron con carpetas y archivos, cursores, miniteclados y bolitas como las de un ratón...
El gran acierto de Apple con el iPhone fue reimaginar cómo debería ser un móvil, pensado sin prejuicios, pero con el conocimiento de 25 años de fabricar ordenadores. Eso dio lugar a un nuevo ecosistema, basado en aplicaciones manejadas a través de una pantalla táctil, que lleva arrasando en el mercado 3 años y que a los competidores aún les está costando igualar.
Ahora Apple amplía la pantalla del iPhone y traslada el concepto a un nuevo tipo de ordenador en formato tableta. Que realmente no era tan nuevo, ya que ya habían existido experiencias previas, pero de escaso éxito. ¿Por qué? Porque no dejaban de ser ordenadores tradicionales sin teclado, siguiendo un modelo que no estaba pensado para ser usado así.
Para obtener una gran experiencia de usuario en una tableta no se puede utilizar una interfaz pensada para un ordenador. E igual pasa con los móviles, e igual pasará cuando se extienda el uso del televisor como una pantalla más. Por eso creo que realmente el éxito de otras tabletas reside en la capacidad para abstraerse del modelo de ratón y teclado para llevar de la mano al usuario de a pie hacia una nueva forma de interactuar con una computadora. Y no sólo me refiero a los periféricos, sino también a los sistemas operativos, hardware y software.
Esperemos que HP y Toshiba no se limiten a instalar Windows 7 e inflar el dispositivo con funcionalidades, porque eso no va a funcionar. Si Google hace algo basado en su SO Chrome sí que puede presentar batalla y realmente es en el que tengo más confianza.
Veremos qué pasa. De momento tendremos que aprender a dejar de utilizar el ratón y teclado.