jueves, 30 de abril de 2015

¡Pero que poca vergüenza!

No quiero dejar pasar más tiempo sin comentar el, para mi, asombroso descubrimiento de que hay un montón de parlamentarios españoles a sueldo de empresas.

Todo con la cobertura de un reglamento de las cámaras que permite que diputados y senadores compatibilicen sus tareas parlamentarias con el supuesto ejercicio de sus carreras profesionales.

Para encubrir semejante despropósito se aduce una supuesta necesidad de que estas personas, cuyos cargos en realidad tienden a ser vitalicios, no se queden "desamparados" una vez que dejen sus poltronas.

Además se les permite que mantengan despachos, bufetes, consultoras, etc. que ayuden a diluir los lazos entre sus patrones y sus "ilustres" personas.

Se aduce que otros países civilizados tienen reglamentos semejantes.

Yo dudo que en ningún país un diputado pueda estar a sueldo de una empresa o asociación cuyos intereses se dilucidan en el parlamento, congreso o cámara que sea.

Estos pájaros de la secta que nos gobierna llevan años oponiéndose a que exista un registro de lobbies  en España y a regular esa actividad que no solo es necesaria sino que siempre existe.

La diferencia es si su existencia es transparente o es subterránea.

Los políticos españoles prefieren  la clandestinidad.

Ahora lo entiendo.

Y encima va Martínez Pujalte, que en su día fue martillo de corrutos y admite que a lo mejor lo que hace "no es ético", pero es legal.

O sea fastidiaros que no me podéis hacer nada.

Puede que yo sea un poco inocente, pero en mis tratos con las administraciones públicas y con parlamentarios nunca pude imaginarme que mientras yo me movía con la máxima prudencia y respeto a la función que representaba la otra parte, otros andaban repartiendo sueldos y regalos.

Yo pensaba que eso no ocurría en mi país.

Y para mi ha sido desolador comprobar que hemos llegado a un punto de deterioro y corrupción del sistema que solo cabe el mas absoluto desprecio o ...

Lo dejo en puntos suspensivos.   

miércoles, 29 de abril de 2015

La invasión de los sin techo

En este país de nuestros pecados se puede hablar de todo....menos de lo que de verdad nos importa.

Los medios de comunicación están repletos de naderías inventadas en los "think tanks" de los partidos y otras instituciones, y la discusión de esas naderías, que a nadie le importan absolutamente nada, por ejemplo la sucesión en la secretaría general del PP, ocupan páginas y páginas o minutos y minutos de "prime time".

Pero si a alguien se le ocurre hablar de un tema como la mendicidad en las calles de Madrid, del que todo el mundo habla en privado, se organiza un gran bochinche escandalizado en el que todas las "hermanas de la caridad" y oenegeros varios se desgarran las vestiduras, como si se hubiese transgredido la línea roja de lo indecible.

Debe ser una vez mas un dilema wittgensteniano, o sea que como dijo el filósofo austriaco, "de lo que no se puede hablar hay que callar".

Hay que callar que las calles de Madrid parecen la corte de los milagros. Hay que callar que hay organizaciones profesionales de mendigos. Hay que callar en los parques públicos se reúnen para emborracharse, defecar y dormir.

Hay que callar que organizan campamentos en lugares públicos, que "okupan" edificios y que constituyen focos de todo tipo de infecciones, aparte los robos, hurtos o como lo quieran llamar los bienaventurados jueces españoles.

Hay que callar que el centro de la ciudad está tomado por mendigos y que es imposible salir a la calle sin ser interpelado varias veces al día por mendicantes de todas las razas o por representantes de ONGs que piden para aliviar los diversos males del mundo.

Creo que desde el siglo XIX no se había visto nada semejante en Madrid: lisiados arrastrándose, embarazadas balbucientes, malencarados limpiando parabrisas de forma amenazante, alcohólicos dando tumbos, cantantes desafinados y acordeonistas monocordes, rebuscadores de basuras, recolectores de productos caducados a la puerta de los supermercados, africanos con gorrita o sin ella, y un sin fin de variantes, entre las que destacaría la de jubilados españoles que quieren compensar sus pensiones, o que se aburren en casa.

Los comedores sociales no dan abasto.

Los bancos de alimentos echan humo.

Y todos y todo se justifica por "la crisis".

Yo comienzo a creer que estamos siendo víctimas de una invasión de "body-snatchers" y que todos esos mendigos que vemos por todas partes son en realidad alienígenas que terminarán apropiándose de todo.

Pero existe una conspiración de silencio por parte de nuestras elites para que no se diga una palabra al respecto y que la invasión prosiga sin oposición.

Y cuando a alguien se le ocurre mencionar el tema cae sobre ella (en este caso Esperanza Aguirre), todo el peso de los justos y buenas-personas que no pueden ni escuchar  que se pueda alterar la marcha hacia la "solución final", o sea una ciudad llena de mendigos, okupas, inmigrantes ilegales, "nómadas", borrachos, carteristas, y todas las legiones del averno convocadas a una última y postrera "marcha de Walpurgis".

Pues nada, sigamos discutiendo sobre si fulanito o menganito son mejores para ocupar cargos inútiles, y sigamos sin hablar de la realidad.

Cuando se abra la puerta del castillo y aparezca la horrenda compaña encabezada por un grotesco monstruo que toca un bombo confeccionado con piel humana, sabremos que han llegado los últimos días.

PD. El que quiera mas información puede leer "La noche de Walpugis" del escritor checo Gustav Mayerick.    

lunes, 27 de abril de 2015

Los jinetes del Apocalipsis

La actualidad de estos últimos tiempos parece sacada del Apocalipsis de San Juan: barcos llenos de refugiados que se hunden en el Mediterráneo, gentes que nos parecían honestas y que resultan súcubos de Satán, asesinos múltiples que viven en la puerta de al lado, volcanes que explotan y lanzan nubes de humo que cubre miles de Km. cuadrados y ahora otro terremoto en Nepal que arrasa ese extraño país que en una estrecha franja de terreno comienza en junglas y acaba en cumbres de ochomiles.

Sin olvidar las epidemias todavía en marcha, la guerra interminable de las drogas, los asesinatos en colegios, los secuestros en masa, las guerras sunníes-chiíes, el cambio climático y el año electoral en nuestro país.

Todo calamidades que parecen rodearnos por todas partes y aconsejarnos no salir de casa.

Pero ni ahí nos deja en paz Hacienda que con la mirada inquisidora del Gran Hermano orwelliano, nos acusa de mentir y robar y nos amenaza con llevarnos presos del agarrados por el cogote para burla y escarnio del transgresor.

Siento de verdad los destrozos causados por el terremoto.

Aunque suene como una barbaridad, los miles de ahogados, asesinados, torturados, secuestrados, sepultados y desaparecidos se perderán en el olvido, como ha sucedido siempre con la Humanidad, que otra cosa no tendrá pero si una capacidad de regeneración y crecimiento que ha superado a los mayores asesinos, plagas, catástrofes o matanzas.

¿Quién se acuerda de los armenios asesinados en 1915?

Solo se recuerda la efemérides y en su nombre se hacen discursos y se escriben libros, pero todas aquellas vidas truncadas se han ido al olvido como se irán las niñas secuestradas por los terroristas islámicos de Kenia, Nigeria o Sudan.

Y como se irán los africanos y sirios o iraquíes que se fueron al fondo del Mare Nostrum y de los que ni siquiera sabremos los nombres.

Pero los templos nepalíes que se han derrumbado estos días, esos si que no volverán.

Siento una gran pena por todo ese arte milenario que llenaba las plazas de Katmandú y que era como un milagro en medio de la terrible polución atmosférica de aquella ciudad, de la pobreza renegrida y de la resignación de las muchedumbres.

Se que las familias afectadas sufrirán sus pérdidas, y que quedarán miles de huérfanos vagando por las calles. Se que la pobreza se afilará y que una de las únicas fuentes de ingresos que son los turistas, dejará de manar.

Será como si los dioses antiguos hubiesen abandonado definitivamente los valles del Himalaya y como si Sidharta Gautama nos dijese: "Ya os dije que lo mejor es hacerse insensible al sufrimiento renunciando a cualquier goce de los sentidos".

Siento que ya no se puedan volver a contemplar aquellos recintos que no eran tan solo un monumento sino que seguían siendo lugares de culto.

Tal vez se reconstruyan con el tiempo pero no serán los mismos.

La gente si se recuperará.

¡Que son tres mil o cuatro mil difuntos en un océano de gentes que se reproducen sin ton ni son!

Mil doscientos millones de personas pueblan el subcontinente indio.

A lo mejor es la fuerza de esa ingente muchedumbre la que ha empujado la placa tectónica hacia la otra gran masa humana, la de los mil millones de chinos, que miran desde detrás de la atalaya del techo del mundo.

De verdad que parece que se está acabando el mundo.      

martes, 21 de abril de 2015

Menores asesinos y legisladores buenistas

Como ya saben los seguidores del blog, estoy totalmente en contra de las leyes especiales sean de género, de edad, de gustos musicales o de estatura.

La ley debe ser igual para todos y aplicarse en cada caso de acuerdo al sentido común.

Naturalmente que no es lo mismo un adolescente asesino que un asesino de adolescentes, pero un asesinato es un asesinato sea quien sea quien lo cometa, y el hecho de que una ley especial, creada teóricamente para proteger a los menores, pero en realidad creada para satisfacer la necesidad de los  políticos de pasar por paladines de causas populares, permita que un adolescente de trece años pueda matar con absoluta y total impunidad, es una barbaridad.

Ya hemos hablado de como las mafias "rumanas" utilizan a menores para robar con total desparpajo o como las africanas emigrantes ilegales se cuelan sin papeles de ninguna clase cuando llegan embarazadas, que naturalmente es como llegan todas.

Lo que se incentiva es lo que se obtiene.

Si se permite que los adolescentes delincan sin consecuencias, la violencia está servida.

Pero es que además, la mema ideología buenista que afecta a tantas personas en Europa, está produciendo generaciones de jóvenes irresponsables y afectados de un culto a si mismos que no puede mas que acarrear desastres a si mismos y a los que les rodean.

Según las leyes del menor actualmente en vigor, un padre no puede pegar una bofetada a su hijo sin que quede marcado como delincuente y vaya a la cárcel o sea condenado a "alejamiento".

Tampoco los maestros pueden recriminar o "agredir moralmente" a los tiernos infantes, aunque estos se suban por los pupitres y les escupan a la cara.

Si cualquiera tiene la oportunidad, que hable con algún profesor de Instituto y verá en que situación está la enseñanza en España.

Todo resulta de lo más estrambótico y surrealista.

Y no solamente es que no parece que vaya a cambiar, sino que escuchando las declaraciones de los responsables educativos catalanes en este caso, pero podrían ser de cualquier otro lugar, nos damos cuenta de que su instinto les lleva a justificar los hechos desde la enajenación temporal.

O sea que no pueden admitir que ese adolescente sea una persona maligna, y le tienen que buscar otra explicación: los videojuegos, las películas, las series...

En fin, no hay que ser un genio para comprender que de los millones de chicos que ven esas series y juegan a esos videojuegos solo un puñado se manifiestan como asesinos, luego ni los videos ni la TV son una causa suficiente.

La causa está en el cerebro de esos jóvenes y el hecho de que se manifieste a los trece o a los veinte años no es determinante.

Es cierto que como no podemos indagar en el cerebro de las personas no podemos saber con eficacia quien tiene fundamentos criminales en su mente, lo que nos permitiría retirarlos de circulación como en la película Minnority Repport, pero una vez que esos fundamentos se manifiestan, sea a la edad que sea, no podemos ignorarlos y mirar a otra parte.

Quien se crea que el adolescente barcelonés va a cambiar con una educación especial es que tiene una fe en el sistema educativo o en las propiedades terapéuticas de la psicología muy superiores a las que yo tengo.

Ese muchacho será siempre un peligro como el asesino de la katana y tantos otros.

Personas malignas que se ríen de la sociedad que les cuida como joyas cuando en realidad son basura.

El culto a la niñez, como el culto a la mujer, el culto a los salvajes, o cualquier otro culto gilipollas de nuestras sociedades no es mas que una muestra de nuestra decadencia y nuestra pereza a la hora de pensar.

Y toda la maraña de leyes creadas para dar carnaza a los que practican esos cultos modernos no hacen mas que generar comportamientos egoístas y malsanos.

El Código de Hammurabi era muy simple y está escrito en una sola piedra.

No matarás es una idea bastante simple y que tiene que ser aliviada de cualquier adjetivación: ni por sexo, ni por edad, ni por color del pelo.

Por cierto que "no robarás" también es igual de simple.

Y por supuesto la idea, esencial para el buen desarrollo de la sociedad, de que "el que la hace la paga".

Tenga la edad que tenga.



             

viernes, 17 de abril de 2015

Son las cuatro y llaman a la puerta...es la policia

Si, es la policía, acompañada por el al parecer inevitable cortejo de periodistas gráficos, televisiones, jubilados irascibles y demás ingredientes de los linchamientos modernos.

En esta ocasión el linchado se llama Rodrigo Rato y hasta hace poco era un señor muy importante ante el que se abrían las puertas y todo eran sonrisas.

Hoy es un hereje al que se le ha colocado el sanbenito y todo el mundo le escupe y niega haberle conocido.

Francamente no comprendo en que berenjenal nos estamos metiendo al haber convertido la Hacienda Pública en una especie de religión y a la Agencia Tributaria en la Gestapo.

No comprendo a que viene este ansia de "ejemplaridad pública" que amenaza con devolvernos a lo peor de nuestro pasado.

Ni comprendo como los responsables de la Justicia y la Policía permiten, incentivan y cultivan una connivencia repugnante con lo peor de los medios de comunicación.

Parece que estemos alimentando una hoguera en la que terminemos quemando todo el sistema en beneficio de una mítica catarsis que nos convierta por arte de magia en Suiza, la tierra del orden y la limpieza por excelencia.

Con alegría insensata nos aprestamos a entregar el poder a las nuevas generaciones cuyo único mérito es el de ser jóvenes, y a jubilar o ajusticiar a los mayores como culpables de todas las corrupciones.

No defiendo ni a Rato ni a Chaves ni a nadie en particular.

Pero me gustaría:

Que los juicios fuesen rápidos.

Que las detenciones fuesen las imprescindibles y no fuesen públicas.

Que en los delitos monetarios se buscase más la devolución del dinero que el escarnio público de las personas.

Que se mantuvieran secretos los sumarios.

Que no se extendiese la sombra de la sospecha a todo el mundo.

Que se respetase la norma democrática de no culpar a nadie sin juicio previo.

Me parece que cuando se cruzan estas fronteras estamos entrando en terrenos peligrosos y mas cuando se cruzan por razones partidistas y sectarias.

Si Rodrigo Rato ha traspasado la línea de la Ley es algo que deben determinar los jueces tras un juicio con garantías.

No lo pueden determinar los "tribunales populares" ni los "tribunales de papel".

No creo que fuese necesario ir a detener a Rato con seis coches de policía y aviso previo a los medios.

Que yo sepa Rato no es Al Capone.

Si en España cuando llaman a la puerta a las cuatro es la Policía y no un repartidor de publicidad, es que nos estamos deslizando por la pendiente de una nueva dictadura.

Puede que Hacienda seamos todos, pero francamente eso no es lo mismo que que seamos todos (propiedad) de Hacienda.

    






martes, 14 de abril de 2015

¿Que fue de las grandes industrias de las telecomunicaciones?

Resulta una paradoja que la liberalización de las telecomunicaciones haya producido el colapso de la industria que se responsabiliza de las plataformas tecnológicas que sustentan los servicios liberalizados.

Nunca desde su creación a comienzos del siglo XX había estado la industria en un estado tan lamentable.

Completamente a merced de unos operadores obsesionados con el corto plazo y con su propio Armagedón en forma de compañías que utilizan la Internet para subvertir el viejo orden establecido.

Pero esta última cuestión no es en realidad la causa del maltrato que recibe la industria de sus clientes.

Antes de que Internet se convirtiese en una alternativa real a la vieja telefonía, las operadoras habían decidido que una parte sustancial de sus beneficios tenía que salir directamente de las cuentas de resultados de la industria.

Y así comenzaron a apretar y apretar hasta que efectivamente comenzaron a morirse.

La única salida que quedaba era la vía de las fusiones y ahí estamos.

Ahora se anuncia la fusión Nokia-Alcatel-Lucent. (En realidad Alcatel-Lucent ya había anunciado su abandono del negocio de las infraestructuras móviles).

Yo solo quiero apuntar que Alcatel fue el resultado de la fusión ITT-CGE, dos compañías que tenían sistemas propios. Que Lucent era la compañía que heredó los activos tecnológicos de AT&T, incluidos los célebres Bell Laboratories, (los de Edison), y que Nokia (redes) es en realidad la fusión de esa parte de la compañía con los activos similares de Siemens.

Todas esas compañías eran empleadores de miles de ingenieros. Todas tenían laboratorios de investigación. Todas desarrollaron sistemas perfectamente funcionales que competían entre si.

Y hoy sus restos se están uniendo para competir con los chinos, y con Ericsson, la única de las grandes compañías que ha sobrevivido.

Miles de buenos puestos de trabajo han desaparecido.

Toneladas de conocimiento se han volatilizado.

Europa ha perdido una de las únicas batallas tecnológicas que podía haber ganado.

La verdad es que ha sido muy instructivo ver como se ha producido.

¡Y lo deprisa que ha ocurrido!

    

viernes, 10 de abril de 2015

Marruecos

España tiene una larga frontera con Marruecos.

Sería mejor tener frontera con Suiza y Holanda, pero resulta que por los avatares de la Historia lo que era la provincia Mauritana del Imperio Romano se transformó en parte del califato y posteriormente en un reino con una fuerte personalidad.

Nuestra historia y la historia de Marruecos está fuertemente trabada y no precisamente a través de acontecimientos felices.

Piratas, expediciones de castigo, toma de ciudades, destrucción, pillaje, cautiverios, esclavitud, y un largo etc. son los perfiles de nuestra relación.

Precisamente para combatir la piratería se tomaron las ciudades de Ceuta en 1415, Tánger en 1471 y Melilla en 1487.

En 1860 un incidente en torno a Ceuta provocó una guerra que ganó el General Prim.

En 1904 España y Francia se repartieron el territorio en "áreas de influencia" que pasaron a constituirse en "protectorados"

En 1921 fue el desastre de Annual y luego vinieron los desembarcos y la reconquista del territorio, donde se formaron Franco y los militares que después protagonizarían la Guerra Civil de 1936.

En esa guerra participaron decenas de miles de soldados marroquíes, que formaron las tropas de choque del ejército nacionalista.

Después vino la independencia en 1956 y al año siguiente el primer incidente en el territorio de Ifni, un enclave español en la costa atlántica de Marruecos que pasó a este país.

En 1975 la provincia española del Sahara Occidental fue invadida por una muchedumbre denominada la "Marcha Verde" auspiciada por los americanos.

Hubo que abandonar aquel territorio a los marroquíes y también a sus habitantes, que hasta ese momento eran españoles, con su DNI, a aquel país.

No es que los saharauíes nos quisiesen mucho.

De hecho nos combatían con su Frente Polisario de Liberación financiado por Argelia país interesado en comercializar el petróleo del sus del Sahara a través de la costa atlántica.

El caso es que nos marchamos bastante avergonzados y aliviados a la vez.

Los marroquíes reivindican las Canarias, y por supuesto todos los enclaves españoles en su territorio.

O sea que son un vecino muy incómodo.

Además resulta que en estos últimos años han emigrado a nuestro país cerca de millón y medio de marroquíes.

Todo esto resulta de lo mas paradójico teniendo en cuenta que los colonos españoles en Marruecos fueron expulsados y sus propiedades confiscadas en los años setenta.

Pero en estos últimos años se había ido produciendo un cierto acercamiento en base a la necesidad marroquí de modernizar su economía y del hecho de que España está muy cerca de Marruecos.

Muchas empresas españolas han cruzado el estrecho y han realizado inversiones.

Los emigrantes han tenido hijos que ya son españoles, y van y vienen, y hablan y todos vamos descubriendo que los de enfrente en realidad son bastante parecidos a nosotros y que no hay tantos motivos para la desconfianza y que el pasado mejor ni tocarlo.

Y entonces pasa que unos montañeros demasiado intrépidos tienen un accidente en el interior de Marruecos.

Y pasa que la guendarmería marroquí no tiene los medios para intervenir con presteza.

Y pasa que el superviviente llega a España y se pone a rajar.

Y pasa que los medios se lanzan sobre la sangre, (como siempre).

Y pasa que el juez Ruz, que no tiene tiempo para terminar la instrucción del caso Gurtel, si que tiene tiempo al parecer para investigar la represión marroquí en el antiguo Sahara Español.

Y volvemos a liarla parda.

Marruecos no es Suiza.

Es una pena pero no lo es.

No es una democracia.

Ningún país árabe lo es.

Nuestras relaciones son difíciles.

No tenemos la fuerza suficiente para imponer nuestra solución. (Ni en tiempos de Felipe II la hemos tenido).

Hay que convivir con estas realidades.

¿De verdad que el Gobierno Español no debería haber gestionado el asunto montañero mejor?

¿De verdad que el juez Ruz no tiene otra cosa que hacer que montar un caso que nunca va a conseguir otra cosa que envenenar el ambiente?

¿No es posible que hablemos de Marruecos o de Portugal sin que se nos escape el desprecio y la condescendencia?

  

martes, 7 de abril de 2015

El cazador cazado

Entre las pavadas mas grandes cometidas por el gobierno zapatitos estuvo la Ley de la Violencia de Género, una de las fórmulas que aquel bobainas de presidente se sacó de la manga en su intento por transformar el Partido Socialista en un partido buenista-feminista.

Por eso resulta hoy particularmente chocante y aleccionador a la vez que el autor material de aquella fechoría jurídica, todavía en vigor ya que nadie se atreve a ir contra el feminismo, haya caído en las redes que él creó cuando era el entusiasta paladín del zapaterismo.

Juan Fernando López Aguilar se ve hoy en la situación a la que ha condenado a tantos hombres enfrentados a acusaciones semejantes en procesos de divorcio o pre-divorcio.

Y ahora tendrá que pasar por el mismo calvario que tantos otros han tenido que recorrer hasta que se reconozca o no si hubo violencia genuina o se trata de una venganza o una estrategia para sacar un buen divorcio.

Pretender eliminar la violencia doméstica mediante leyes especiales crea un caldo de cultivo en el que crecen y se desarrollan animales muy raros y peligrosos.

Basta recordar que la Ley Seca comenzó siendo precisamente una ley para tratar de mitigar la violencia doméstica.

Y es que a pesar de lo que les gusta tanto a los políticos, es decir, crear leyes para todo y para todos, basta una buena ley lo suficientemente general y un poco de sentido común en su aplicación.

Y la violencia no necesita apellidos.

Es la misma fuerza oscura que yace en nuestro interior y que sale a relucir en situaciones en las que la frustración, el miedo, la ira y otros disparadores la exteriorizan.

Y que suele manifestarse de los fuertes contra los débiles, pero también en sentido inverso.

No podemos evitar su aparición que pertenece al reino de nuestro cerebro, (y de nuestra herencia genética), pero desde el Código de Hammurabi hace cinco mil años se ha perseguido y castigado.

Pese a la retórica feminista, todo el mundo sabe que no se puede hacer como también sabemos lo que hay que hacer.

Y todos sabemos que la violencia no es buena. (Hasta los mas bestias). Y deberíamos saber que con el Código Penal de toda la vida se pueden tratar todos los crímenes.

Cuando pretendemos regular hasta el mas mínimo resquicio por el que se pueda escapar la violencia hacia un colectivo específico, lo que hacemos en realidad es crear condiciones que en lugar de modificar la naturaleza humana simplemente lo que modifican es el equilibrio de poder entre unos grupos y otros.

Y modificar esos equilibrios mediante la alquimia legislativa no conlleva necesariamente cambios en la naturaleza humana.

Solo pone a unos colectivos determinados en una situación de mayor indefensión.

Y en este caso ese colectivo son los hombres.

Como acaba de aprender en sus propias carnes el señor López Aguilar.

Que aunque resulte mas inocente que el niño Jesús, a ver quien le quita ahora el sanbenito de ser un maltratador.  

   

lunes, 6 de abril de 2015

Superioridad colonial

El accidente de tres montañeros españoles en una remota región del Atlas marroquí está dando lugar a una colección de comentarios que van desde lo colonial a lo directamente racista.

Es natural que los familiares y amigos de los accidentados expresen su dolor y su frustración ante las circunstancias del aparatoso rescate, pero lo que ya no es de recibo es que los medios españoles pongan el altavoz a esa frustración en un coro de "indignada estupefacción" por la tardanza y la falta de medios de la Guendarmería marroquí.

Y sobre todo por la exigencia mal disimulada de que los marroquíes deberían haber dejado paso a "nuestros" equipos de rescate inmediatamente dada su falta de profesionalidad y posibilidades de llegar hasta los accidentados.

Todo ha sonado bastante raro a tan solo unos días del accidente del avión en los Alpes franceses.

Aunque los muertos eran mayoritariamente alemanes y españoles, a nadie se le ha ocurrido exigir que fuesen las policías alemanas o españolas las que llevasen a cabo el rescate.

A todo el mundo le parecía lo normal que fuesen los franceses ya que el accidente había tenido lugar en Francia.

Pero claro, este accidente ha tenido lugar en Marruecos, o sea, el tercer mundo a pesar de que esté tan cerca geográficamente de nosotros, y de que los mayores nos acordemos perfectamente de que España, el hoy orgulloso país desarrollado, fue no hace mucho un país subdesarrollado, en el que británicos o alemanes sentían la misma desconfianza ante policías y médicos españoles que hoy nosotros sentimos ante los marroquíes.

A nosotros nos parece lo más lógico que nada mas conocerse el accidente, el gobierno marroquí hubiese autorizado de inmediato la operación de la policía española o de los equipos de rescate de la Guardia Civil, pero eso no es lo mas lógico.

Los países y particularmente aquellos que han salido de situaciones coloniales no hace mucho se sienten particularmente sensibles en cuestiones de soberanía, sobre todo cuando implican a las antiguas potencias coloniales, como es el caso.

Es posible que Marruecos carezca de equipos de rescate como los que hay en España, pero eso no obliga al Gobierno marroquí a "aceptar" la ayuda de los servicios extranjeros.

Me gustaría a mi saber como hubiesen reaccionado los mismos indignados si los británicos hubiesen exigido equipos de rescate británicos para rescatar a un montañero británico en los Pirineos, (una situación que seguro que se ha dado en los últimos tiempos).

Cuando se va a países menos desarrollados a practicar según que actividades hay que tener claro que hay mas riesgo que si esas actividades se practican en el territorio de la UE.

Y por cierto, me pregunto por qué tenemos que tener tantos equipos de rescate en España para este tipo de actividades.

¿No sería mas adecuado que los practicantes de deportes de riesgo se pagasen unas pólizas de seguros que incluyesen la posibilidad de rescate privado?

¿Por qué tenemos que pagar entre todos las consecuencias de las aficiones de unos cuantos?

Pero a lo que vamos, no es de recibo la actitud de nuevos ricos que estamos exhibiendo en este lamentable caso.

Seguro que los marroquíes ya saben que no disponen de los medios para rescates estupendos e inmediatos.

Pero seguro que les sienta fatal que vayamos los españoles a decírselo, y a restregárselo después.

En las siempre difíciles relaciones hispano-marroquíes, tendríamos que hacer un pequeño esfuerzo para no mostrar tan a las claras que nos sentimos superiores en todo a nuestros vecinos.

Eso ya ha traído graves consecuencias en el pasado.

Una cosa es que seamos firmes en la defensa de la democracia y los derechos humanos en aquel país, y en todos los demás en los que tales bienes son escasos, y otra es que lo hagamos con condescendencia y paternalismo.

Deberíamos saber por nuestra propia experiencia que tales alardes solo dan armas y argumentos a los que al otro lado de estrecho viven de avivar ese fuego.

Que los hay.