martes, 21 de abril de 2015

Menores asesinos y legisladores buenistas

Como ya saben los seguidores del blog, estoy totalmente en contra de las leyes especiales sean de género, de edad, de gustos musicales o de estatura.

La ley debe ser igual para todos y aplicarse en cada caso de acuerdo al sentido común.

Naturalmente que no es lo mismo un adolescente asesino que un asesino de adolescentes, pero un asesinato es un asesinato sea quien sea quien lo cometa, y el hecho de que una ley especial, creada teóricamente para proteger a los menores, pero en realidad creada para satisfacer la necesidad de los  políticos de pasar por paladines de causas populares, permita que un adolescente de trece años pueda matar con absoluta y total impunidad, es una barbaridad.

Ya hemos hablado de como las mafias "rumanas" utilizan a menores para robar con total desparpajo o como las africanas emigrantes ilegales se cuelan sin papeles de ninguna clase cuando llegan embarazadas, que naturalmente es como llegan todas.

Lo que se incentiva es lo que se obtiene.

Si se permite que los adolescentes delincan sin consecuencias, la violencia está servida.

Pero es que además, la mema ideología buenista que afecta a tantas personas en Europa, está produciendo generaciones de jóvenes irresponsables y afectados de un culto a si mismos que no puede mas que acarrear desastres a si mismos y a los que les rodean.

Según las leyes del menor actualmente en vigor, un padre no puede pegar una bofetada a su hijo sin que quede marcado como delincuente y vaya a la cárcel o sea condenado a "alejamiento".

Tampoco los maestros pueden recriminar o "agredir moralmente" a los tiernos infantes, aunque estos se suban por los pupitres y les escupan a la cara.

Si cualquiera tiene la oportunidad, que hable con algún profesor de Instituto y verá en que situación está la enseñanza en España.

Todo resulta de lo más estrambótico y surrealista.

Y no solamente es que no parece que vaya a cambiar, sino que escuchando las declaraciones de los responsables educativos catalanes en este caso, pero podrían ser de cualquier otro lugar, nos damos cuenta de que su instinto les lleva a justificar los hechos desde la enajenación temporal.

O sea que no pueden admitir que ese adolescente sea una persona maligna, y le tienen que buscar otra explicación: los videojuegos, las películas, las series...

En fin, no hay que ser un genio para comprender que de los millones de chicos que ven esas series y juegan a esos videojuegos solo un puñado se manifiestan como asesinos, luego ni los videos ni la TV son una causa suficiente.

La causa está en el cerebro de esos jóvenes y el hecho de que se manifieste a los trece o a los veinte años no es determinante.

Es cierto que como no podemos indagar en el cerebro de las personas no podemos saber con eficacia quien tiene fundamentos criminales en su mente, lo que nos permitiría retirarlos de circulación como en la película Minnority Repport, pero una vez que esos fundamentos se manifiestan, sea a la edad que sea, no podemos ignorarlos y mirar a otra parte.

Quien se crea que el adolescente barcelonés va a cambiar con una educación especial es que tiene una fe en el sistema educativo o en las propiedades terapéuticas de la psicología muy superiores a las que yo tengo.

Ese muchacho será siempre un peligro como el asesino de la katana y tantos otros.

Personas malignas que se ríen de la sociedad que les cuida como joyas cuando en realidad son basura.

El culto a la niñez, como el culto a la mujer, el culto a los salvajes, o cualquier otro culto gilipollas de nuestras sociedades no es mas que una muestra de nuestra decadencia y nuestra pereza a la hora de pensar.

Y toda la maraña de leyes creadas para dar carnaza a los que practican esos cultos modernos no hacen mas que generar comportamientos egoístas y malsanos.

El Código de Hammurabi era muy simple y está escrito en una sola piedra.

No matarás es una idea bastante simple y que tiene que ser aliviada de cualquier adjetivación: ni por sexo, ni por edad, ni por color del pelo.

Por cierto que "no robarás" también es igual de simple.

Y por supuesto la idea, esencial para el buen desarrollo de la sociedad, de que "el que la hace la paga".

Tenga la edad que tenga.



             

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