martes, 14 de abril de 2015

¿Que fue de las grandes industrias de las telecomunicaciones?

Resulta una paradoja que la liberalización de las telecomunicaciones haya producido el colapso de la industria que se responsabiliza de las plataformas tecnológicas que sustentan los servicios liberalizados.

Nunca desde su creación a comienzos del siglo XX había estado la industria en un estado tan lamentable.

Completamente a merced de unos operadores obsesionados con el corto plazo y con su propio Armagedón en forma de compañías que utilizan la Internet para subvertir el viejo orden establecido.

Pero esta última cuestión no es en realidad la causa del maltrato que recibe la industria de sus clientes.

Antes de que Internet se convirtiese en una alternativa real a la vieja telefonía, las operadoras habían decidido que una parte sustancial de sus beneficios tenía que salir directamente de las cuentas de resultados de la industria.

Y así comenzaron a apretar y apretar hasta que efectivamente comenzaron a morirse.

La única salida que quedaba era la vía de las fusiones y ahí estamos.

Ahora se anuncia la fusión Nokia-Alcatel-Lucent. (En realidad Alcatel-Lucent ya había anunciado su abandono del negocio de las infraestructuras móviles).

Yo solo quiero apuntar que Alcatel fue el resultado de la fusión ITT-CGE, dos compañías que tenían sistemas propios. Que Lucent era la compañía que heredó los activos tecnológicos de AT&T, incluidos los célebres Bell Laboratories, (los de Edison), y que Nokia (redes) es en realidad la fusión de esa parte de la compañía con los activos similares de Siemens.

Todas esas compañías eran empleadores de miles de ingenieros. Todas tenían laboratorios de investigación. Todas desarrollaron sistemas perfectamente funcionales que competían entre si.

Y hoy sus restos se están uniendo para competir con los chinos, y con Ericsson, la única de las grandes compañías que ha sobrevivido.

Miles de buenos puestos de trabajo han desaparecido.

Toneladas de conocimiento se han volatilizado.

Europa ha perdido una de las únicas batallas tecnológicas que podía haber ganado.

La verdad es que ha sido muy instructivo ver como se ha producido.

¡Y lo deprisa que ha ocurrido!

    

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