jueves, 30 de junio de 2011

¡Pobres griegos!

Además de vivir en un lugar incomodísimo, en medio de Asia y Europa, tránsito de todas las invasiones de los sátrapas persas y luego de los bajás otomanos, donde hace un calor que funde las piedras, y donde, como todo el mundo conoce, todo está en ruinas, los griegos ahora han de cargar con el sanbenito de ser una especie de primos retrasados de la UE, a los que hay que castigar continuamente para que aprendan las primeras letras.

¡Que lejos quedan Platón y Aristóteles!

¡Que lejos Alejandro y Pericles!

Hoy han tenido que comerse el sapo de unas medidas de austeridad, que en forma de subida de impuestos y bajada de sueldos y prestaciones sociales, les condena a una especie de pobreza tecnocrática, consecuencia de su pertenencia a un mundo, la UE, en el cual ellos creían haber entrado como el que entra en el Paraiso Terrenal, y que se ha demostrado un espejismo.

No es que no tengan una buena porción de la culpa.

Han gastado muy por encima de sus posibilidades. Han mentido a las autoridades de la UE. Se han metido en unos gastos militares ridículos. Han creado un sistema administrativo corrupto e inepto. Y sobre todo han tirado del crédito en la idea, sin duda orgiástica, de que ya vendrían luego las autoridades de la UE a sacarles del apuro.

Como somos de la familia, pensaban, ya se ocuparán de nosotros.

Si, si.

Cuando ha llegado la tía Angela con la rebaja, se les han caído los palos del sombrajo.

Lo que pasa es que estos préstamos que les estamos haciendo entre todos en realidad son para pagar a los bancos alemanes que son sus principales acreedores, y lo que pasa es que estos préstamos nunca los van a poder pagar.

Y como además tienen que vender hasta el Partenón, su capacidad de generar efectivo es casi nula.

Eso si, los ricos helenos ya se han llevado todo el dinero amasado en los años de la "plata dulce" a los bancos suizos de donde no va a volver.

Mientras, el partido de derechas que montó la mayor parte del tinglado de las trampas contables, ahora se hace el estrecho a la hora de apoyar las medidas, en una operación de deshonestidad política difícilmente igualada en la historia de la perfidia institucional.

Aquí contemplamos el espectáculo con alivio, pero seguimos sin hacer los deberes.

Y aquí también hay tomate.

El soufflé de los años de la burbuja sigue sin bajar, y comienzan los síntomas de agotamiento.

En la subasta de las frecuencias de radio para telefonía móvil celebrada ayer apenas hubo pujas.

Hace tres años hubiera habido bofetadas para conseguirlas.

Y es que el número de llamadas móviles en España baja continuamente desde hace tres años.

Los pisos no se venden ni para atrás.

Y los salarios de los que llegan al mercado de trabajo sufren recortes drásticos.

Solo unas leyes laborales provenientes del franquismo previenen una bajada de sueldos general.

Bajada que es necesaria para que la economía arranque.

Los griegos están sufriendo su castigo.

¿Cuando nos va a llegar a nosotros?

miércoles, 29 de junio de 2011

Donosti, ¿capital cultural?

Creo que a estas alturas ya será conocida mi tesis sobre la falta de inteligencia institucional de los españoles y en concreto de sus gobiernos.

Hay pruebas para aburrir, y la elección de Donosti, (no de San Sebastian), como capital cultural europea a propuesta de España, es solo una mas.

Podríamos mencionar igualmente la elección de Barcelona como sede de la única, y como ya se ha visto irrepetible, olimpiada española.

Como yo viví muy de cerca la olimpiada barcelonesa por motivos profesionales, y la vi convertirse desde el primer momento en una manifestación permanente de los sentimientos nacionalistas catalanes, a costa del erario público español, me indigna sobre manera que se repita la jugada con Donosti, donde vamos a ver como, con dinero público español, pagamos una juerga de los nacionalistas vascos-etarras.

¿Por qué hacemos esto?

¿Acaso es una nueva idea del CESID, (nuestro servicio secreto), autor igualmente de aquel célebre eslogan "vascos si ETA no", y otras memeces semejantes?

¿Por qué tenemos que dejar que nos pisoteen y encima pagar a quienes lo hacen?

¿Por qué el ministerio de Cultura/SGAE, ha propiciado semejante escarnio?

¿Por qué nadie da explicaciones?

¿Por qué el mismo y repulsivo ministerio seguirá patrocinando y subvencionando el Festival de Cine que se celebra igualmente en aquella ciudad?

¿Por qué no hay una repulsa unánime hacia los donostiarras que han decidido otorgar la alcaldía de su ciudad a una banda de asesinos, aunque lo sean en nombre del nacionalismo vasco?

¿Quien ha dado la consigna de apoyar esa candidatura?

Nos vamos a hinchar de ver banderas vascas como nos inflamos a ver banderas catalanas.

Incluyendo actos de rechazo a la llegada del AVE a Donosti. (Yo de todas maneras no pondría un duro en la famosa Y vasca. Que se la paguen ellos).

Por cierto que los portugueses ya han encontrado la excusa perfecta para que el famoso tren no llegue a Lisboa, en su plan de austeridad.

Pero bueno, si ni en sus mejores tiempos lo hicieron, ¡como lo van a hacer ahora!

Se ve que los nacionalistas periféricos no quieren que les visitemos no vaya a ser que los contaminemos de imperialismo castellano. (Los catalanes si que querían el AVE, pero es para venir ellos a vendernos cosas).

Los finales de los gobiernos suelen ser calamitosos.

El de éste es un esperpento en línea con todo lo anterior.

El debate del estado de la nación, un carnaval de frivolidades.

Atentos a los próximos meses en Afghanistan: "Si el enemigo ataca, nos retiramos. Si se detiene le hostigamos. Si se retira le atacamos."

Lo dijo Mao Zedong.

martes, 28 de junio de 2011

El AVE manchego

"Por la lejana llanura se ve la triste figura de Don Quijote pasar...", escribía León Felipe en vísperas de la guerra civil, y al parecer los directivos de la Renfe también ha debido de ver otra triste figura atravesando la mencionada llanura, y han decidido que parase.

Pero esta triste figura no es la del caballero enloquecido por las novelas de caballerías, sino una mucho mas estilizada y tecnológica: la del tren de alta velocidad AVE.

Entre los disparates autonómicos que pueblan nuestra castigada geografía había uno que había pasado desapercibido hasta ahora: el AVE Toledo-Cuenca-Albacete.

Tan desapercibido que solo lo tomaba una media de nueve pasajeros al día.

Aducen los técnicos de Renfe que mantener el tren cuesta cada día 18.000 euros.

Me parece una cuenta fácil: cada pasajero le costaba a la compañía 2000 euros. No está mal.

Pero la cuestión no es esa.

Porque la cosa es:

¿A quien se le ocurrió construir un ferrocarril de alta velocidad para ir de Cuenca a Albacete?

¿Cuanto costó la broma?

¿Quien aprobó el proyecto?

¿Que ministro cortó entre sonrisas y beneplácitos la cinta de inauguración?

¿Cuanto se pagó a agencias de comunicación y relaciones públicas para generar aprobación popular?

Nos encontramos en medio de una tormenta financiera perfecta, y los que nos tienen que dejar dinero para pagar nuestras deudas de hoy y mañana, (a cambio de mas deudas para pasado mañana), comienzan a dudar de nuestra solvencia.

Yo también dudaría si quien me tiene que asegurar que controla el gasto público es el mismo que ha aprobado el gigantesco gasto de construir una vía de AVE entre unas ciudades a las que se puede ir perfectamente en coche particular o en autobus de línea, como han demostrado los supuestos usuarios.

El mismo que en aquella región permitió la construcción de un aeropuerto al que no llegan aviones, universidades que emiten títulos a troche y moche, auditorios gigantescos para fastos quiméricos, o que mantiene una legión de funcionarios para legislar, por ejemplo sobre la radiación de las antenas de telefonía móvil.

Y lo que sucede en La Mancha es solo un punto en el océano del gasto público español.

Desde luego que si Don Alonso Quijano levantase la cabeza quedaría estupefacto al contemplar las fastuosas autopistas que cruzan las llanuras hacia la nada polvorienta.

El sistema autonómico es un disparate que conduce a políticos provincianos a disponer de unos fondos que ni en la novela de caballerías mas enloquecida hubiese imaginado el escritor encontrar en los tesoros del Inca o en las cuevas de los berberiscos.

Dado que nuestros políticos parecen incapaces de poner fin a tanta barbaridad, me pregunto si no sería mejor dejar que el FMI y la Sra. Merkel nos intervenga y nos diga lo que tenemos que hacer.

lunes, 27 de junio de 2011

El N9, campo de pruebas

La semana pasada Nokia me sorprendió con el anuncio de un nuevo terminal móvil, el N9. Enfocado en su camino de baldosas amarillas con destino Windows-Oz, el desvío para presentar un teléfono basado en MeeGo resulta, cuanto menos, llamativa.
MeeGo es el sistema operativo que Nokia tiene en desarrollo junto con Intel y que se suponía que iba a ser su nuevo arma en la cruenta batalla de las plataformas portátiles. Orientado no sólo a teléfonos, sino también a otros dispositivos como netbooks, coches y televisiones, y con buena pinta sobre los vídeos, la realidad es que casi todo el mundo piensa que llega demasiado tarde. Con iOS y Android en plena lucha, y Windows Phone 7 presentando sus cartas, una nueva plataforma partiendo de cero lo tiene realmente difícil.
El N9 parece un teléfono abocado al fracaso, y aún así se lanza, ¿por qué? Entiendo que un área de Nokia debe de seguir centrada en el desarrollo de MeeGo, a pesar de haberse aliado fuertemente con Microsoft para usar Windows Phone 7 en los terminales. Nunca conviene quedar en manos de un único proveedor, y mucho menos si éste es también tu competencia. Es la forma de mantener viva la semilla de la esperanza de un Nokia libre de ataduras en algún futuro.
Pero el que realmente creo que es el verdadero motivo del lanzamiento de este terminal es la otra cara de la moneda. No el software, sino el hardware. Los smartphones de Nokia han funcionado hasta la fecha con Symbian, y la interfaz de Windows Phone 7 es lo suficientemente diferente como para replantearse cómo debe ser físicamente el teléfono para ensalzar la experiencia de usuario. ¿Botones? ¿Tamaño de la pantalla? ¿Acelerómetro? ¿Cómo sacar partido de todas estas posibilidades?
De hecho, se ha filtrado (guiño, guiño) un vídeo en el que Stephen Elop, el nuevo CEO de Nokia, desvela a algunos de sus empleados el nuevo terminal, con nombre en clave Sea Ray, y aspecto sospechosamente parecido al N9. 
Dos conclusiones rápidas. Una, Elop ha aprendido a hacer marketing en la Red y conoce las virtudes de que corran ríos de letras tecleadas divagando sobre un terminal que está aún en el laboratorio, pero que puede crear gran expectación desde mucho antes de su nacimiento.
Y dos, el N9 es un terminal de pruebas. Un teléfono que se lanza al mercado para ver cómo es aceptado, qué habría que cambiar, qué cosas funcionan y qué no. El objetivo: lanzar un móvil realmente competitivo estas Navidades.

viernes, 24 de junio de 2011

Los bárbaros, una vez cruzada la puerta.

Hubo un célebre libro, "Barbarians at the Gate", luego también película, que contaba la crisis de la burbuja de los bonos basura, si, la misma de la película Wall Street.

El título, tomado a su vez de un conocido libro sobre la caida del imperio romano, (de Gibbons), tiene su gracia, y naturalmente todos los pedantes leidillos del mundo lo utilizamos de vez en cuando.

Ahora, viendo las fotos de la investidura del nuevo presidente de la diputación de Guipuzcua, el famoso título retorna, aunque ya los bárbaros han cruzado el dintel de la puerta y están aquí mismo, recordándonos que los problemas de base nacionalista se erradican difícilmente, a no ser que se recurra al genocidio o a la expulsión masiva.

Desde que Napoleon planease la creación de un estado vasco, dentro naturalmente de su imperio, la cuestión vasca ha vuelto una y otra vez, primero en forma de elemento central de la primera guerra carlista, luego como elemento único de las segunda y tercera guerras carlistas, luego, como consecuencia del desastre del 98, en forma de ideología separatista, (el PNV), luego como guerra civil dentro de la guerra civil, y finalmente en forma de guerrilla medio maoista medio guevarista, la ETA, y en forma de rebeldía institucional vía estatuto y vía debilidad de las mayorías parlamentarias nacionales.

Entender el tema vasco requiere bucear en un pasado que se remonta al oscuro papel jugado por los vascones en el genocidio llevado a cabo por Augusto contra los cántabros.

Estos, antaño los reyes de la cornisa cantábrica, (por eso se llama así), fueron practicamente exterminados, y los vascones se extendieron por las zanas que los cántabros habían ocupado, conservando una gran autonomía. (Ellos dicen que por su fiereza. Yo pienso que por los servicios prestados).

Desde entonces no han hecho mas que joder.

Allí estaba el rey Rodrigo cuando los árabes de Tarik cruzaron el estrecho, (Gib al Tarik), y desde allí tuvo el pobre Rodrigo que dirigirse a marchas forzadas, hasta los llanos del Guadalete, donde sería masacrado.

Y para que hablar de los dos últimos siglos.

Solo estuvieron tranquilos durante los tiempos del imperio, cuando como súbditos de la corona de Castilla, se embarcaron en la conquista del nuevo mundo.

Durante la reciente democracia, los vascos y los catalanes nos han amargado cada día con sus maldades y sus brutalidades.

Y de nada sirven los esfuerzos de nuestros mas esforzados propagandistas por encontrar lazos de unión, como se hizo durante los funerales por Miguel Angel Blanco.

Ellos sueltan la coz siempre que pueden.

Y ahora el Tribunal Constitucional les ha permitido mostrar su fuerza y ellos han aprovechado para soltar una coz, democrática pero repugnante a cualquier observador honesto.

¿Por qué una mayoría de vascos vota a una organización de asesinos y mafiosos?

¿Como se pueden defender tesis de supremacia racial, (por lo demás harto dudosas), sin que se le caiga la cara de vergüenza a quien lo hace?

¿Como puede ser que pasen las generaciones y el odio en lugar de desaparecer siga creciendo?

No conozco otra respuesta que la que da el sentido común:

Treinta años de autogobierno solo han servido para cebar una bomba que el sistema debería haber desactivado.

Luego el autogobierno ha fracasado.

Lo malo es que también fracasó la dictadura, la paz de Vergara, los fueros y cuatro guerras civiles.

Tal vez lo mejor sea dejarles que se lo monten como quieran, y que se entretengan levantando piedras y arrastrando bueyes.

Lo malo es como quieran volver a conquistarnos a todos para imponer al Sagrado Corazón de Jesús en España.

Es que son así.

jueves, 23 de junio de 2011

El final del Quince M

Da un poco de grima el ver como la historia se repite, y como las revoluciones se convierten en regímenes, en cuanto el aire festivo se torna organización.

Hay una magnífica novela de ciencia ficción escrita por Philip Jose Farmer, titulada El Mundo Rio, en la que se expone una curiosa situación:

Todos los que mueren van a parar (en cuerpo y alma, aunque sin pelo y sin ropa), a un mundo de dimensiones titánicas, alrededor de un rio que nadie sabe de donde viene ni nadie sabe a donde va.

Allá acaban los personajes como Napoleón Bonaparte, o el tendero de la esquina.

Allá los hombres y mujeres modernos, y también los neandertales.

No hay problema, (en principio), ya que hay alimento de sobra, que aparece como por arte de magia, y no hace frio.

Así que todos deberían vivir felices, pero no.

Rápidamente las jerarquías retornan. Los fuertes explotan a los débiles, (sin ninguna necesidad), los unos luchan contra los otros en guerras absurdas en las que los que caen en combate retornan otra vez de inmediato en otra parte del mundo-rio.

Vuelve el hambre, ya que los fuertes secuestran los alimentos, no ya para comer mas, sino para que los otros no coman, vuelve la explotación sexual y el ánimo de acumular y especular.

Vuelve la condición humana.

En las revoluciones, incluso en las pequeñitas, pasa igual.

El Quince-M, unos miles de jóvenes manifestaron su descontento con la situación.

No se trataba de plantear cambios concretos. Se trataba, creo, de cambiar estilos y actitudes. De manifestar el desacuerdo con el deterioro del sistema.

Pero al día siguiente ya habían surgido los espabiladillos de siempre con sus asambleas y sus proclamas.

Y rápidamente se juntaron los vividores y los amargados profesionales.

Y luego los izquierdosos irredentos, y los jubilados del sindicalismo rojo.

Y naturalmente, se organizaron.

Pronto habrá "representantes" oficiales del quince-m que acudirán a reuniones con los partidos políticos y con las instituciones, como ya aparecen repetidamente algunos en los noticiarios.

Ya hay "programas políticos", "propuestas", portavoces, y también acciones que se toman en nombre de los "indignados", como si los indignados de verdad no lo estuviesen también con los que se aprovechan de cualquier excusa para destacar y hacer carrera.

Debe ser la condición humana, como nos contaba Farmer en su fábula fluvial, que ni siquiera en el paraíso nos permite comportarnos como entidades bondadosas y sensatas.

También la historia se repite en Afghanistan, donde por enésima vez, los occidentales se van, abandonan a los pobre afganos que han confiado en ellos, y vuelven los bárbaros talibanes, que asesinarán a las mujeres que hayan aprendido a leer, y a todo aquel que haya colaborado con la democracia y la modernidad.

Solo el actual presidente logrará salvarse, siempre que se de prisa y se quede con un avión.

La historia se repite y siempre ganan los mismos.

martes, 14 de junio de 2011

Son las instituciones, ¡idiota!

Alguna vez he reflexionado sobre las razones que hicieron que la crisis de los 30 se saldase en España con una guerra civil, mientras en otros países se quedaba la cosa en enfrentamientos o golpes de estado casi incruentos.

La situación era mas o menos igual en todas partes.

La oleada de destrucción económica de la crisis bancaria del 29 había dejado a millones de personas en el paro en un momento en que no había prácticamente cobertura social.

En esa situación, los movimientos políticos extremistas ganaban adeptos cada día, bien entre las filas de los desesperados, bien en las de los que creían que había una solución "mágica" y revolucionaria a sus desgracias y a la falta de elasticidad del sistema.

La revolución rusa había creado un espejismo ilusorio de redención para las clases mas desfavorecidas.

La derecha se había parapetado detrás de los movimientos fascistas y nacional-socialistas.

En todos los países europeos hubo graves enfrentamientos, pero solo en uno esos enfrentamientos terminaron en una guerra civil.

¿Cual fue la razón?

Pues que en muchos países triunfaron los movimientos fascistas por vías mas o menos democráticas, o por la desidia y la conveniencia de las derechas. (Alemania, Italia, Hungria, Rumanía, etc).

Y en otros, Reino Unido, Francia, los países nórdicos, Holanda, y otro pequeño etc, las instituciones sencillamente resistieron.

El ejército, la judicatura, la policía, el parlamento, supieron resistir las presiones de los que querían las soluciones "mágicas", y la cosa se quedó en unas cuantas huelgas generales, unos atentados anarquistas, y bastantes porrazos.

Cuento esto a raíz de la dimisión de magistrados del Tribunal Constitucional, una de esas instituciones que no deberían estar continuamente asaltadas por los partidos políticos y sus continuas peleas electorales.

Bastante a las claras está ya la cuestión de que dichos partidos solo buscan su provecho particular y no hacen absolutamente nada por los ciudadanos de a pié, para que encima contaminen con su mano retorcida aquello que debería estar por encima de los cortoplacismos y solo al servicio de eso tan complicado en España como es el bien común.

El hecho de que los partidos políticos lleven años sin ponerse de acuerdo sobre la renovación de dicho tribunal, de que lo hayan puesto en evidencia en asuntos tan clave como el estatuto catalán, y de que posiblemente hayan comprometido su buen funcionamiento para siempre, habla con claridad de la irresponsabilidad de nuestra clase política.

Irresponsabilidad que no es nueva, pero a la que hay que seguir diciendo basta ya.

Las instituciones son una de las pocas barreras que nos separan del enfrentamiento civil.

Son la única garantía de que los ciudadanos y su conjunto en forma de país o nación, están por encima de los intereses de Zapateros o Rajoys.

Por eso les gustan tan poco.

lunes, 13 de junio de 2011

Decíamos ayer...

Tras una semana de aventuras allá por el trópico de Capricornio, o sea en la frontera este entre la República Sudafricana y Botswana, vuelvo a Madrid.

En el avión me dan unos periódicos, (que han sobrado de los de primera), y me pongo a la tarea de saber que ha ocurrido, ya que en Vasswater, no saben felizmente ni que existe España, ni que es el movimiento del 15M, ni cual es el estado de los pulmones de Ortega Cano.

No es que no tengan problemas en Vasswater, donde una minoría de blancos boers convive con una creciente mayoría de negros de toda procedencia, que extienden sus barrios de chabolas incluso en este extremo remoto de lo que fue el corto existir de la República de Transvaal, aquel reino de peregrinos protestantes holandeses, franceses y de otros orígenes que se topó en su caminar, primero con el Imperio Británico, y después con los zulues, y ahora con la pesada mayoría de color que está transformando lo que fuera un país de nivel de vida occidental (injusto, pero próspero), en el caos africano que asuela desde los confines saharianos hasta el Cabo de Hornos.

Allí, los blancos intentan seguir con sus vidas, colocando mas y mas muros coronados de alambre espino y vallas electrificadas, perros entrenados para oler a los otros, y armas siempre cargadas.

Bueno, los blancos que todavía no han hecho las maletas y han emigrado, que han sido casi todos los profesionales, o aquellos que quieren que sus hijos tengan un futuro.

Pero quedan los granjeros que no quieren separarse de unas tierras que tanta sangre costaron y que representan toda su vida, o los que no tienen cualificación o dinero para emprender una nueva vida.

En un país en el que los blancos tienen vedados todos los empleos de la administración, el ejército, la policía, los bancos, las compañías de transporte, y en el que solo pueden mantener sus empresas si tienen socios negros, el futuro de esta última presencia europea en Africa es muy incierto.

Pero volviendo a nuestra querida España, me encuentro con el desmantelamiento del campamento de Sol, donde solo quedan los antisistema y los de Comisiones Obreras, con la constitución de los nuevos ayuntamientos, con la ETA mandando en San Sebastian, (¡Que vergüenza para los vascos!), y con el entierro de Jorge Semprun envuelto en la bandera tricolor.

También esta lo de los de Anonymus, que daría para un post por si mismo.

Y la reforma laboral que no sale, y con la bolsa bajando, y con el gobierno desarbolado, (como era de prever).

A mi me da todo un poco igual, (menos lo de la bolsa), excepto lo de Semprun.

Con él se va un trozo, no de nuestra historia, sino de nuestra dignidad como país.

En un país con tan poca gente digna y con tanto pelele y tanto comemierda, figuras como la de Jorge Semprun deberían estudiarse en los colegios, como la de Jovellanos, o la de los comuneros de Castilla.

Yo me siento hoy al lado de esa tumba, en suelo francés, y siento también la tristeza de los ideales traicionados de todos los que han querido que este país fuese algo mas que un feudo de la iglesia y de los terratenientes ganaderos.

viernes, 3 de junio de 2011

El pepino atómico

Llevo unos días enfrascado con la declaración de la renta, que en mi caso como autónomo, es muy complicada, y la actualidad sigue deparándonos diversos casos de comentario, en la línea que sigue este blog de comentar algunas de las tendencias del pensamiento y la acción de la época digital.

Una de esas tendencias es el miedo irracional y creciente a casi todo.

Estoy seguro que la mayor parte de esos miedos son producto de una neurosis colectiva que afecta a las sociedades opulentas, en las que de nada sirve comprobar en la práctica que nuestra esperanza de vida se ha disparado hasta casi los noventa años. Según el espíritu de nuestro tiempo, estamos rodeados de amenazas invisibles y malignas que solo podemos combatir con medidas extremas.

En esta ceremonia de la confusión, es fácil escuchar como gente supuestamente educada te dice que ahora todos los alimentos están envenenados, que el aire está emponzoñado, que la telefonía móvil nos va a matar de cancer, que la energía atómica acabará con la humanidad, y que lo bueno sería volver a los tiempos felices de antaño.

Aquellos tiempos felices de antaño cuando la gente se moría a los sesenta ya anciana, cuando un tercio de los niños no llegaba a cumplir los cinco años, y cuando medir uno ochenta era excepcional.

Por no irnos mas atrás a aquellos felices años en que la esperanza de vida estaba en los treinta.

Nunca en la historia de la humanidad ha habido un mayor control sanitario sobre los alimentos que consumimos.

Ni sobre las herramientas que utilizamos.

Ni sobre todo aquello que ponga en riesgo nuestra salud.

Nos quejamos justamente de la intervención constante de las autoridades públicas en nuestra vida: que no corramos en la carretera, que no fumemos, que no nos droguemos, que practiquemos sexo seguro, que no engordemos, que hagamos ejercicio...

Pero el morbo de la amenaza tenebrosa es un imán irresistible.

Y naturalmente que existen amenazas.

La primera y mayor somos nosotros mismos. Nuestro incremento abusivo de población y nuestra tendencia a juntarnos para vivir engrandes concentraciones, supongo que para mejor protegernos.

Con respecto a los móviles la lista de las insensateces que se han dicho y se dirán es interminable.

Pero en las cuestiones alimentarias es donde se producen los pánicos mas curiosos y fatídicos.

Basta que una "autoridad" en una ciudad, en este caso alemana, pero hubiese sido igual de otro país, diga que "le parece que a lo mejor son los pepinos españoles los causantes de un brote de contagio bacteriano", para que no solo en esa ciudad, sino en todo el hemisferio se dejen de comer pepinos.

Antes ocurrió con las vacas, las ovejas, y muchas cosas mas.

No se admite que a veces el solo hecho de que vivamos hacinados y las heces de millones de personas nos rodeen, hace inevitable que una fisura en el sistema, un sistema gigantesco de cañerías y conducciones, produzca una contaminación intestinal, como las que antiguamente, en aquellos tiempos felices, se llevaban al otro mundo a la mitad de la población antes de tiempo. lo que se llamaba en España el "cólico miserere", o sea terminal.

Pues no. Tiene que haber un culpable.

Hoy, los mismos que acusaron al pepino están acusando al agua embotellada.

El mismo periodista que ayer clamaba contra los acusadores del pepino, hoy parece mucho mas calmado y hasta de acuerdo con la acusación: se ve que en España no somos productores de agua embotellada.

Y mientras el lobby agrícola se moviliza con rapidez inusitada. "¡Queremos nuestro dinero!"

Se ve que son la única industria que no puede perder, por decreto. Si pierden ellos les tenemos que poner la pasta entre todos los demás.

Y, ¡como les apoyan los políticos y los periodistas!

Parece que les fuese la vida en ello.

Yo no he visto todavía a ningún político hablar en defensa de los móviles. ¡Y mira que lo hemos intentado!

Tampoco a los periodistas, y mira que ellos tendrían razones mas que suficientes para apoyar el medio a través de que nos hablan.

Pero el pepino, eso es otra cosa.

El mundo es un lugar demasiado complejo como para que lo gobiernen políticos y periodistas.

Y cada vez que ocurre algo grave, podemos comprobar su irresponsabilidad y estulticia.

Francamente no se cual es la solución.

jueves, 2 de junio de 2011

Capacidad crítica

De la organización que ya nos trajo a las portadas de los periódicos la gripe aviar y la gripe A, ahora ha vuelto a dar otro golpe de efecto, mezclando la tan de moda radiación, con el ya tradicional miedo al móvil...

La noticia estuvo ayer en las portadas, ¿es el móvil causa de cáncer? Lo que realmente viene a decir la OMS (Organización Mundial de la Salud) en su nota de prensa (aquí se puede leer) es que han clasificado la radiofrecuencia electromagnética (que, entre otras usos, se utiliza en los móviles) como grupo 2B. Esto es, son posiblemente cancerígenas para los humanos.

A partir de aquí, los periodistas se han frotado las manos y se han liado escribir sobre el tema, sabiendo que el miedo por desconocimiento es alimento seguro para vender. Un claro ejemplo es este artículo de El País, con frases tan asépticas como la primera del texto que dice "es la peor situación posible". ¿La peor? ¿En serio?

Indagando un poco uno lee que otras cosas forman parte del grupo 2B: café, cloroformo, colorantes, diésel de uso marino, humos, VIH, sacarina, té... Resulta que se trata de sustancias para las que hay una evidencia limitada de que causan cáncer para los humanos, pero las conclusiones no son claras ni suficientes.

Mirando un poco más allá, uno se fija en los distintos niveles de la clasificación. Y resulta que por debajo de la categoría 2B se encuentra el Grupo 3, compuesto por aquellos productos que aún no han sido estudiados los suficiente como para llegar a ningún tipo de conclusión. Y finalmente el Grupo 4, donde sólo hay 1 elemento, la caprolactama. Es el único compuesto químico que probablemente no es cancerígeno para el hombre. Ni siquiera lo aseguran, ¡cómo podrían!

Hay que tener cuidado con lo que uno lee y no permitir que el desconocimiento, que todos tenemos en algún momento de nuestras vidas, nos haga víctimas. Nadie puede demostrar que las ondas electromagnéticas producidas por un móvil no son cancerígenas, igual que no se puede demostrar que el agua que bebemos tampoco lo es. Se trata de una falacia argumentum ad ignotantiam, muy usada en estos casos: si no puedes demostrar que no lo es, es que lo es. La realidad es que ningún estudio ha logrado concluir una relación directa y clara entre el uso del móvil y el cáncer.

Por ese mismo razonamiento, nadie sabe lo que va a pasar después de que llevemos décadas usando el móvil de manera intensiva. Yo, personalmente, procuro no llevar el móvil todo el día encima ni dormir con él en la mesilla. Se trata de medidas de prevención por lo que pudiera ocurrir a largo plazo (ya no sólo física, sino también mental, por no estar todo el día pendiente), que pueden tener su sentido, o no. Pero a día de hoy es un tema que se estudia con intensidad y que no nos debiera preocupar más de lo debido.