Cuando era joven identificaba la idea de Dios con la religión, y naturalmente con la religión en que había sido educado.
Luego comencé a comprender que ambas cosas son muy diferentes y hoy día entiendo que en realidad no tienen nada que ver.
Las religiones siempre son artefactos ideológicos que utilizan nuestra propensión a la trascendencia para conseguir objetivos terrenales. Y eso no quiere decir que esos objetivos sea siempre malignos. Aunque muchas veces lo son.
Desde la noche de los tiempos la alianza con los dioses fue la justificación del poder: personas o castas se autodefinían como intermediarios con el mas allá y extraían de esa capacidad extraordinaria la legitimidad de su autoridad tanto o mas que la que extraían de la fuerza bruta de sus ejércitos.
Pero en estos tiempos, la religión no implicaba pautas determinadas de conducta que no fuesen el pago de impuestos o la celebración de sacrificios. Los dioses eran propicios si la comunidad les rendía la suficiente pleitesía, y si no eran propicios era porque no se les había rendido la suficiente pleitesía. Era una apuesta segura que se auto-regulaba con mas sacrificios de vírgenes, niños, etc.
Pero hace ahora unos tres mil años, un hombre llamado Zoroastro que vivía en Persia comenzó a pensar que esto no era suficiente.
Era necesario contentar a los dioses no solo mediante sacrificios o festejos. Además había que comportarse de una determinada forma: había que vivir de acuerdo a una ética propicia a Dios, y como Dios tenía que ser bueno, nuestros actos también lo tenían que ser. (Además esto generó la idea de un contra-dios malo al que había que servir de otra manera).
Pero si los humanos queríamos acceder a la vida mas allá de la muerte teníamos que cooperar de forma individual. Así nacieron las nuevas religiones.
Todas ellas partieron del principio de que Dios había contado, (revelado), a un elegido, cual debía ser el modelo ético a seguir.
Como Dios había elegido a una persona determinada, esa revelación tenía que ser no solamente buena, sino la única posible, lo cual dejaba a las demás como falsas y obras del contra-dios.
No solamente eso sino que a partir de esa revelación, una determinada casta sacerdotal se tenía que erigir como la gran depositaria de las esencias y como la jueza de cualquier aplicación concreta: así nacerían las iglesias.
De esa concatenación de deslizamientos progresivos nacen las guerras de religión, las inquisiciones, los fanatismos y un tipo de violencia que es mas grave e indiscriminada en cuanto ya no se trataba de la típica violencia primitiva basada en quitar a los otros sus riquezas para distribuírnosla entre nosotros, sino que se incurría en ella simplemente por ser infiel o no seguir a pie de la letra la particular interpretación del discurso original.
Por eso los crímenes religiosos son tan horrendos: no hay modo de estar a salvo de esos fanatismos.
Zoroastro pensaba que mediante el "mensaje" divino de hermandad y no violencia se podía paliar el salvajismo de las incursiones de los salvajes del desierto, y de alguna forma así fue.
Pero la cosa se fue complicando y ayer un grupo de talibanes entró en una escuela de Peshawar en Pakistan y asesinó a sangre fría a 130 niños y niñas.
No es la primera vez.
Los talibanes, estudiantes del Koram en las madrasas afganas y pakistaníes, consideran que el aprendizaje de materias civiles va contra Dios.
Sobre todo si los estudiantes son del género femenino.
Y prefieren matar a esas personas que verlas convertidas en siervas del contra-dios.
¿Como se razona con gente que cree que matar niños forma parte de la voluntad de Dios?
No creo que en la cabeza de Zoroastro cupiese esta derivada de su idea inicial, pero lo cierto es que lo es.
El crimen de Peshawar es una consecuencia directa de la idea de que agradar a Dios pasa por llevar a cabo determinadas conductas y creer determinadas cosas.
Si Dios nos hablase seguro que nos sacaría de esta duda.
O a lo mejor es que Zoroastro tenía razón y de la misma manera que hay un Dios bueno, también hay un Dios malo.
Yo solo puedo decir que la noticia me ha dejado desolado y que hoy mi confianza en la Humanidad ha bajado varios enteros.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Los peligros de la religión
Publicado por Antonio Cordón a las 14:08 0 comentarios
viernes, 12 de diciembre de 2014
La tortura y la oscuridad
La publicación de los detalles de los métodos de interrogatorio utilizados en la prisión de Guantánamo, (Cuba), por el ejército norteamericano han levantado las inevitables oleadas de indignación impostada por parte de los que siempre se indignan, pero también comentarios juiciosos por parte de diferentes analistas y en definitiva ha abierto un debate necesario sobre un tema oscuro del que en realidad todo el mundo preferiría no saber nada.
La cuestión de la tortura como arma de combate contra los ejércitos secretos o clandestinos es ya bastante antigua y ha tenido episodios muy notorios.
Dejando al margen el hecho de que la tortura como fórmula de interrogatorio tenga una historia tan larga como la de la humanidad, parecía que tras las sucesivas oleadas ilustradoras y la Convención de Ginebra, estas prácticas se habían quedado en los arrabales de la conducta de individuos concretos y no en la acción de los estados, aunque siempre con la sospecha de que había algo más y que dependiendo del tipo de acción a combatir, la tortura era más o menos permisible.
Así durante la II Guerra Mundial no se veía tolerable la tortura a los prisioneros militares, pero se concedía que a los "terroristas" o espías si se les podía aplicar.
Después de la guerra mundial vinieron las guerras anticoloniales y con ellas la emergencia de situaciones de insurrección en las que los combatientes se escondían entre la población civil siguiendo la máxima del Presidente Mao: "moveos entre el pueblo como el pez en el agua".
Cuando los soldados franceses volvieron de Indochina habían leído a Mao y aparte de saber como se las gastaban los enemigos también habían aprendido que los escrúpulos había que olvidarlos si querían ganar.
Y llegó Argelia.
Allí los franceses combatieron la guerra revolucionaria con las técnicas aprendidas en Indochina y con enorme frialdad.
Consiguieron destruir la red clandestina del Frente Nacional de Liberación Argelino pero también consiguieron el aborrecimiento de toda la población de aquel país y aunque ganaron militarmente tuvieron que salir del país.
Lo que están haciendo los americanos en Irak y otros territorios es exactamente lo que hicieron los franceses en Argelia, y tiene el mismo final previsible.
Pero, ¿como se combate a un enemigo que se esconde?
La única forma es la información, pero ¿Cómo se consigue esa información?
Algunas experiencias modernas sugieren que la fuerza bruta no es la mejor opción.
Una de esas experiencias es la que hemos tenido en España con la lucha contra ETA.
Mientras se aplicó la doctrina "Inchaurrondo", o sea la tortura, la situación no hizo más que empeorar.
Cuando se paró aquello y se optó por la moderación en el trato a los detenidos y la infiltración en sus filas como forma de obtener información se comenzó a avanzar.
Eso es lo que lleva Israel haciendo mucho tiempo, pero para hacerlo hace falta mucha sangre fría y poder aceptar políticamente los zarpazos del enemigo sin que tiemblen las canillas.
Y no todas las sociedades tienen la madurez necesaria para hacerlo.
Desde luego Estados Unidos ha demostrado que no la tiene.
Los americanos no están acostumbrados a ser golpeados y sus mandatarios tienen que ofrecer resultados a corto plazo para que la opinión pública no les haga la vida imposible.
La tortura es una vía rápida ...que no lleva a ninguna parte, pero a veces no es posible tomar otra vía, porque los mismos que ponen el grito en el cielo por las torturas son los que quieren que los conflictos se acaben enseguida, y o lo uno o lo otro.
Eliminar la tortura de la ecuación implica aceptar un camino tortuoso y doloroso y eso es lo que tendrían que pensar los espíritus sensibles que nos rodean.
El problema de la tortura no es que sea repugnante, que lo es, es que es contraproducente.
Dicho esto, no creo que los presos de Guantánamo sean merecedores de compasión.
De hecho creo que nos cortarían el cuello con gran placer, empezando por los buenistas que tanto los defienden, como se ha demostrado recientemente en los actos del "califato".
Para los que quieran leer un buen libro sobre el tema argelino, "Los pretorianos" de Jean Larteguy y naturalmente la película "La batalla de Argel" de Guido Pontecorvo.
Publicado por Antonio Cordón a las 12:19 0 comentarios
martes, 9 de diciembre de 2014
Cadena perpétua para Urdangarín
En el país en que se reducen las penas a los etarras, incluidos aquellos que han asesinado a mansalva, y en el que los asaltantes de pisos sencillamente son liberados por los jueces para que sigan robando a la salida del juzgado, en la Comunidad de Madrid se asalta una vivienda cada hora, en ese país de nunca jamás que es el paraíso de todas las bandas de delincuentes de Este de Europa, cuando nos ponemos finos es que brillamos más que el Sol.
Y así a Iñaqui Urdangarín y su socio, de profesión vivales con master, les pide el fiscal 19 años de cárcel y la acusación particular 26.
Que yo sepa el señor Urdangarín no ha matado a nadie, ni siquiera ha asaltado un piso de nadie, ni ha robado el bolso a una señora, ni se ha quedado con el dinero de los inversores de ninguna caja de ahorros.
Lo que hacían Urdanga y su socio Torres es convencer a mandatarios autonómicos y municipales de llevar a cabo supuestos fastos deportivos de los que tantos se han realizado en la España del boom, y luego sacar el dinerete de una fundación sin ánimo de lucro para darse la buena vida.
Como esos ayuntamientos y comunidades autónomas se sentían ricos todo les parecía bien y estaban encantados de organizar seminarios olímpicos o carreras de Fórmula Uno.
Pero el dinero no salía de la paga de los funcionarios ni del pago de las pensiones, sino del capítulo de gastos suntuarios.
Lo que le daban al Urdanga se lo hubiesen gastado de cualquier modo en edificios "representativos", "ciudades de las ciencias y las letras", o cualquier otra chorrada. Esa es la verdad.
Pero claro, la masa quiere sangre y a la masa hay que darle lo que quiere por que si no vota a Podemos o se pone a quemar iglesias, y antes que eso es mejor restaurar la inquisición, poner a Urdanga un capirote y pasearlo por las calles antes de quemarlo en la hoguera.
Yo francamente no comprendo nuestro sistema legislativo-judicial.
Aquí robar una casa o robar en la calle no es considerado delito. Pero traer una bola de cocaína en el intestino si. Si desvalijas una vivienda no te pasa absolutamente nada. Salen de España cargamentos enteros de nuestros enseres rumbo a Bosnia o Kosovo y nadie dice ni mu.
Si te roban en la calle no pasa nada.
Si matas a tu vecino en un calentón en un par de años estas en la calle.
Pero si traes la bolita de la cocaína te caen 12 años, y como te denuncie tu mujer por malos tratos no te salva ni la Santísima Trinidad.
Si desvalijas una Caja de Ahorros te echan un rapapolvo como mucho, y ahora al Urdanga por un quítame ahí el festejo le quieren enchiquerar de por vida.
A ver, que me lo expliquen por favor.
¿Qué puñetas es delito en este santo país?
¿Quién escribe estas leyes delirantes?
¿Por qué no se puede arreglar este desaguisado que dura desde el comienzo de la democracia?
A mi me parecen mucho mas peligrosas las mafias bosnias que el señor Urdangarín.
Si se ha llevado lo que no debía que lo devuelva.
Pero puestos a ocupar el costoso espacio carcelario me parecería mucho mejor guardar a los bosnios que a los pobres bolivianos de la bola en el culo, y a los Rato, Fernández Ordoñez y compañía en lugar del Urdanga y el Torres.
Me parece que a Urdanga y parienta les va a doler lo suyo tener que vivir como una parejita de la clase media.
Publicado por Antonio Cordón a las 17:19 0 comentarios
lunes, 8 de diciembre de 2014
Los finlandeses son bastante raros
Probablemente los habitantes de ese país que se llama Finlandia se encuentran entre los más peculiares del mundo, y ellos son conscientes de ello.
He tenido la ocasión de conocer a muchos a lo largo de mi vida y todavía recuerdo como cumplí treinta y tres años una fría mañana de Marzo en Helsinki, hace ya mucho tiempo. Mientras miraba desde la ventana del hotel Torni los carámbanos de hielo que colgaban de los tejados de cobre verdoso me preguntaba ¿Qué hago yo aquí?
Y supongo que eso mismo se deben preguntar muchos finlandeses cada mañana de los largos inviernos o cada atardecer del verano mientras huyen de los mosquitos.
Pero si algo aprendí de mis amigos finlandeses es que son gente sencilla y tremendamente práctica: si hacen algo es porque han decidido que eso es precisamente lo que hay que hacer para sobrevivir.
Es una experiencia de la que carecemos en el sur donde raramente nos enfrentamos a situaciones en las que nuestro entorno sea tan hostil que nos pueda aniquilar en un momento.
También son realistas: les ha llevado a ello su situación entre los nórdicos y los rusos, sobre todo es tos últimos que gobernaron su país hasta después de la revolución de Octubre y que luego en la guerra mundial les arrebataron casi todo su territorio fértil en el itsmo de Karelia.
En vez de hacer campos de refugiados y lanzarse a la guerra de guerrillas hicieron un tratado de no agresión y se pusieron a trabajar en las cosas que los demás no querían: así nació Nokia a base de retales de aquí y allá.
Ahora se han deshecho de esa compañía que era como el valor mayor del país y se han lanzado por otras vías.
Y entre otras cosas han decidido dejar de enseñar a escribir sobre papel en las escuelas.
En otro país, eso sería una ocurrencia de algún loco iluminado. En Finlandia estoy seguro que es el resultado de un estudio muy sesudo y que detrás hay razones de peso.
El sistema de enseñanza finlandés ya es el más avanzado de la UE y sus resultados sitúan a los escolares de aquel país en la vanguardia de los jóvenes europeos.
En aquel país saben que para sobrevivir tienen que ser más rápidos y más listos que los demás.
Y hacen lo que hay que hacer para conseguirlo.
Sin reparar en costes y sin mirar atrás.
Publicado por Antonio Cordón a las 17:53 1 comentarios
viernes, 5 de diciembre de 2014
Bankia, una mirada al fondo del agujero de mierda
Si hay un ejemplo en España de porqué hay que echar a patadas a la actual clase política ese es Bankia.
Todas las malas prácticas de la mezcla repugnante de la política y las finanzas están representadas en esta gigantesca estafa, que a no ser que alguien con más conocimiento me desmienta, es la mayor ocurrida nunca en nuestro país.
Una estafa en la que además han participado todas las instituciones competentes, desde el Ministerio de Economía hasta el Banco de España que ahora descubre las cifras del "pastel".
Acabo de escuchar al señor Rato defenderse diciendo que las cifras que se manejaron en la salida a Bolsa habían sido aprobadas por el Banco de España. Efectivamente, es así, como también es así que la auditora Deloittle dio su visto bueno a las mismas cuentas fraudulentas.
Ahora ambos tienen que explicar su conducta y si se demuestra que actuaron con engaño y falsedad tendrán que asumir las correspondientes responsabilidades penales y administrativas.
¿Que decir de la Comisión Nacional del Mercado de Valores?
Si hay un asunto que merece toda la atención jurídica e institucional ese es la aclaración y depuración de responsabilidades de este caso.
No solo para reparar el perjuicio causado a miles de accionistas, sino para restaurar la confianza en el país y sus instituciones.
¿Como se puede confiar en un estado que estafa a sus ciudadanos?
¿Como se puede confiar en una clase política que participa en el robo descarado de los fondos de una institución bancaria y que coloca al frente de la misma a individuos sin escrúpulos con el solo propósito de participar del saqueo de los dineros de los ciudadanos?
¿Como se puede seguir adelante en un país que desprecia algo tan sagrado como la propiedad privada y el buen uso de los fondos públicos?
Lo sucedido en Bankia nos sitúa, se quiera o no, entre las repúblicas bananeras y los regímenes criminales.
Es un agujero de mierda que más vale tapar lo antes posible.
Publicado por Antonio Cordón a las 11:30 0 comentarios
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Un minuto de silencio por un hooligan
A pesar de los intentos buenistas por eliminar la violencia en sus diferentes formas, ya sea en el deporte o en las relaciones de pareja, lo cierto es que la violencia se resiste a desaparecer, y deja en evidencia los continuos programas de educación y las numerosas instituciones que combaten lo que se denomina "esa lacra social".
Las contradicciones del sistema en el trato de la violencia son numerosísimas y todo el mundo las puede reconocer.
Vivimos en un mundo en el que se ensalza al ganador. En el que la lucha por la vida se escenifica constantemente en los medios de comunicación, y en el que el deporte se ha convertido en la forma no solo favorita sino mas favorecida de utilizar el ocio.
Y en el deporte se ha dejado atrás cualquier traza de caballerosidad, que ha sido sustituida por la ferocidad y la ausencia de ética y moral.
No es que la gente vaya a los estadios a desahogarse, es que va a "vivir" la victoria y a ayudar a conseguirla animando a su equipo...y acogotando e intimidando a sus oponentes con gritos desaforados, insultos, cánticos ofensivos y amenazas bien visibles.
De unos años a esta parte, los hooligans se han pertrechado de un aparato identificativo formado por banderas, escudos, y todo tipo de parafernalia, incluyendo uniformes de guerra. Y han tomado prestadas coartadas "ideológicas" de movimientos políticos nacionalistas, o directamente nazis.
Igualmente han aumentado su visibilidad con petardos, bengalas, trompetas, tambores gigantes, etc.
Los clubes de futbol han fomentado esta "sana" energía, con todo tipo de regalos y distinciones pensando que un punto es un punto y que hay dejarse de escrúpulos porque lo importante es ganar.
Hay clubes, como el Atlético de Madrid que ha jugado a este juego con especial entusiasmo y que ha convertido su estadio en una "caldera hirviente" para sus enemigos.
Hace pocos días, el entrenador del Olimpyakos, y antiguo jugador madridista, Michel, tuvo que aguantar todo tipo de injurias ante el silencio cómplice, o incluso el aplauso, del resto de la grada.
Y es que estos brutos hacen gracia. (Mientras sea los brutos de tu equipo, claro).
Naturalmente nadie quiere que eso vaya a más, pero cuando se juega demasiado con esas aficiones "hirvientes", es inevitable que los que ya son violentos de por si encuentren en esos campos el lugar perfecto para "expresarse".
Y una vez que estos energúmenos se encuentran y se relacionan ya nadie puede evitar que den pasos adelante en su brutalidad.
La policía también lo sabe y lleva tiempo controlando en la distancia, pero sin meterse mucho en lo que sucede en los aledaños de los estadios para no generar mas tensión cada partido.
Lo sucedido en el Manzanares es un paso adelante en la estrategia de los brutos que no se puede tolerar.
No ya por el muerto, puesto que cada fin de semana muere algún pandillero en los continuos combates callejeros entre bandas, sino porque si se permite que el combate (simbólico) dentro del campo tenga un reflejo en otro combate (real) en los aledaños, la liga se convertirá en la guerra de los treinta años y habrá muertos en cada partido.
Para parar esto hay que empezar por tratar a los hooligans como los malhechores que son.
Nada de tratos de favor, nada de simpatías por los "nuestros", y desde luego nada de "minutos de silencio".
Publicado por Antonio Cordón a las 16:42 0 comentarios