lunes, 31 de marzo de 2014

Extranjeros

Una de las cosas que más me gusta de Francia, además de los quesos y los vinos, es la facilidad con que se apropian de todo y de todos, desde la mousse de chocolat, que inventaron unos monjes burgaleses, hasta los apellidos de cualquier sitio, que una vez allí se hacen franceses y parece que lo son de toda la vida.

Valga el ejemplo de Anne Hidalgo, pronúnciese Hidalgó, que nació en Cadiz, y es ahora alcaldesa de París, o de Michel Sarkozy, de padre húngaro, que como todo el mundo sabe fue el anterior Presidente de la Republique.

En una ocasión estuve en casa de la familia de un amigo en Annecy. Eran los padres emigrados de la República (española), y los hijos como suele suceder allí y en todas partes, ya casi no hablaban el idioma de sus padres. El caso es que el hijo pequeño se acababa de divorciar y era tema de gran escándalo familiar el hecho de que la ex-mujer había "retenido" su apellido de casada, o sea Martínez. La ex-señora Martínez consideraba que llamarse Martínez era un signo de distinción. Quiero decir Martinéz.

Así mismo la selección francesa de futbol está llena de apellidos muy poco franceses, desde los argelinos, hasta los togoleses...y naturalmente los españoles.

Para que hablar de Picassó, Ocanna, o tantos otros.

Los franceses, con buen criterio, se apropian de todo lo bueno e incluso de lo regular.

Pero también por lo que parece, se están comenzando a mosquear y por eso eligen a la señora Lepén, para que vaya limpiando de extranjeros las calles de las ciudades francesas.

Hay que fijarse en lo que pasa en Francia, porque en España solemos copiarlo, casi siempre con mala fortuna. (Me refiero a las cosas malas porque las buenas al parecer somos incapaces de copiarlas, no ya de Francia sino de ningún sitio).

Nosotros somos castizos, o sea unos tarugos, que amamos sobre todo "lo nuestro", que suele ser una colección de cosas rancias y con olor a sudores antiguos.

Entre las cosas que no amamos es la cultura. Incluida "la nuestra".

Hoy he escuchado en una emisora de radio una conversación entre la locutora y una "experta" en literatura. Hablaban de que Google dedica hoy su imagen de "portada" al centenario del nacimiento de Octavio Paz.

Y decía la "experta" que no había entendido el grafismo que muestra al poeta y ensayista mejicano, como mirando las estrellas de espaldas a nosotros.

No he podido resistir la tentación de abrir el buscador para ver la imagen.

Naturalmente se trata de una alegoría del más conocido libro de ensayos de Paz; "Los signos en rotación", pero la eximia experta seguramente desconocía esta obra, (y probablemente cualquier otra) del escritor y diplomático D. Octavio Paz, cuya relación con el México de los narcos es y fue pura y mera coincidencia geográfica, y que no escribía best-sellers espirituales.

Así que entre los franceses que se apropian de todo lo que pillan allende los Pirineos y nosotros mismos que somos incapaces de apropiarnos de lo nuestro, bien se podría decir que los españoles somos extranjeros de nosotros mismos.

Yo me apropiaría de la alegoría utilizada por Google, y añadiría en palabras de Octavio Paz: "la alegoría fue el modo que asumió la comunicación poética durante el apogeo del cristianismo".

El comic es un medio extraordinario para crear alegorías poéticas.

Y la elección de Anne Hidalgo como alcaldesa de París es otra de esas alegorías de un mundo sin fronteras.    
   

miércoles, 26 de marzo de 2014

Violencia, globalidad y banalidad

La batalla campal ocurrida el pasado sábado en Madrid al finalizar la denominada "marcha de la dignidad" sugiere algunas reflexiones que me gustaría compartir.

En primer lugar los sucesos, en realidad las imágenes de dichos sucesos, han calado en mucha gente.

Ver como policías son apedreados, apaleados y derribados, resulta inquietante para los que normalmente no se ocupan de estas cosas. Parece que los bárbaros ya están aquí.

En segundo lugar, ha sido como la última gota que ha colmado el vaso de unos cuerpos y fuerzas de seguridad que han visto como en los últimos tiempos, se han tenido que enfrentar con manifestantes o asaltantes, cuya violencia no respeta los uniformes. Que no tienen miedo a las consecuencias de sus acciones.

Y en tercer lugar, son demostraciones que parecen indicar una alarmante debilidad del estado de derecho, que ha sido históricamente un preludio de males mucho mayores.

Son además fenómenos globales en los que participan extranjeros venidos al lugar con la intención premeditada de montar la bronca.

Las reflexiones son fácilmente deducibles:

Primero: nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad no dan miedo ni inspiran temor. Eso se percibe con claridad en Melilla y Ceuta y crecientemente en toda población donde se celebre una manifestación.

Segundo: nuestras leyes son ridículamente tolerantes con las acciones de quienes vulneran el orden público y la seguridad nacional.

Tercero: la propia ciudadanía está presa de un absurdo complejo de lo que ellos creen que es tolerancia democrática y no es mas que miedo a tener que enfrentarse al mundo.

Cuando las derechas quieren legislar a este respecto, les salen los demonios de las viejas leyes de orden público, que les avergüenzan justamente.

Y cuando son las izquierdas, les salen los fantasmas de San Francisco de Asís y de las comunas hippies, y no les falta más que pedir a los policías que lleven flores en el pelo.

Y mientras, nuestras ciudades se llenan de "rumanos", de "subsaharianos", y ahora de "anti-sistemas".

Es hora de despertar del sueño de Alicia y ponernos serios.

No se puede tolerar que España se convierta en el cubo de la basura de la UE.

No se puede tolerar que atacar a la policía se convierta en el nuevo "trending topic" de Tweeter.

No se puede tolerar que el delito sea gratis en España.

Es hora de dejarse de gilipolleces de leyes del aborto y de mas gilipolleces de referéndums de autodeterminación y poner el Parlamento a trabajar en los temas que nos preocupan a los ciudadanos.

Si la actual clase política no lo hace, otros vendrán y serán mucho peores.

Recordemos la República de Weimar.



domingo, 23 de marzo de 2014

El Duque de Suarez y el Tahur del Mississippi

Hoy, que nos ha dejado el cuerpo de Adolfo Suarez, su mente se había desvanecido hace años, son de esperar grandes alabanzas sobre su figura, y como los jóvenes no le conocieron, y los mayores tenemos tan mala memoria, me atrevo a dar unas pinceladas sobre este hombre providencial, un pícaro en un país de pícaros.

Venía Adolfo de un pueblo de Avila, e hizo "carrera" en el Frente de Juventudes, que era una sucursal del "partido único", mientras terminaba a trancas y barrancas la carrera de Derecho. (Como Zapatitos en el PSOE leonés).

Un día se cruzó en su camino un señor de Castellón de la Plana, Fernando Herrero Tejedor, que además de ser un cacique local, aquella tierra los da mucho, era capitoste del Régimen.

Bueno, conociendo a Adolfo, seguro que hizo lo que hubiese que hacer para cruzarse en el camino.

De la mano de Herrero, (padre de Luis Herrero el periodista de la COPE y compi de Jimenez Losantos), llegó a Presidente de la Diputación de Segovia primero y luego a Director de Televisión Española, que era entonces no solamente una bicoca, sino la llave para el control de la información de aquellos señores que gobernaban. (Un cargo de confianza, vamos).

Allí debió conocer a D. Juan Carlos, entonces heredero designado del Caudillo, y éste o alguien de su entorno tomó buena nota de que aquel chaval era "espabilao".

Y es que Suarez era listo. Un pícaro que sabía moverse en aquel mundo de dinosaurios y serpientes de cascabel.

Se le notaba el pelo de la dehesa, o sea que se veía que era un paleto, con aquel peinado que entonces se llamaba "a navaja", y aquellos trajes de Cortefiel. (Seguro que usaba colonia Agua Brava).

Cuando empezó la transición a la muerte de Franco, el nuevo Rey siguiendo los consejos de su padre, (y supongo que de la embajada americana), decidió que había que ir hacia la democracia de corte europeo.

Lo malo es que había que hacerlo sin ruptura, o sea sin dejar que las izquierdas se salieran del tiesto.

Para ello había que hacer que los miembros de las Cortes, o sea un grupo de septuagenarios franquistas y corruptos, votasen su autodisolución.

Primero el Rey nombró a Carlos Arias Navarro, (también conocido como "el carnicero de Málaga" por sus hazañas en la represión durante la guerra civil).

Don Carlos estaba reblandecido por tantos años de corrupción, y dispuesto en principio a hacer lo que le mandaban, pero le llevaron a un acto falangista en Barcelona, y se puso a cantar el "cara al sol".

No valía.

Entonces Torcuato Fernández Miranda, desesperado, miró a su alrededor y le pasó al Rey una "terna" de candidatos, esperando que el Rey eligiese a José María de Areilza, un noble vascuence y anglófilo, que parecía entonces un demócrata de toda la vida.

En la portada del primer número de El País, aparece la foto de Areilza, que era el preferido de los "demócratas".

Pero el Rey eligió a Suarez, y todo el mundo pensó que era una metedura de pata.

En realidad fue un acierto.

Adolfo, conocía el percal, y supo desmontar el chiringuito con mano izquierda, y sobornos a troche y moche.

El Rey le pasaba los encargos y él hacía que se le habían ocurrido por si mismo.

Así legalizó a todos los partidos, incluido el Comunista, lanzó el proyecto de Constitución y otras iniciativas.

Como había que convocar elecciones, tuvo que montarse un partido, la UCD, para concurrir y ganar.

Y ahí se montaron una serie de gentes que habían estado en los aledaños del Régimen pero que no tenían las manos manchadas de sangre, otras que había estado en la oposición de salón y otros de buenas familias de toda la vida.

Y ganaron, y Adolfo fue el primer Presidente de la Democracia.

Cuando se terminó el guirigay de los encargos reales, los que estaban con él en la UCD comenzaron a ver que Suarez no tenía fondo ni trastienda. (Como Zapatitos).

Y ellos, que eran casi todos gentes de las élites funcionariales, de la abogacía o de la universidad, comenzaron a despreciarle. (En esto Zapatitos fue mas hábil y se rodeo de berzotas como él).

Al final entre los de la UCD y los militares que le tenían entre los ojos por traidor, le forzaron a dimitir, sin que el Rey moviera un dedo para mantenerlo.

Su servicio a la Corona había terminado. Estaba amortizado.

El día que se votaba su sustituto en el Congreso entró Tejero con sus mariachis y todavía tuvo Adolfo un momento de gloria cuando se negó a agacharse cuando los facinerosos comenzaron a disparar.

Luego estuvo dando tumbos con un partido-chiste llamado CDS, que era igual al de Rosa Díaz, o sea que en unas cosas era de derechas y en otras de izquierdas. Ni él ni nadie lo entendía.

Finalmente se fue a casa. El Rey le hizo Duque que es lo más en aristocracia. El siguió con el tupé.

Cuando su salud comenzó a deteriorarse con el alzeimer, y tras la muerte de su mujer, comenzaron los homenajes.

Como colofón diré, que Suarez hizo cosas que parecían imposibles, y que otros mejor preparados no hubiesen hecho.

Como no tenía nada que perder fue para adelante con decisión y coraje. No se dejó achantar y solo lo echaron cuando empezaron a reírse de él sin disimulo sus subordinados.

Le debemos mucho más que a otros.

Alfonso Guerra le llamó Tahúr del Mississippi, pero luego comprendiendo la tragedia de este hombre que había ido mucho más lejos de sus limitaciones y que había conseguido lo inimaginable años antes y sin lanzarnos a otra guerra civil, se convirtió en uno de sus amigos más fieles en la enfermedad.

Hoy, el Rey le ha dedicado un discurso funerario breve, pero creo que sentido.

Suarez fue un pícaro convertido en héroe por el destino.

Muchos otros no hubiesen estado a la altura de ese difícil papel.    

jueves, 20 de marzo de 2014

El alcohol y los jóvenes

Se publica la enésima encuesta de una de las infinitas instituciones que se dedican a combatir "las drogas", sobre el impacto de estas sobre los jóvenes, y como siempre se echa la culpa al empedrado, o sea, a las propias drogas, sin buscar cuales son las causas de que tres de cada cuatro jóvenes se emborrache cada dos por tres.

Hemos avanzado desde que el alcohol no era considerado una droga, aunque los resultados siguen siendo los mismos, es decir, ninguno.

Cada jueves, viernes y sábado, en el parque de Eva Perón, en la Plaza de Manuel Becerra en Madrid, grupos de quinceañeros se reúnen para emborracharse. Los restos de estos festines báquicos aparecen al día siguiente esparcidos por todas partes, al igual que las vomitonas correspondientes.

A nadie parece importarle excepto a los que tenemos perros y tememos que se claven algún vidrio o se coman los restos orgánicos depositados por todas partes.

Y esto sucede por cualquier espacio público de la ciudad, junto a la ya habitual corte de los milagros de mendigos, borrachos "habituales", carteristas, y las legiones rumanas de tullidos, parturientas, y demás santa compaña.

Al margen de la dejación de responsabilidades por parte del Ayuntamiento de la capital de España, está la propia cuestión de la desmoralización de una población que ha dejado de creer en el futuro y se va refugiando cada vez más en sus casas a la espera de que escampe.

Pero volviendo a las drogas, me encuentro afirmaciones de los sabios antidrogas en el sentido de que los chicos que consumen cannabis tienen un porcentaje mayor de fracaso escolar que los que no las consumen. Y siguen con la cantinela de que es el consumo lo que les aleja de los libros.

¿A nadie se le habrá ocurrido que son los chicos problemáticos los que consumen más drogas, y que son estos los más propensos al fracaso escolar aunque solo consumiesen colacao?

¿A nadie se le habrá ocurrido relacionar el incremento del consumo de alcohol con el incremento del malestar social?

¿Es que nadie puede decir lo obvio y es que vivimos en una sociedad en la que el descuadre entre lo que somos y lo que se nos propone como modelos a seguir es tan grande que produce en unos la tendencia a consumir drogas para mejorar el rendimiento y en otros drogas para olvidar?

Roberto Saviano acaba de publicar un nuevo libro titulado cerocerocero en alusión a la cocaína de mejor calidad en el que pasa revista a la economía e industria de esta sustancia, sin la cual, dice Saviano, es imposible entender nuestra sociedad.

Tampoco es concebible sin el alcohol, con la diferencia de que sobre esta sustancia se escriben poesías o libros gourmands, y se puede adquirir en cualquier tienda por chavales de quince años sin más explicaciones.

Pero es inútil buscar las razones de tanta embriaguez en los poderes maléficos de las drogas.

La persecución que ya dura cien años no ha conseguido nada excepto crear unas industrias que viven al margen del sistema impositivo y aumentar el atractivo de unas sustancias cuya demanda crece de forma continuada, ya sean clandestinas o legales.

Vivimos una sociedad perturbada que genera la necesidad de vivir por encima de nosotros mismos.

Los jóvenes no saben que es lo que les pasa. Solo sienten el malestar y se quieren escapar a través de la embriaguez.

Lo malo es que no van a ninguna parte. 

Cambios y crisis

Al parecer hoy ha circulado mucho por Internet un montaje en video sobre los cambios en el mapa de Europa en los últimos 1000 años.

Igual se podría hacer con cualquier continente y especialmente rico seria el que mostrase la expansión de Estados Unidos a través de diversas guerras agresivas, por ejemplo la que les enfrentó a Méjico y que culminó con la anexión de gran parte del territorio de aquel país, incluyendo Tejas, Nuevo México, Arizona y California.

No recuerdo haber oído a nadie reflexionar sobre la necesidad de pedir disculpas por tamaña hazaña, o sobre la necesidad de guardar la legalidad internacional cuando no hace mucho el ejército americano invadió la peligrosísima isla de Granada.

También se podría hablar de la necesidad de que los USA mantengan una base enorme en territorio cubano, la de Guantánamo, o que hagan lo mismo en Kosovo.

Al parecer la legalidad internacional solo es aplicable a otros.

Igualmente, la legalidad internacional no cuenta para los pobres tibetanos, que estaban tan felices en la edad media, cuando China decidió anexionárselos. Ni tampoco para los kurdos, cuando ingleses y franceses decidieron que en el reparto del imperio otomano a ellos se les dejaba fuera.

Y ¿qué decir de los saharauis anexionados por Marruecos?

Si nos vamos para atrás, entonces los ejemplos son innumerables.

La inviolabilidad de las fronteras es una patraña.

Lo único que las defiende es la fuerza, como bien se ve en Melilla y Ceuta. Si no tienes fuerza, tienes que aceptar que tus fronteras son como mucho una ilusión óptica, y que si nadie viene a conquistarnos es porque no tenemos nada que conquistar.

Y la veda no se ha abierto ahora con Crimea. La veda lleva abierta desde siempre. Lo que pasa es que ahora toca mover ficha a los "otros".

Unos "otros" que han estado callados desde 1989, y a los que occidente ha metido el dedo en el ojo en muchas ocasiones.

Yo, la verdad, es que me pregunto cual es la razón de tanto meterles el dedo en el ojo, y no le encuentro explicación.

Toda la "revolución" ucraniana huele a montaje de la peor estofa. Como las revoluciones árabes, y como tantas otras historias fétidas.

¿No será que quieren tenernos distraídos mientras se procede a la demolición controlada del estado del bienestar?

¿No será que necesitan meternos miedo para que aceptemos pacíficamente los cambios a peor consecuencia de la crisis del sistema de consumo?

¿No será que los estrategas piensan que es mejor volver a la guerra fría para que vuelva el orden, y que para eso necesitan un buen enemigo?

¿No será que los iraníes ya no dan más de si, y que el "eje del mal" se les ha quedado en nada?

¿No será que nos aburrimos mucho todos?      

martes, 18 de marzo de 2014

Por los caminos de Crimea

He estado liado estos días y no he podido dedicar el tiempo que se merece la Jungla, pero espero recuperar el tiempo perdido, comenzando por los caminos de Crimea, y los dislates que los medios de comunicación españoles dedican a tan interesante tema.

No solo sitúan algunos medios la península crimeana al borde del Mar Muerto, sino que si las agencias que intoxican sobre el tema situase estas lejanas tierras en el hemisferio sur, algunos comentaristas y tertulianos comenzarían a ligar Crimea y las Malvinas.

Los dislates en España llegan al paroxismo por la conmovedora candidez de nuestros políticos que arriman el ascua rusa a la sardina catalana, en un ejercicio de "fusión" digno de los fogones de Arguiñano.

Nadie parece reparar en la historia atormentada de aquellos territorios, ni en el hecho muy real de que Ucrania, la Ucrania actual no sea otra cosa que un "invento" de la Unión Soviética, cuya intencionalidad no fuese otra que la de justificar la anexión de territorios que habían sido parte del Imperio Austrohúngaro primero y polacos después.

Ni tampoco que la actual composición humana de aquel país se asiente sobre el experimento de ingeniería social mas terrible del siglo XX.

Sucesivas oleadas de limpieza étnica que acabaron con las minorías, húngara, alemana, armenia y tártara. El asesinato en masa de los judíos que llegaban a ser el 20% de la población total, y que eran mayoría en muchas de sus ciudades, y finalmente la expulsión y masacre de los polacos, que eran mayoría en gran parte del territorio.

Finalmente se han impuesto los antiguos rutenos, ahora ucranianos, en los territorios que fueron Galitzia y Bukovina, y en gran parte de la antigua Rus de Kiev, mientras los rusos son los que habitan el este del territorio.

Como estas cosas sucedieron no en la remota edad media, sino en los años que van entre 1918 y 1950, resulta chocante que nadie se acuerde de nada.

Como nadie parece recordar que Crimea, de población mayoritariamente rusa, tras la expulsión y masacre de sus antiguos habitantes tártaros, que habían expulsado anteriormente a los armenios y otros cristianos bizantinos, fue entregada a la Ucrania soviética por un déspota llamado Nikita Jruchev, a quien nadie se atrevió a contradecir, igualmente hace muy poco tiempo.

Y es raro que nadie sepa nada, porque recientemente se han publicado dos libros muy interesantes sobre este asunto.

El primero se titula "Reinos Desaparecidos, la historia olvidada de Europa" del historiador británico Norman Davies, y que ha publicado en España Galaxia Gutenberg.

El segundo es "Tierras de Sangre" de Timothy Snyder, igualmente de Galaxia Gutenberg.

Ahí se puede conocer un poco como se creó ese "maravilloso" país que es Ucrania, y que ahora Occidente está tan dispuesto a defender.

La hipocresía de Obama, el premio Nobel de la Paz que ha comenzado más guerras y fomentado más la violencia, es sencillamente repulsiva.

Lamentablemente los muertos no hablan.

Pero de verdad me gustaría que por una vez los espectros de los antiguos habitantes de Lemberg se levantasen y nos contasen su historia.

Aunque no fuese más que para no tener que escuchar a los tertulianos españoles.   

jueves, 6 de marzo de 2014

La nueva realidad

Leía ayer que un economista británico, con residencia en Barcelona, decía que puede que la crisis  haya pasado, pero que tenemos que acostumbrarnos a que vivimos en una "nueva realidad".

Me gustó esa expresión, porque me parece que refleja bien la situación.

Hoy en la misma publicación, El Confidencial, Martin Wolf, editorialista jefe de Financial Times, vuelve a incidir en el mismo tema afirmando que lo nuestro va para largo y lo explica.

Tenemos una industria raquítica incapaz de absorber la oferta de empleo, ni la cualificada ni la sin cualificar. Tenemos una deuda enorme y unas administraciones públicas hipertrofiadas incapaces de controlarse. Y estamos en el euro con lo que no podemos devaluar.

Como la receta del ricino es sencilla de explicar, o sea bajar los sueldos y los precios, pero al parecer imposible de aplicar, tenemos que acostumbrarnos a la idea de un largo estancamiento,  un declive inevitable del estado del bienestar, y un estado perenne de demanda interna estable y a la baja.

Yo también lo veo así, por más que los políticos digan otra cosa.

Los sueldos siguen bajando, los precios no bajan, y el empleo en consecuencia sigue estable en su pobreza. No hay demanda, no es necesario producir más, no es necesario emplear más, hay mucha oferta....

¿Y salirse del euro?

Imposible dice Wolf, y creo que también tiene razón. La gente sacaría todo el dinero al exterior y aquí no quedaría ni para pagar las cosas más acuciantes y necesarias.

Luego...

Hoy también leo sobre la muerte ayer de Leopoldo María Panero. A los más jóvenes ni les sonará de nada. A los de mi generación, a algunos que vieron la película/documental sobre la familia Panero, que se tituló "El Desencanto", de Jaime Chavarri.

Era Leopoldo María un tipo desastrado, poeta maldito, y esquizofrénico de psiquiátrico, donde pasó en diversas instituciones toda su vida. Ha muerto en el psiquiátrico de Maspalomas, en la indigencia.

Su mayor pasión era beber cocacola, y cuando le sacaban del manicomio para firmar libros en la Feria de Madrid, se pasaba el tiempo bebiendo sin parar y fumando.

Escribió relatos de terror y poemas bastante locos, pero era bastante cuerdo. Una especie de Edgar Alan Poe español.

Que haya sobrevivido hasta los 65 es un misterio.

Su padre fue, además de un excelente poeta, un esbirro del régimen donde dirigió la censura.

Vivieron en la jet set franquista y luego en lugar de ser represaliados, como hubiese ocurrido en un país decente, vivieron una etapa de fascinación por parte de la progresía.

En la nueva realidad, o mejor dicho en la España del ladrillo, Leopoldo María era un extraterrestre.

En la de ahora a lo mejor hubiese vuelto a brillar.

Voy a rebuscar en mi biblioteca a ver si encuentro alguno de sus libros...  

miércoles, 5 de marzo de 2014

A vueltas con la propaganda

Siempre me ha interesado la propaganda. No la publicidad que sirve para vender mercancías o servicios, sino la propaganda que sirve para vendernos ideas y hacernos pensar y actuar de una determinada forma.

Y en esta actividad hay gente con gracia y gente con poca gracia.

Por ejemplo, no creo que haya habido una frase propagandística más afortunada que la de "amaos los unos  a los otros....". Ha recorrido la historia y los continentes y se mantiene fresca como el primer día. No importa que las evidencias vayan en su contra y que los que la proclaman con sus palabras la desmientan con sus hechos; la frase sigue teniendo vigencia.

Luego está el gobierno español que intenta convencernos de que "hemos salido de la crisis".

Es tan burda la patraña y tiene tan poca gracia la frase, que solo los entusiastas del PP y los crepusculares lectores del ABC pueden escucharla sin sentir sonrojo.

Y sin embargo como la van a repetir infinidad de veces hasta las elecciones seguro que terminará haciendo mella.

En el asunto ucraniano, la propaganda occidental, o sea de la NATO/CIA, es omnipresente. Nadie parece reparar en la diferencia de trato que se otorga a Rusia con respecto al imperio americano: si la Nato bombardea Serbia y secesiona Kosobo, es un acto de justicia. Si Rusia despliega sus soldados en Crimea es un acto de violencia intolerable.

Si los nacionalistas pro occidentales de Ucrania toman el poder de una forma irregular y por la fuerza, eso es un acto de resistencia democrática. Si sucede lo mismo en el parlamento de Crimea es una acción terrorista.

Antes, el comunismo era una amenaza y todo se justificaba en la lucha contra los que amenazaban el sistema. Ahora parece que se quiere convertir a Rusia, a la Rusia capitalista, en una amenaza ¿racial? ¿bárbara? ¿religiosa?

Parece que para que el aparato de la propaganda pueda sobrevivir necesitamos un enemigo.

Durante años han sido los iraníes, pero ahora parece que como se van aplacando tenemos que buscar otro: Rusia.

Esto me recuerda una escena impagable que he leído en uno de los libros que el periodista Fernando Vadillo escribió sobre la llamada División Azul.

En ese libro se describe la manifestación que se celebró en Madrid tras la invasión alemana de Rusia en 1941.

Cuanta Vadillo que estaba previsto que Serrano Suñer diese un discurso desde el balcón de la sede de Falange en la calle Alcalá, (junto al Banco de España), pero cuando salió a ese balcón y vio la inmensa muchedumbre concentrada y en aquel estado de exaltación, solo pudo decir con voz entrecortada: ¡Rusia es culpable!

Curiosamente parece que los analistas de la NATO/CIA piensan que esa frase propagandística es la que mejor se adecúa a sus necesidades estratégicas.

Preparémonos para escucharla muchas veces en los próximos tiempos. Casi tantas como la que "ya hemos salido de la crisis".

Como decía Goebels, cuanto mas grande es la mentira más fácil es que la gente se la crea.