Siguiendo un poco con la temática que
arranqué la semana pasada, me gustaría comentar un poco un servicio que descubrí hace poco y me pareció realmente curioso. Hablo de
Klout.
A día de hoy no es un sitio muy conocido, aún no ha pasado la barrera de los early-adopters o de los usuarios de nicho. Aunque sinceramente tengo mis dudas de que por su naturaleza alguna vez llegue a ser conocido por el usuario común. Klout lo que ofrece es un índice, un marcador para cada usuario, el cual
mide su influencia en los medios sociales.
Por defecto, no todo el mundo tiene una puntuación. Uno ha de estar
registrado en la web, lo cual ya de por si condiciona considerablemente el espectro de puntuaciones existentes. La media actualmente ronda los 20 puntos, siendo más de 50 un índice a tener en cuenta.
Para definir este valor, el servicio se basa en 3
parámetros:
-
Alcance, medido a través del número de seguidores o contactos que uno tiene a través de las redes sociales.
-
Amplificación, como la probabilidad de que el mensaje sea difundido (retwiteado, por ejemplo).
- El
valor de la red de contactos del usuario, en función del peso que tenga cada uno de los seguidores.
Klout podría haber pasado más o menos sin pena ni gloria, si no fuese porque desde hace unos meses se sabe que hay
empresas que dan un trato preferencial a aquellos usuarios que tienen un índice de Klout más alto. La idea es que si estos usuarios hablan bien de una cierta discoteca o restaurante, su mensaje tendrá un mayor calado. Un ejemplo muy claro es Oprah, que con sus 92 puntos ensalzaba las bondades de Surface. Tiene pinta de que Microsoft sabían a qué evangelizador se estaban acercando.
Leí que el índice Klout se ha llegado a pedir en entrevistas de trabajo (quiero creer que relacionadas con el mundo del social media).
A nadie le gusta ser un número y menos aún cuando
el algoritmo es secreto y no se sabe cómo se calcula el índice (lo cual también evita hasta cierto punto que se pueda trucar). ¿Justo o injusto? ¿Reflejo de la influencia de cada uno o no?
Si lo pensamos bien hay otras empresas que actúan de manera similar, en las que
depositamos nuestra confianza en su valoración del éter: las agencias de rating. Ellas dictaminan qué productos financieros son buenos y cuáles son malos, y el sistema financiero mundial gira a su alrededor. ¿Justo o injusto? ¿Reflejo del riesgo de cada uno o no?
Como decía la semana pasada, medir es bueno e inevitable, pero no hay que pensar en ello como un fin, sino como un medio. No todos valemos lo mismo según unos parámetros u otros, es natural, ya que no somos iguales (afortunadamente).
Klout puede servir como referencia en el mundo del social media, por qué no, pero aquel que vaya a seguir su índice debe evitar hacerlo a ciegas, debe conocer sus virtudes y carencias y valorar hasta qué punto y para qué le vale. Sus puntuaciones no son ley escritas en piedra, una valoración alta puede ir acompañada de un usuario percibido como "vendido" por sus seguidores. En nuestra mano está darle importancia o no, como usuario y como empresa.
¿Justo o injusto? Qué más da. Simplemente es.