miércoles, 21 de noviembre de 2012

Lo de Gaza

Hay dos franjas (strips), que se han hecho famosas.

La primera es la de Los Angeles, Sunset Strip, famosa por el glamour, y la otra la de Gaza, que es famosa por el horror.

Ese pedazo de tierra esteril en el que los milicianos de Hamas tienen como rehenes a cientos de miles de personas, a mayor gloria de sus amos iraníes y con el único propósito de impedir la vida normal en Israel, es la zona del mundo con la mayor tasa de natalidad del mundo.

Ya eso mismo debería hacernos pensar que allí pasa algo raro, porque en cualquier especie animal, incluida la humana, la natalidad disminuye cuando las condiciones empeoran y vuelve a repuntar cuando mejoran.

Malthus ya se refirió a este fenómeno que explicaba la mala situación recurrente de las clases inferiores, ya que cuando atendiendo a la crisis disminuía la tasa de natalidad mejoraban sus espectativas laborales y de vida, pero esa mejora se destruía cuando al mejorar volvían a nacer niños a mansalva y en consecuencia volvía la pobreza.

En Gaza estos principios malthusianos no se tienen en cuenta ya que el que tiene mas hijos tiene mas subvenciones iranies, (mas mártires potenciales para la causa), y entonces estamos en el escenario del premio nobel Gary Brucker que ya explicó que lo que se incentiva es lo que se cultiva.

Como en Gaza se incentiva la natalidad y la brutalidad, eso es lo que se cosecha.

Se me dirá que "también los israelies tienen la culpa porque les tiran misiles", pero lo cierto es que Gaza es un sumidero de odios y violencia, que no debería ser tolerado, empezando por los medios de comunicación que siempre se hacen eco de las "matanzas de niños palestinos", sin preguntarse como es posible que siempre las bombas teledirigidas israelies maten a niños de teta. ¡Vaya puntería tecnológica!

Gastarse millones de dólares en drones, bombas inteligentes, laser y satélites, para luego dar siempre en el hospital infantil, es uno de los fallos militares mas clamorosos de la historia.

Y la verdad es que no me parece que el ejército israelí se haya caracterizado historicamente por su incapacidad.

Por lo tanto lo que deberíamos pensar es la razón por la que la prensa occidental, y desde luego la española, prefiere la versión de una banda de malhechores violentos, que entre otras cosas volaron unos trenes de cercanías en Madrid no hace tanto tiempo, a la versión de un país que mantiene una democracia en medio de un mar de enemigos que desean su destrucción a cualquier coste.

Sobre todo ahora que estamos también a favor de los rebeldes sirios.

Dado que el régimen de Damasco, que nos parece carnicero y criminal, es pro-íraní, y que los de la franja también lo son, ¿no deberían tener un tratamiento semejante?

¿O es que los criminales si son (o parecen) la parte débil del conflicto, merecen nuestra simpatía?

Me parece que el criterio para ponerse de una parte o de otra debería ser su razón, o nuestra conveniencia.

En el caso de los fundamentalistas islámicos de la franja de Gaza, yo no veo ni la razón ni nuestra conveniencia.

¿Alguien las ve? 

 

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