lunes, 19 de noviembre de 2012

El lio de las hipotecas

Como ya anticipábamos, y no hacía falta ser profeta, las medidas del gobierno para atenuar el movimiento social surgido alrededor de los deshaucios, no solo no han arreglado el problema sino que lo ha empeorado.

Naturalmente es facil decir que se va a atender a los casos mas graves, pero para hacer eso hay que trazar una línea, y cuando se hace se comprueba empíricamente que tras la línea nos hemos dejado otros casos igualmente sangrantes.

Y si movemos la línea una vez mas pasa lo mismo.

Con el agravante de que los que se quedan fuera se ponen mas rabiosos al ver que gente en similares circunstancias ha sido "salvada" y ellos no.

Y si antes chillaban y se encadenaban a la vivienda ahora se quemarán a lo bonzo, porque una vez que se ve que el de arriba afloja la presión se hace mas fuerte.

A los jueces, que no quieren tener sobre su conciencia esas imágenes de familias cargando con el colchón y los niños llorando, el límite del gobierno no les soluciona nada ya que el número de afectados es tan enorme que lo único que notan es que la cola va mas deprisa, pero los deshaucios siguen llegando.

Y por lo demás la cuestión es que la gente tiene deudas que no puede pagar.

Y dehecho no paga, y la morosidad ya alcanza al diez por ciento y mas que va a subir porque los que estaban pagando las hipotecas con apuros van a dejar de pagar.

Ahora es cuando se empieza a ver la magnitud del desaguisado del "boom" inmobiliario español.

Y recordemos que alguien se ha quedado con el dinero.

Porque esos ecuatorianos, bolivianos, vallecanos, nigerianos, senegaleses, polacos, y en general habitantes de los cinturones "obreros" de las ciudades, han entregado el dinero que les prestó el banco, (de forma harto imprudente), a algún promotor, constructor, o similar, que a su vez compró el terreno a algún ex-agricultor, que a su vez untó a algún alcalde.

Y esos tienen el dinero.

¿Donde?

El dinero como la energía ni se crea ni se destruye. Solo cambia de manos.

Así que el gobierno tiene ante si la alternativa de deshauciar a todos los desgraciados-incautos-listillos-estafados, o buscar el dinero de los que lo tienen ahora, y que seguro que está almacenado en los mismos bancos que concedieron las hipotecas.

Yo creo que comprobando los enriquecimientos súbitos de estos últimos quince años se podría rescatar parte del botín.

Que se empiece por todos los alcaldes y concejales de los pueblos españoles, (y catalanes), ribereños del mar o de una gran ciudad.

Luego que se continue por sus familiares.

Y así.  

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