Mostrando entradas con la etiqueta 3D. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 3D. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de mayo de 2010

¿Queremos televisores 3D?

Vivimos tiempos turbulentos para el ocio en el salón de casa.

Los fabricantes nos quieren meter la televisión en 3D con calzador y están poniendo todo su empeño en ello. El aparato que te compraste estas Navidades ya está desfasado. y cuesta la mitad de lo que pagaste en su día por él. No te preocupes, no eres la única víctima de una evolución acelerada de la tecnología. Es la última tendencia en obsolescencia inducida. El objetivo es renovar todo el parque televisivo mundial a la vez que se sanean las cuentas de las empresas asiáticas. Un plan perfecto (para ellos claro).

Para lograr ese sentimiento de desfase nada mejor que hacer uso de una prensa más necesitada de inyecciones publicitarias que nunca. En las últimas semanas, los diarios físicos y semanales no hacen más que publicar noticias "informando" de los beneficios del 3D, lo bien que se verá el Mundial en estos televisores, y como en 2015 más de 22 millones de hogares en todo el mundo dispondrán de esta nueva tecnología. Así, logran generar esa incertidumbre en el pobre lector, que se pregunta si quedará relegado al pasado si no se gasta otros 1.500€ en un nuevo televisor.

Mientras, en el otro lado de la acera, los distribuidores de contenidos no apuestan ni siquiera por la alta definición, relegando sus canales de la TDT a repeticiones, concursos-basura y series de hace 20 años. Así, yo me pregunto, ¿realmente necesitamos en este país televisores de última tecnología, si no disponemos de los contenidos para disfrutarlos? Tengo curiosidad por saber cuál es el impulso real del 3D una vez pasada la fiebre futbolística del verano, aunque me imagino el porvenir.

En los últimos años el fenómeno de la obsolescencia inducida ha sido escandaloso. Primero fue la alta definición; luego el Full HD; luego la TDT integrada; luego la TDT en alta definición; ¿adivináis cómo sigue la serie? Efectivamente, el TDT Full HD hará su aparición, aunque antes se ha colado el 3D. Supongo que la cosa desembocará en una TDT 3D...

Lo dicho, los fabricantes quieren vender y han encontrado en estos avances tecnológicos faseados su gallina de los huevos de oro. Lo malo es que se tienen que asegurar que haya contenidos para alimentar a la gallina o puede que deje de poner huevos antes de los esperado. De hecho, no le auguro un futuro muy próspero al 3D este que nos traen, ni en cine ni en televisión, aunque ese es tema para otro post.

sábado, 3 de abril de 2010

Sobre el florecimiento del 3D en el cine

Aprovechando estos días de vacaciones me acerqué al cine a ver Furia de Titanes, última película nacida de la mente de algún productor que pensó que si esa historia dio dinero a principios de los años '80, igual podría hacerlo ahora. Los carteles publicitarios anuncian con entusiasmo que la película se puede disfrutar en 3D, seguido de unas palabras, en fuente más pequeña que dicen que bueno, que si me empeño también se puede ver en 2D.

El caso es que yo opté por las 2D porque he de admitir que mi ilusión inicial por el 3D se está desvaneciendo poco a poco. Yo entiendo el razonamiento de estos productores: "si la película se estrena en 3D, cuesta más dinero, pero también recauda más, ¡así que vamos con ello!". Pero no tengo muy claro si ellos se ponen en mis zapatos (o en mi butaca, en este caso), que al fin y al cabo soy el que paga.

Furia de Titanes se pensó y rodó para ser estrenada en 2D, como cualquier otra película de los últimos años. Pero en esto que llegó Avatar e iluminó el camino de las productoras en época de vacas flacas. Ahora lo que se lleva es estrenar en 3D, así que se insufla algo más de dinero en postproducción (entre $40.000 y $150.000, según el resultado deseado), se ruedan un par más de escenas con objetos o personajes que se acerquen al espectador, y ya recaudar.

¿Ya está? No, no está, porque las críticas a la película están siendo bastante severas. Y no sólo al guión o actuaciones, que también, sino que el apartado técnico destaca por sí solo. Y es que no es lo mismo rodar pensando en 3D, como fue el caso de Avatar, que rodar de la manera tradicional y luego realizar la conversión de manera "artificial". Empezando porque todo contenido se ve condicionado de manera inherente por su envoltorio y ambos deben estar alineados si se quiere un buen resultado. Los planos no son los mismos, la forma de filmar no es la misma, la historia no se cuenta igual.

Parece claro que el recurso del 3D no es como el color, que favorece a (casi) todas las películas, sino una característica que valdrá para determinadas situaciones. La industria del cine tendrá que aprender a ser crítica para saber cuándo tirar de este recurso y a sacar el mayor partido a una nueva forma de narrar sobre la pantalla. Este es el caso de Avatar, que sin ofrecer un 3D exento de crítica, sí que supuso un replanteamiento y cambio en la forma de contar la historia.

Teniendo esto en cuenta, salta a la vista otro aspecto a contemplar. Se trata del sinsentido artístico que supone estrenar en ambos formatos, 2D y 3D. Económicamente se cubre mayor espectro del público, sí, pero si hemos dicho que la película no se hace igual, o se opta por uno o por el otro, son exclusivos. Este sería el caso de ver Avatar en 2D o Furia de Titanes en 3D, no es cómo se supone que se deberían disfrutar.

Y lo que es peor para la industria, si siguen cobrando más por el cine 3D, a la vez que ofrecen una peor experiencia para el público, éste les dará la espalda y dedicará su atención a otros centros de ocio. Se la están jugando, porque el 3D es un arma de doble filo. Si la cuidan y desenfundan con cuidado, les puede dar grandes resultados. Ahora, como se apresuren y se den muchos casos como el de la película de los titanes, van a pasarlo mal.

lunes, 6 de abril de 2009

El 3D es el futuro del cine y el cine del futuro

Esta semana ha llegado a las carteleras de los cines españoles la nueva película de animación de Dreamworks, Monstruos contra alienígenas. Otra de muñecos para niños, pero con un factor diferencial: esta vez exista la opción de verla en 3D.

Y es que parece que el 3D se ha convertido en la tabla de salvación a la que se agarran los grandes estudios para capear la crisis que se cierne sobre sus carteras. A falta de buenos guiones, habrá que recurrir a la tecnología para volver a llevar al público a las salas, y así se presenta este 2009, como antesala de los años 2010 y 2011 cuando definitivamente se asentará este formato entre nosotros. Que no se me entienda mal, no creo que llegue a matar el cine tal y como lo conocemos ahora, igual que siguen existiendo películas en 4:3, en blanco y negro y hasta mudas, pero sí que irá progresivamente comiendo terreno.

La industria cinematográfica está pasando por un momento complicado debido a 3 factores fundamentales. Primero tenemos la clara escasez de ideas que hay en Hollywood. Todo son remakes, precuelas, secuelas, guiones basados en libros y cómics, etc. Pocas novedades hay, porque en los malos tiempos los productores no se quieren arriesgar y prefieren ir sobre seguro. Segundo, y sobre la que se cargan más culpas, Internet, que ha permitido que la gente tenga acceso a un catálogo cinematográfico de extensiones desconocidas, trastocando el modelo de "novedades en el cine O cómete esos anuncios en la tele O ve al videoclub a ver qué tienen" que hasta ahora imperaba. Y en tercer lugar y para mí el factor más importante, que realmente son 2, tenemos la crisis económica y la proliferación del cine en el hogar. Cada vez más personas se quedan en casa viendo una peli en vez de salir al cine, lo que normalmente conlleva cena, palomitas, refrescos, gasolina, etc.

Así, igual que la aparición del vídeo coincidió con el uso y abuso de los efectos especiales para el cine, ahora nos encontramos con que la industria trata de meternos la experiencia 3D. De momento con películas de animación, que es más fácil, pero poco a poco iremos tornando hacia la ciencia ficción (genero por excelencia para los experimentos técnicos) para finalmente llegar a un cine más convencional, ya sea tragedia o comedia. Ya he leído varios comentarios que denostan el 3D y su supuesta influencia en el guión de las películas, auténtico motor de las mismas, pero estoy convencido de que similares voces su oían ante la aparición del color o el formato 16:9. Total, ¿para qué quiero ver a Charlot en color? ¿Qué le va a aportar eso a la película?

Tengo el convencimiento de que el verdadero punto de inflexión para esta nueva tecnología va a ser Avatar, la nueva película de James Cameron (de ciencia ficción) en la que lleva trabajado desde que acabó Titanic (¡10 años!) y que promete ser la panacea del 3D. Ahí se verá de verdad cuánta gente puede arrastrar este formato a las salas. Pero luego detrás de él llega Steven Spielberg y Peter Jackson con su visión 3D de Tintín. Y, sin duda alguna, George Lucas utilizará un reestreno de Star Wars en 3D para construir un nuevo ala para su rancho. No deja de resultar curioso que sea precisamente los que nos atrajeron al cine con los efectos especiales sean los que vayan a repetir la jugada 30 años después.

Yo le tengo muchas ganas a Monstruos contra alienígenas. No por la calidad de la película, de la que no espero mucho, sino por la experiencia 3D, que parece que está gustando. Ya me gustó con Beowulf, y esperó disfrutar otra vez. Eso sí, por 3€ más que una película estándar... ¡Así está recaudando más esta versión que la 2D!

martes, 27 de mayo de 2008

La fibra óptica cuesta dinero

Algo así me imagino que le habrá dicho una persona relevante de Telefónica a la CMT, ante las cautelares que esta última trata de cerrar. Básicamente, lo que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones propone es que si Telefónica quiere levantar la infraestructura necesaria para llevar fibra óptica hasta el hogar, para permitir un acceso a Internet de verdadera alta vevlocidad, ha de permitir que sus competidores hagan uso de ella. No sólo ésto, sino también obliga al ex-monopolio a ofrecer servicio a mayoristas, para que sus competidores puedan replicar la oferta de Internet y TV.

La respuesta de Telefónica es obvia y esperable: "va a invertir en la fibra óptica San Quintín, porque yo no". Un pensamiento totalmente lógico y respetable.

Ahora el balón está sobre el tejado de la CMT, que ve cómo el avance de la sociedad de la información puede verse retrasado (aún más) en nuestro país. Aunque sus competidores no se quedan de brazos cruzados y ONO, el único que puede ir más o menos por su lado ya que su solución está basada en cable, ya hace pruebas piloto a 100 megas. Seguramente al final se llegará a un acuerdo entre Telefónica y la CMT, como siempre ha ocurrido en el pasado, pero esta situación da mucho que pensar.

Empezando por si no es realmente ya hora de consumar la separación funcional. Es decir, que haya una empresa (o más) dedicada a levantar infraestructura de red, y que las demás se limiten a explotarla. Así funcionan ya las cosas en UK, y no les va mal. Europa aboga por ello y parece que finalmente este modelo se acabará instaurando.

Por otro lado, ¿merece la pena realmente levantar avenidas, calles y fachadas? ¿No sería más fácil apostar por el wireless, como en EEUU, que no tiene punto de comparacióna nivel de costes de infraestructura? Hasta ahora les hemos llevado ventaja en estos temas a los americanos, pero como WiMax finalmente explote puede que las cosas cambien radicalmente.

¿Es necesaria tanta velocidad como la que se alcanzaría con 100 megas? Desde luego, no para ver el correo y vídeo en YouTube, pero sí para ofrecer otros muchos servicios a través de la red, como la TV. Cabe destacar este último ejemplos y los esfuerzos de Telefónica para lanzar emisiones en alta definición. E incluso aún más lejos, en un sistema 3D cuya señal está en desarrollo para ser emitida a través de Imagenio.

Yo sólo espero que, sea como sea, España se suba de una vez por todas al carro de la modernidad y las nuevas tecnologías. El futuro pasa por Internet, para todos y en todas partes. Cuanto más tardemos en llegar a ese punto, más tardaremos en pisar el umbral del horizonte.

jueves, 25 de octubre de 2007

Pasos hacia el futuro

Dos inventos han llegado hoy hasta mi conocimiento, a cada cual más futurístico. No obstante, los dos han sido ya presentado y amenazan con estar en nuestras casas en los próximos años.

El primero y sin duda más vistoso, aunque sólos sea por el vídeo que nos acompaña, es la ya rebautizada como la ventana mágica. "Daylight Window", que así se llama el invento de Philips, funciona con tecnología Active Glass, que a nuestro nivel es como si nos dijesen que se mueve por las fuerzas de la magia arcana.

La historia es una ventana que juega mezclando luz natural con artificial. Al pasar la mano por delante en horizontal, se va cubriendo, dejando entrar menos luz. Si mueves la mano en sentido vertical, el color de la luz que entra, cambia.

Lo mejor es un vídeo para entenderlo:



A la gente le ha molado mucho. Ahí fuera, en la blogosfera, se ha hablado hoy cantidad del invento. Ahí estaba el More, que me avisó esta mañana de su descubrimiento.

A mí el caso es que me ha dejado algo frío. No sé si es porque no me veo pasando la mano varias veces por delante de la ventana para taparla casi al completo, ni siquiera del todo. Yo soy más de los de persiana. O a lo mejor es porque no creo que nunca vaya a tener una ventana del tamaño que tiene la que muestran, así que no me veré en la oportunidad de poder elegir un sistema así. Pesimista que es uno, oiga.

El otro gran invento, y este sí que me ha molado más, es más bien un anuncio. Un anuncio que ha hecho Nippon BS Broadcasting, una tele japonesa, que comenta que va a empezar a emitir un canal de televisión en 3D. En diciembre. De 2007. Toma ya.

Nada de gafitas de esas que alguna vez hemos tenido todos, con un celofan rojo en un ojo y otro verde en el otro. Esta historia funciona con unas gafas electrónicas futurísticas, que te permiten ver las imágenes en HD, en 3D, insisto.

Y nosotros aquí ilusionados (algunos) porque tenemos TDT....