martes, 20 de diciembre de 2016

Then we take Berlin

Pues si. Primero tomaron Manhattan y ahora le toca a Berlin. Precisamente junto a la iglesia del Kaiser Guillermo, un monumento al pasado dramático de la ciudad, y en un mercadillo navideño.

Los amantes de los símbolos tienen trabajo para sacar todos sus significados pero a mi me parece que esta vez todo está bastante claro aunque los portavoces del gobierno alemán se hayan tomado su tiempo en aras de la prudencia.

Una vez más las células durmientes que residen entre nosotros se activan para provocarnos y causar algún estrago.

Y mientras un policía turco asesina a tiros al embajador ruso en Ankara. Y lo reivindica en nombre de las víctimas de Alepo.

Es todo un puzle en el que se mezclan las fichas: Siria, Irak, Afganistan, Chechenia, Sudán, Turquía, Yemen, Arabia Saudí, Pakistan e Iran. Milicias sunnies, chiies, alauis, kurdas...La coalición militar de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, los rusos en apoyo al régimen de El Asad, el gobierno títere de Bagdad, el gobierno integrista turco....

Y la ola de refugiados que comenzó en los campos de batalla de la guerra civil siria, pasó por Turquía de este a oeste, (un camino muy largo por cierto), se embarcó en las costas de aquel país y pasó a las islas del Egeo primero y al territorio de la Grecia continental después para llegar finalmente a Alemania tras pasar por los Balcanes, forzando la entrada indiscriminada en aquel país, es decir sin control alguno, que es el vivero de la nueva generación de asesinos de la causa islámica.

Esa oleada de refugiados sospechosamente iniciada en los campos de refugiados de la frontera sirio-turca y que tanto fue jaleada por la izquierda buenista europea se parece bastante al caballo de Troya que los griegos les colaron a los troyanos en su ciudad.

Naturalmente no todos los refugiados son asesinos (vea por cierto quien tenga ganas la etimología de la palabra asesino), pero a mi no me cabe ninguna duda que ese movimiento de masas fue instigado por alguien, consentido por alguien, y dirigido contra la Europa comunitaria con una intención muy determinada: que los que tenían que pasar pasaran. En mi opinión los turcos saben del asunto mucho más de lo que cuentan.

Como saben del asunto los que nos envían imágenes dramáticas de Alepo, (las televisiones quataríes y saudíes), y nos ocultan las imágenes sospecho que con igual potencial dramático, de las ciudades que toman los del nuevo califato.

Es una guerra poliédrica en la que nosotros hacemos de caja de resonancia al servicio de unos y otros.

Curiosamente los europeos no tenemos mucho que ganar.

Ni tenemos una agenda como los americanos o los rusos, ni queremos recrear el sultanato otomano, ni el califato sunni. No tenemos nada que ganar y si mucho que perder.

Para empezar está en peligro la propia Unión Europea.

Si siguen los ataques en esta situación de saturación de emigrados y refugiados musulmanes, los nacionalismos ganarán posiciones y se derrumbará el sueño europeo.

Pero también está en peligro la propia democracia liberal que ha sido el sustento de nuestro modo de vida y que se llevarán por delante las legislaciones protectoras que nos acechan.

Ni norteamericanos ni rusos ni turcos, que son los que mueven los hilos de la guerra poliédrica se juegan nada que no sea sus estrategias de dominio geo-político. Nosotros si y somos los que con mayor torpeza nos movemos en este escenario.

Unas opiniones públicas intoxicadas de sentimentalismo y decadencia oscilan entre el miedo al siguiente atentado y el deseo infantil de atender a todos los males del mundo para poder seguir divirtiendonos sin remordimiento de conciencia.

Unos medios de comunicación desnortados que "informan" sin ningún criterio que no sea el vender el género a su clientela habitual.

Y una clase política desvergonzada y cínica que se aviene a cualquier cosa que sirva para recolectar un voto más, crean entre los tres una situación de inestabilidad explosiva que los que manejan los hilos conocen bien.

Es bastante desasosegante para mi ver como nos dan estopa sin que seamos capaces de reaccionar.

Y no hablo ni de expulsar a los emigrantes ni de bombardear nada. Hablo de tomarnos en serio esta amenaza y dejar de dedicar nuestro tiempo a discutir si Pablito o Iñiguito se besuquean o se odian.

Espero que haya alguien trabajando en la sombra que se ocupe de estas cosas. De lo contrario ya podemos darnos por emparedados entre los buenistas y sus memeces suicidas y los asesinos y sus atrocidades.

¡Que panorama!      
 

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