sábado, 31 de diciembre de 2016

El futuro no está escrito. 2017 un enigma.

El futuro no está escrito, pero se escribe con la tinta que vamos dejando por el camino los seres humanos y las instituciones que hemos construido para protegernos (eso creían nuestros ancestros cuando las crearon).

Así que en base a esta consideración, y mientras se pone el sol en este último día de 2016, me pongo a la grata tarea de teorizar sobre el año que viene.

Para empezar naturalmente, hay que hablar de Trump, esa broma con tupé que sustituye al niño mimado de Harvard, o sea Obama. Trump es hijo de un millonario o sea que no es un paleto aunque como otros hijos de millonarios como Bush junior, se hace pasar por un tipo del pueblo llano a fin de conseguir los votos de los paletos. Pues ya los tiene, y ahora veremos que hace con ellos.

Creo que a lo largo de 2016 vamos a ver muchos gestos relacionados con poner en su sitio a los modernos buenistas que han tenido a Obama como gran líder. O sea que veremos mas heteros clásicos y mujeres con vestidos en puestos de responsabilidad y los proto-palestinos progres tampoco van a estar de moda, pero en las cuestiones importantes los USA seguirán comportándose como de costumbre. Obama no pudo cerrar Guantánamo en ocho años y Trump tampoco podrá cerrar otras muchas iniciativas iniciadas por los listos de Harvard. Así que tranquilos, no tendremos embajadores gay que salgan en el Hola y el ABC pero las bases seguirán funcionando.

Putin calculo que va tener un buen año. Los americanos se van a desplegar en Polonia y los países bálticos, pero no en Ucrania, que tácitamente se deja para los rusos.

El éxito en Siria de la aviación rusa ha devuelto a Rusia a la escena imperial y supongo que le van a coger gusto, hasta que los americanos les paren en seco o hasta que comience una nueva guerra fria, que tanto bien hizo a Estados Unidos y para que engañarnos a todo el mundo. No hay nada mejor que tener un enemigo para que todo funcione.

Los chinos seguirán con sus cosas, o sea tratando de imponerse como un gran poder, pero tienen los pies de barro y lo saben, así que intentarán negociar con los americanos para que no pase nada importante aunque tengan que dejar que Trump se marque algún éxito interno.

Será interesante saber el punto de vista trumpiano con respecto a las guerras de la droga y ahí podemos ver algún cambio. La marihuana se sigue legalizando en más estados de los USA y tarde o temprano ocurrirá en Europa.

El desempleo seguirá siendo un fantasma muy grande en el horizonte y los ensayos de salario básico social se seguirán produciendo. Es algo inevitable.

En Europa con varias elecciones en marcha va ser un año movidito. Las negociaciones de Brexit, las elecciones francesas...Si continuamos con atentados islamistas y con mas invasiones de refugiados, el aumento de la xenofobia nacionalista es inevitable y sus resultados desastrosos.

Ya podemos los pro-europeos movernos porque los cafres están saliendo de las madrigueras.

¿Y la economía mundial?

Me da en la nariz que las políticas de Trump van a ser aplaudidas por los mercados pero hay demasiado dinero en el ambiente y las burbujas se pueden formar en cualquier momento. No quiero pensar en un hundimiento de la economía china. Sería terrible para todos.

En nuestro querido país, 2017 será el año catalán. Me mata el aburrimiento solo de pensarlo.

Puigdemont, los de Esquerra, los anticapitalistas y todos los espectros del carnaval nacionalista saldrán a la calle como los espectros en la noche de Walpurgis, y nos lanzarán sus soflamas. En "Madrid" se encontrarán con "cara de piedra" Rajoy, que repetirá hasta la nausea lo de la ley y la Constitución, y por debajo de la mesa irán negociando para ver como salen del lio del referendum.

Y nuestro país seguirá su marcha hacia ninguna parte, cada vez más dependiente del turismo y de los bares.

Nuestros hijos seguirán cogiendo la vía del exilio hacia países con industria y por Navidad volverán a casa...o no.

Se estrenarán algunas películas interesantes, se publicarán algunos libros dignos de lectura y pasarán algunas cosas curiosas que nos alegren un poco la vida entre tanto Trump, Putin y Puigdemont.

Se venderán menos periódicos, la incultura se extenderá todavía más a pesar o como consecuencia de los diversos planes de educación, y seguiremos pegados al móvil.

El clima seguirá medio loco, y se multiplicarán los planes para disminuir la contaminación, a pesar de la evidencia de que somos los humanos con nuestra existencia los que provocamos los cambios, y que vamos a seguir consumiendo todo lo que podamos.

No creo que todavía 2017 sea el año del coche eléctrico, pero nos lo van a intentar vender de todas todas.

Algo van a sacar al mercado que cree una nueva furia compradora ahora que las sucesivas generaciones de smart phone ya no suponen ninguna sorpresa. Yo no se que va a ser. Me estoy volviendo viejo.

Yo pensé que vería la marihuana en los estancos y las películas con actores digitalizados, pero ya no lo se. Me hago viejo y las imágenes virtuales son todavía un poco groseras.

Espero que me guste la nueva temporada de Juego de Tronos.

Espero que el Real Madrid gane la liga.

Espero que me respeten las lesiones.

Y que mis seres queridos prosperen y sean felices dentro de lo que se pueda.

Y poco más.

2017 al final habrá sido otro año anodino en el mejor de los casos, o un año interesante en el peor.

Yo voto por un poco de aburrimiento.      

 

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