La noticia de la re-edición de la serie Los Cinco, de la escritora británica Enid Blyton, eliminando de sus textos todas las referencias y alusiones "machistas y racistas", no es desgraciadamente una novedad.
Los herederos de la señora Blyton han considerado que los intereses, sus intereses comerciales, están así mucho más protegidos y no les falta razón.
En un mundo en el que la religión buenista-feminista avanza a toda máquina, de forma muy parecida de hecho a como lo hizo la religión cristiana, es decir a base de imponer dogmas y dar por buenas presunciones como si fuesen verdades científicas.
Y naturalmente uno de los campos de batalla de esta religión, como lo fué para las anteriores, es la educación de la juventud.
Hay que construir las bases de los nuevos cultos desde el principio y evitar cualquier intento de pensamiento crítico.
Se llame Educación para la Ciudadanía o se llame como sea, el intento de generar un pensamiento único, se desarrolla a través de de dar por buenas, y mucho más allá, de establecer como verdades "indiscutibles", afirmaciones que carecen completamente de rigor.
Como en los años cuarenta o cincuenta cuando Blyton escribió sus obras no se sabía que la mujer "tenía que ser absolutamente igual" que el hombre, o que los chicos tenían que ser educados en la costura a fin de evitar planteamientos sexistas, los chicos y chicas que viven las aventuras que a tanta gente han deleitado a lo largo de varias generaciones, viven unas vidas llenas de roles proscritos y rechazados por los sacerdotes del buenismo.
Que decir de la cuestión racial.
Para los buenistas las razas no existen. Todo el mundo sabe que un pastor alemán es igual que un caniche. La naturaleza que tanto quieren proteger los buenistas está llena de ejemplos de igualdad. Cebras que comen leones, conejos que vuelan, hormigas que viven solas, etc.
Así que, ¿como tratar las diferencias raciales?
Pero nada, como el buenismo es una religión, que nadie dude de que llagará un día en el que Otelo, será "el norteafricano de Venecia", y Cenicienta será Ceniciento para evitar la identificación de roles sexistas.
Mi única esperanza es que la juventud siga en su dinámica actual de buscar la ley del mínimo esfuerzo que les lleva a manifestarse contra las reválidas en compañía de sus papás y profesores, que al parecer, comparten su odio a la competitividad y al esfuerzo.
También me llena de esperanza el ver a los chicos de Lugo partiendose la cara en combates jaleados por sus compañeras de clase.
Se ve que la naturaleza piensa seguir su curso inalterable ante la nueva religión y sus dogmas, como por otra parte ha hecho siempre ante los sucesivos intentos de control de nuestras vidas por parte de religiones inspiradas por un Dios, que al parecer no tiene nada mejor que hacer.
Tendría que surgir un nuevo Nietzche para escribir una nueva "Genealogía de la Moral" y explicarnos de donde ha salido esta nueva impostura intelectual que es el buenismo-feminismo.
Yo de momento me conformo con denunciar el hecho de que estamos asistiendo a un proceso en el que participan una buena parte de la clase política y periodística, opinadores y predicadores, en el que se está dando forma a unos nuevos mandamientos de la ley de Dios, y que de la misma forma en que los poderosos se apuntaron al cristianismo, ahora se apuntan al buenismo.
Cuando queramos reaccionar será tarde y como le pasó al emperador Juliano, ya no será posible dar vuelta atrás.
Lo de Los Cinco parece una tontería pero no lo es.
Cuando se juntan muchas tonterías se convierten en un cambio cultural.
Y luego viene la edad oscura que dura mil años.
Cuidado.
jueves, 27 de octubre de 2016
Los cinco en el país de los buenistas.
Publicado por Antonio Cordón a las 11:36
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2 comentarios:
En el fondo estoy de acuerdo con la opinión general, pero ... ¿qué coño tendrá que ver la Educación para la ciudadanía con el pensamiento único y el buenismo...? De hecho el buenismo lleva años ganando su particular batalla en casi todos los frentes, mientras que la EPC lleva perdiendo ni se sabe. Muy ladino y pérfido y pánfilo debe de ser aprender los fundamentos de la Constitución de tu país, los derechos fundamentales, la democracia, la legislación social básica, el sistema político, etc.
Tienes razón o la tendrías si la Educación para la Ciudadanía fuese lo que Habermas pretendía con sus ideas sobre "patriotismo constitucional" y no una enciclopedia del pensamiento único y un catecismo de la religión feminista-buenista.
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