La posibilidad de que el PSOE que solo tiene 90 diputados de 350, pueda formar gobierno, otra cosa será gobernar, resulta cada vez más posible gracias a la actitud de un PP instalado en no darse cuenta que si quiere sobrevivir va a tener que hacer limpia y no solo de cutis.
Está Sánchez muy crecido porque constata que el odio a Rajoy está bien extendido y ni siquiera los de Ciudadanos se atreven a acercarse no sea que les pegue la tiña o cualquier otra enfermedad vergonzosa.
Y luego están los de Podemos que se les va una risa y les viene otra como al que le ha tocado la lotería y todavía no puede creérselo.
¿Pero que clase de gobierno podría ejercer Sánchez si tiene que ofrecer un menú a la carta a Podemos, al PNV, a IU y a todos los grupúsculos de la Cámara?
Hasta ahora lo único que se le escucha es que tiene que gobernar él porque si no se incumpliría el mandato de las urnas, que según su opinión es de que el PP se largue del poder.
Y que él es la persona indicada para hacer el cambio.
Vale. Pero, ¿cual va a ser ese cambio?
Porque si el cambio va a consistir en hacer el programa podemita dejando a los vascos con su concierto, que efectivamente les viene de perlas, a lo mejor no nos interesa a los demás.
Dicen los interesados en el apaño frente populista que así no se repiten las elecciones, pero digo yo que ya que se va a violentar de forma flagrante la voluntad de los españoles, incluidos la mayoría de votantes del PSOE, y de acuerdo a las directrices de "democracia popular" de los podemitas, ¿no sería adecuado que una vez los socialistas y los podemitas alcancen un acuerdo, hagamos un referendum a ver si estamos de acuerdo?
¿No sería lo mas democrático que los ciudadanos votásemos el programa de la alianza, ya que lo que hemos votado ha sido los programas de cada uno de los partidos por separado?
Estamos hasta el último pelo de los apaños de los políticos y resulta que los de la "nueva política" lo primero que hacen nada más llegar es aparcar la transparencia y ponerse a jugar a las reuniones y los pactos?
Y que decir de Sánchez que ha alcanzado los peores resultados de su partido en toda la historia y va el tio y se proclama vencedor de un concurso que en realidad no existe.
La Ley Electoral española es una burla a los ciudadanos y un regalo que se hicieron los partidos políticos a cambio de "estabilidad".
Pero luego lo que hemos visto es que lo que hemos hecho de verdad es propiciar gobiernos de pactos y componendas que ahora alcanzan el paroxismo.
Y desde luego como una de las reformas necesarias es precisamente la de esa Ley, ya podemos olvidarnos.
Ya bastante grave es que vuelva a gobernar el partido de Zapatitos.
Pero que ahora nos vayan a gobernar Pedrito y Pablito es como para salir corriendo.
miércoles, 20 de enero de 2016
Crónica triste de un país en la encrucijada
Publicado por Antonio Cordón a las 12:59
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