domingo, 31 de enero de 2016

Sánchez quiere ser Presidente

La pregunta es ¿para qué?

¿Acaso es tan tonto como para no saber que la políticas expansivas del gasto público no son posibles teniendo en cuenta nuestro nivel de deuda y nuestro creciente déficit?

¿Acaso no sabe que si la prima de riesgo-país vuelve a dispararse no nos salva del rescate ni la Santísima Trinidad?

¿Acaso no sabe que la recuperación económica esta pillada con alfileres y con todas las ventajas de la reforma laboral y que si todo esto vuelve a como solía, vamos a volver a las largas colas del paro?

¿Acaso no sabe que Podemos, aunque esté en el Gobierno le va a jugar a la oposición y le va a dejar en ridículo cada vez que tenga que tomar una medida "poco popular"?

¿Acaso no sabe que el órdago catalán va a seguir sea cual sea la oferta de reforma constitucional que se haga?

¿Acaso no sabe que las políticas humanitarias dentro de la UE se van a endurecer?

¿Acaso no sabe que su propio partido se va a romper en cuanto se salga un milímetro del guión que le marquen?

Entonces, si no es tan tonto y sabe como cualquiera todas estas cosas, ¿por qué se empeña en ser Presidente de Gobierno habiendo obtenido en las urnas el resultado mas desastroso de la historia de su partido?

La respuesta solo se puede encontrar en el marco de lo personal.

Sánchez sabe que o es Presidente ahora o se vuelve a su trabajillo de profesor asociado o como se diga ahora y se pierde para siempre en las nieblas de la Historia.

Y con el, la tropa de pretorianos que le arropan y que le preparan esos argumentarios que él repite como un papagayo, venga o no a cuento.

Sánchez debería saber que su papel debería ser el de consolidarse como líder de cara a unas nuevas elecciones, pero también sabe que los barones territoriales de su partido le han puesto fecha de caducidad.

Y por eso se le ha metido ahora en la cabeza que la gente le ha ungido para que lidere "un gobierno del cambio".

¿Pero cambio hacia donde?

No puede ir al cambio que quiere Iglesias, ni al cambio que quieren los independentistas que son los que le tienen que votar, porque ese cambio es la destrucción de España y la ruina de sus ciudadanos.

Ni siquiera puede ir al cambio que quiere él pues la UE nos va a marcar con mano férrea ya que tienen en su mano la llave del crédito barato, y como ha sucedido en Grecia, una cosa es hablar y otra pagar las nóminas.

El único aspecto en el que pueden proclamar el cambio es en el tema de la corrupción, pero ahí sabemos todos tristemente que unos y otros se llevan poco.

En realidad el único programa viable es el de Ciudadanos, pero es el partido que ha obtenido menos escaños de los cuatro grandes.

Y mientras sigue la interminable santa compaña de la corrupción que es lo que nos está matando la moral.

¡Que hora tan triste de nuestro país!  

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