viernes, 19 de mayo de 2017

Drama en el Socialismo

Las elecciones entre los militantes del Partido Socialista Obrero Español de este domingo para elegir Secretario General más que una fiesta de la democracia son un auténtico drama cuyo final no termina con la elección.

El socialismo está en franca retirada en toda Europa como consecuencia de su excesiva exposición al poder y a la crisis del modelo del estado del bienestar.

Mientras hubo que repartir y hubo alguna reivindicación por enarbolar, el socialismo tuvo su público. Ahora cuando hay que recortar y re-alinear, el socialismo no tiene lugar.

En España, la izquierda llegó a finales del siglo XX con el rédito de los males de la dictadura y con el aval de los europeos afines. Felipe González encarnó perfectamente el papel del líder de la nueva generación que tenía que llevarnos a las tierras prometidas de la Libertad y la Democracia, y la verdad es que durante unos años los españoles volvimos a sentirnos importantes.

Pero luego ya no hubo manera de sustituirle y se sucedieron unos dirigentes con mucho menos carisma en una pelea interna continua. Así hasta Zapatero que cambió el discurso socialista por otro de carácter nueva-izquierda a medias entre lo feminista y lo ecologista.

El socialismo "antíguo" se refugió en Andalucia de la mano de los fondos de cohesión europeos y las tramas de clientelismo.

Y luego apareció el virus nacionalista y el viejo partido se dividió como el país en un montón de virreinatos localistas que comenzaron a tener sus propias agendas.

En unos sitios se aliaron con los nacionalistas y en otros con los podemitas y otros semejantes, y así se llegó hasta la actual situación en la que ya nadie sabe de que van ni que predican.

Los discursos de los candidatos son mareantes de puro vacío existencial.

La candidata Susana ha presentado un programa tres días antes de las elecciones pero es que los otros lo que han presentado es una tontuna.

Que quieren ganar para que el PSOE vuelva a ganar.

Vale pero para eso tendrán que hacer algo más que decir que quieren ganar.

Ya suponemos que quieren hacerlo porque les va el sueldo, pero ¿y a nosotros los ciudadanos que nos importan sus problemas personales?

La cuestión es si tienen algo que proponernos, y ahí es donde radica el problema: que no tienen nada.

En la sociedad actual tenemos que decidir como incorporarnos a la nueva modernidad global o decidir que no nos incorporamos y volvemos a los aislamientos y las fronteras.

Tenemos que pensar como ser competitivos frente a sociedades con menores cargas sociales que las que tenemos aquí.

Tenemos que decidir si seguimos por sendas de crecimiento o si tratamos de consumir menos.

Tenemos que decidir si nos mantenemos con nuestros valores culturales o si nos lanzamos a la multiculturalidad y sus peligros.

O sea que hay mucha tela que cortar.

Pero de nada nos vale un partido que en vez de discutir de ideas discute de rostros.

Susana, Pedro y Patxi son más planos que una galleta maria, y más o menos igual de sosones.

No tienen nada que decirnos ni que ofrecernos a parte de la constatación de que el panorama político español será mucho más peligroso sin el PSOE.

En España estamos sumidos en un debate político ensimismado que es muy descorazonador.

El drama socialista es nuestro drama: la irrelevancia.      


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