Después de unos días de andanzas por el mundo islámico-soviético de la República de Uzbekistan, vuelvo a Madrid donde me encuentro en plena celebración del Orgullo (gay).
La verdad es que no son los gays los únicos en celebrar su "orgullo".
Todos los años el día 1 de Mayo se celebra el día del orgullo sindical, y cuando ganan algún campeonato, madridistas, cochoneros o barcelonistas celebran sus respectivos orgullos.
La semana santa es motivo de una gran demostración de orgullo católico, y los moteros se reivindican en "quedadas" multitudinarias en diferentes lugares.
La apertura de las rebajas da cada año lugar a demostraciones de orgullo consumidor y los puentes y operaciones salidas a efervescencias de orgullo vacacional.
Hay también orgullo friqui, orgullo feminista y orgullo cervecero.
Los sanfermines son ocasión de mostrar orgullo pamplonica, y las fallas de orgullo valenciano.
Ahora los catalanes partidarios de la independencia celebran cada dos por tras días del orgullo catalán.
Y no hay pueblo de España que no celebre durante unos días sus particulares ritos de orgullo cazurro.
Así que, ¿por qué no los gays?
Y ya puestos yo propondría festejos semejante para todos los gustos. He aquí algunos ejemplos:
El día del orgullo vegetariano.
El día del orgullo calvorota.
El día del orgullo obeso.
El día del orgullo fumador.
El día del orgullo alcohólico.
El día del orgullo hipocondriaco.
El día del orgullo analfabeto.
Y así un montón de tal forma que la señora alcaldesa de Madrid no de a basto para poner y quitar banderas de la fachada del Ayuntamiento y se pase la vida explicando lo maravilloso que es vivir en una ciudad tan amigable con vegetarianos, calvos, obesos, fumadores, alcohólicos, hipocondracos, analfabetos y demás.
Y a ver si de paso se acuerda de los ciudadanos normales que no quieren identificarse con colectivo alguno y solo aspiran a una ciudad limpia y vivible.
Resulta cada vez más difícil ser simplemente un ciudadano sin etiquetas ni banderas y parece como si todos tuviésemos que salir de algún armario para proclamar nuestros gustos ante un público al que francamente tales gustos no tienen porqué importarles un pimiento.
Hay una auténtica afición a contarnos los unos a los otros las aficiones y gustos respectivos.
Si seguimos por ese camino tendremos que salir a la calle llenos de pegatinas que anuncien que somos del Madrid, que nos gusta la paella y que leemos novelas de ciencia ficción.
La transparencia será muy buena para algunas cosas pero no creo que deba aplicarse a cada aspecto de la conducta humana.
Yo preferiría que se me juzgase por mis obras y por mis capacidades antes de por mis gustos y aficiones.
El hecho de que en nuestra sociedad cada vez más cuenten esas aficiones y no las obras me parece muy preocupante.
Supongo yo que en el colectivo gay, como en el colectivo sindicalista, madridista, hipocondriaco, etc., habrá gente notable y gente detestable.
Cada vez me gustan menos los colectivos y más las personas individuales.
Propongo que se celebre el Día el Orgullo individual.
lunes, 26 de junio de 2017
El Orgullo
Publicado por Antonio Cordón a las 13:15
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