miércoles, 4 de abril de 2018

La Ley de los Símbolos

Está dando mucho que hablar hoy un video en el que se retrata una fricción entre la reina emérita, Doña Sofía, y la reina actual Doña Leticia a costa de una foto con las infantas en la catedral de Palma de Mallorca.

He escuchado muchos comentarios y como me parece que ninguno ha entrado en el fondo del asunto me voy a tirar a esta piscina.

No lo hago por convicciones monárquicas, ya que a mi me gustaría que en España fuese posible una República, que no lo es me parece a mi, sino por una simple cuestión de análisis de un asunto que a mi cada vez me interesa más que es el de las mitologías y los símbolos.

La monarquía, como el papado, tiene una enorme carga simbólica.

En realidad y a efectos funcionales, su papel en el entramado institucional consiste más que en ser en estar.

Esto sería muy difícil de explicar en otros idiomas pero nosotros tenemos esa opción así que la vamos a usar.

Los monarcas "aparecen" en momentos concretos para generar una idea de existencia de una entidad ideal que es "la nación".

El estado tiene muchas formas de manifestarse: ahora mismo ya tenemos que hacer la declaración de la renta, pero todo el aparato legislativo y normativo está condicionando permanentemente nuestra vida, pero la nación solo se manifiesta a través de símbolos: la bandera, el himno y los reyes.

Actualmente esas apariciones se realizan fundamentalmente a través de representaciones gráficas, fotos y vídeos que llegan a los ciudadanos a través de los medios de comunicación, y por eso desde la Casa Real tienen un cuidado exquisito en dominar el único extremo de la comunicación que pueden controlar que es el posado.

Lo demás lo controlan o manipulan los demás, pero ellos pueden gestionar la forma en que aparecen.

Así que más allá de lo que son, ellos intentan dominar el arte de estar.

Es más, en la actualidad es casi indiferente lo que sean las personas que encarnan el símbolo.

Como no tienen poder sobre las cuestiones del estado, pueden ser unos pardillos o unos malvados siempre que no lo parezcan. Es decir siempre que estén en su sitio.

Establecido el contexto general vamos al contexto particular.

La reina Leticia es una plebeya. Una intrusa en un mundillo en que siempre se ha criado a los vástagos y vástagas para cumplir con el papel de figurín.

Por alguna razón que ellos sabrán, los príncipes herederos decidieron dejar de casarse entre ellos y ampliar la base genética con gentes del pueblo.

A sus mayores seguro que eso no les gustó, pero tuvieron que tragar.

Ahora bien, estoy seguro que en el ámbito familiar, o sea el del ser, a la reina Leticia le hacen sentir en muchas ocasiones que ella no es "exactamente" un personaje real.

Y la reina Leticia que debe tener un carácter fuertecillo eso le parecerá fatal y le sentará a cuerno quemado.

Y naturalmente en las ceremonias de posados oficiales debe librar auténticas batallas para ocupar el lugar simbólico que le corresponde y no quedar eclipsada por los personajes reales de "verdad".

Y ya sin más pasamos a explicar la escena:

La reina Sofía, (una reina de verdad), intenta hacerse una foto con las infantas. La reina Leticia se pone como una pantera y trata de impedir la foto.

Mucha gente califica la acción de Doña Leticia como una agresión a la "abuela" Sofía, pero eso es no ver lo que está pasando.

La abuela Sofía se podrá hacer todas las fotos que quiera en su casa y en privado, pero cuando la familia real está en sus funciones de representación no hay abuelas que valgan.

Lo que hay es un intento de obviar a la intrusa Leticia, representando la continuidad simbólica de la familia real que emana de Doña Sofía y se encarna en la infanta Leonor y su hermanita.

O sea una foto con mucha retranca.

Como las niñas deben saber de esta pelea simbólica y estarán de parte de su mamá, ellas también intentan zafarse de la foto de marras, y finalmente Doña Leticia se sale con la suya y la foto oficial que se hacen a continuación ya reúne a las tres generaciones sin saltarse a ninguna.

Pero la maldad ha continuado porque la filtración del vídeo no es casual y el resultado tampoco.

Doña Leticia ha quedado como una plebeya sin educación ni tacto, la reina Sofía como una víctima inocente, y las niñas como rehenes de una pelea familiar.

Quienes lo han hecho iban a hacer daño y lo han conseguido.

A mi me parece que los "abuelitos" se deben de haber reído bastante.     

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