martes, 8 de diciembre de 2015

Volver

La frase mas significativa que he escuchado recientemente en la política europea no ha tenido nada que ver con el debate que ayer noche mantuvieron los representantes de los cuatro partidos españoles, sino con lo sucedido en Francia hace unos días, cuando el Frente Nacional ha confirmado su tendencia al alza entre el estupor y el susto de la clase política en general.

No se quien la ha pronunciado ni donde, pero era un militante o votante del Frente Nacional y dice así: "queremos volver a la vida que teníamos antes".

Me parece que si se hiciese un estudio en toda Europa veríamos con meridiana claridad que esa es precisamente la aspiración de la mayoría de los ciudadanos.

Volver a la vida que teníamos antes, o sea, a una vida sin extranjeros, con inviernos y veranos, y con trabajos bien remunerados para casi todos.

Podríamos añadir, una vida con esperanzas de jubilarnos anticipadamente, de que la sanidad pública mejorase, que nuestro poder adquisitivo fuese creciendo y que nuestros hijos viviesen mejor que nosotros.

Ayer, en el debate español, nadie se refirió a este tema pero naturalmente que ese es el tema que nos ronda a todos. Volver.

Y nadie se atreve a decir la terrible verdad que es que ya no podemos volver.

Los extranjeros no se van a ir. Es más, van a seguir llegando hasta que el sistema se derrumbe.

El clima no va a mejorar. Por muchas medidas que se tomen a partir de ahora el daño está hecho y ahora sufriremos las consecuencias.

Y el buen trabajo para casi todos no va a regresar. Ahora hay trabajo bien pagado para pocos y con esfuerzo máximo, y trabajo mal pagado para muchos y sin condiciones.

Esto es lo que hay.

Así que los debates como el de ayer son penosos.

Los candidatos se esfuerzan por repetir los eslóganes que les han preparado sus expertos en marketing político y en desacreditar al adversario. Lo primero resulta aburrido, lo segundo estomagante.

Al final nadie sabe si proponen subir los impuestos o no. Si quieren cambiar la Costitución y en qué. Que piensan hacer con Cataluña. Como piensan crear empleo. Como piensan seguir pagando las pensiones. Y así todo.

De lo que se trata es de pedir a los votantes que confíen en ellos para gestionar lo que venga y para mantener lo que tenemos.

Y claro, la gente que vive de salarios mínimos, de pensiones mínimas o de prestaciones sociales igualmente mínimas, que son la mayoría de la sociedad, se pregunta ¿y que hay de lo mio?

¿Cuanto tiempo vamos a tardar en que surja una Marie Le Pen en España que prometa a toda esa gente volver a lo que teníamos antes?

Desde luego, si surge, no se quien podría hacerle frente.

Sanchez es un muñeco de plastilina cuyo discurso buenista feminista aburre hasta a los más fervientes socialistas.

Iglesias es un líder estudiantil desenfadado cuyo éxito refleja el fracaso del sistema educativo español.

Soraya y Rajoy son dos funcionarios sensatos pero sin capacidad de encanto.

Y a Rivera le falta un hervor...o dos.

Un fantasma recorre Europa. No es el comunismo sino el un nuevo populismo nacionalista y reaccionario.

Tardará en llegar a España, porque nosotros estamos todavía encantados con la democracia, pero llegará.

Mientras, da miedo pensar en el próximo gobierno.  

  

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