domingo, 6 de marzo de 2016

Un nuevo fantasma recorre el mundo...

Es el fantasma del populismo.

Que lejos quedan los días en que Carlos Marx se atrevió a pronosticar que el triunfo de las clases trabajadoras sobre la burguesía entonces imperante era inevitable e irrevocable.

Pero como siempre he mantenido, aún sin saberlo, Marx estaba enunciando una gran verdad que era que lo que venía era el fin de la etapa del individualismo liberal hijo de la Ilustración para ser sustituido por la gran marea de las masas que reclamarían su lugar en el mundo.

Esas masas han sido desde entonces pastoreadas con mayor o menor acierto por distintos regímenes o versiones de la democracia, hasta hacernos creer que durante largos periodos de tiempo existe de verdad un sistema en el que los ciudadanos con sus votos deciden el rumbo de la Historia.

Pero cualquiera sabe que eso es tan solo una convención. Un teatrillo que se mantiene a base de mentiras que todos aceptamos porque es lo que más nos interesa.

El teatrillo funciona siempre que se pueda adormecer a las masas con la ración de sueños de mejora e igualdad que permite que los que mandan sigan haciendo lo que corresponde sin mas molestia que la de tener que someterse a procesos electorales convenientemente limitados en los que unos grupos de personas que viven de ello, encarnan supuestas alternativas de desarrollo social o diversos esquemas ideológicos sin relación alguna con la realidad.

Pero cuando el sistema se gripa y deja de correr el alimento mágico de la ilusión de mejora, entonces las masas se alteran y se enfurruñan y dejan de ver a los gobernantes como mediadores entre sus sueños y la realidad, y comienzan a verlos como precisamente un obstáculo entre esos mismos sueños y la ahora dura realidad.

Entonces aparecen otros mediadores que en lugar de pregonar unos programas técnicos que nadie se ha molestado nunca en leer, hablan con autoridad de soluciones, acciones, energía y valor.

En los años treinta del pasado siglo se llamaron Mussolini o Hitler, o Largo Caballero o Gil Robles.

Como el resultado es bien conocido no me extenderé.

Lo que me preocupa es que está volviendo a pasar.

Y no solo en España con el amigo Iglesias, sino lo que es mucho peor el los propios Estados Unidos, Donde un nuevo Mussolini, llamado Donald Trump, está arrasando en las primarias y amenaza convertirse en el nuevo presidente del país más importante del planeta.

Unase Trump al ISIS, a Putin y a los neo fascismos que comienzan a inundar Europa y tenemos casi todos los ingredientes de una nueva catástrofe.

La falta de trabajo fijo, de salarios decentes, las amenazas que penden sobre el sistema del bienestar, y la llegada masiva de emigrantes del tercer mundo hacia Europa y USA están poniendo todo patas arriba.

Y de nada sirve razonar, porque las masas no razonan. Nunca han razonado. Cuando la gente tiene miedo solo quiere escuchar que todo tiene solución y sobre todo que hay unos culpables a los que hay que eliminar.

A lo mejor ha llegado el momento de otra gran oleada de destrucción que permita posteriormente un nuevo periodo de estabilidad, pero por favor a ver si entre todos somos capaces de no favorecer el crecimiento de la hydra venenosa.

Luchemos por defender el teatrillo de la caduca democracia.

Es una mierda, pero es lo único que nos separa de la barbarie.    

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