martes, 19 de diciembre de 2017

Atrévete a pensar

En realidad lo que dijo Inmanuel Kant fue: "atrévete a saber", pero yo no llego tan lejos y me conformo con que ante las diversas realidades de la vida nos atrevamos a pensar y a no quedarnos en la comodidad de los lugares comunes, las apariencias, las auto-definiciones y en general todo aquello que nos es mas cómodo asumir para no tener que aceptar que el mundo es un lugar mucho menos complejo de lo que nos cuentan los que viven de atizar el fuego de la pretendida complejidad.

Tal vez sea la cercanía de las elecciones catalanas lo que me pone filosófico y melancólico, o tal vez sea el cansancio y el horror que me producen los medios de comunicación que, en estas últimas jornadas, nos han machacado sin piedad contándonos las apocalípticas consecuencias de que ganen los hunos o los hotros, en unamuniana resonancia.

¿Que pasa aquí en realidad? me pregunto en diogénica reflexión, tratando de mirar mi patria desde ojos limpios de filias y fóbias, vamos, como si yo fuese un egipcio de la corte de Ramses III que abducido por un torbellino de espacio-tiempo ha sido transportado desde una cacería de gacelas hasta el atormentado Madrid de las navidades de 2017.

¿Que pasa aquí desde hace tanto tiempo?

¿Por qué los españoles no podemos dedicar nuestros esfuerzos a hacer progresar a nuestra sociedad progresando nosotros mismos, vamos, como si fuésemos ingleses o suecos, y nos dedicamos a jodernos la vida los unos a los otros?

¿Como es posible que con lo que hemos pasado a lo largo de los últimos dos siglos, sigan reapareciendo las formas de política cainita y los proyectos destructivos y disolventes, y la gente los sigan votando con entusiasmo?

¿Como es posible que sea un proyecto atractivo para casi cinco millones de personas la destrucción del sistema del 78 que ha sido el mejor de toda nuestra Historia?

Esa gente, ¿que tiene en la cabeza?

¿Como es posible que el carlismo, es decir la idea de volver a un mundo feudal y localista, pueda mover a millones de personas en el mundo de la globalización?

¿Como puede ser que se odie tanto los ideales de la Ilustración encarnados en la imagen de Madrid, que para ellos es Mordor, y se pretenda que eso es la modernidad?

Y eso no solo pasa en Cataluña.

Cuando vi a las gentes de Vic reunidas en la plaza mayor del pueblo atracándose de butifarra en honor a los presos "políticos" tuve una especie de epifanía.

Estamos asistiendo a una rebelión general de los paletos.

Primero sucedió en Vascongadas. Luego se ha extendido por los antiguos territorios de la Corona de Aragón. Pero también sucede en Galicia y parte de León. En Canarias. En Asturias. Y supongo que por todas partes.

El proyecto ilustrado de una España europea y abierta es contestado por los proyectos cazurros de cada mini-nación o "nacionalidad", y por los proyectos del odio a todo y a todos de los herederos de la FAI y las Milicias del Amanecer.

Cierto es que el proyecto de la España Ilustrada no se ha visto precisamente reforzado por los sucesivos escándalos de corrupción que han sacudido los cimientos del edificio constitucional abochornándonos y dejándonos sumidos en la tristeza.

Cierto es que hemos padecido y padecemos una clase política que causa vergüenza ajena en muchos casos.

Cierto es que el edificio de nuestro estado del bienestar se ha resquebrajado como consecuencia de las políticas económicas del pan para hoy y hambre para mañana y a políticas insensatas y demagógicas de gastar lo que no se tiene, por muy necesario que sea.

Cierto es que se ha pretendido llevar a cabo el proyecto ilustrado sin contar con el pueblo, lo que también es típico de nuestra ideología.

Todo eso es cierto y muchas más cosas también.

Pero, ¿que futuro nos espera si dejamos que los apóstoles del casticismo butifarrero y los guerreros morados salgan triunfantes?

¿A donde vamos a ir?



         

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