domingo, 18 de febrero de 2018

¿Para que sirve la cárcel?

Recibí hace un par de semanas una petición para unirme a la petición de firmas que solicitan que nuestros timoratos políticos no retiren las condenas a perpetuidad (revisable) que actualmente, y desde hace poco, rige en España. Y yo también firmé.

Desde hace mucho siento un enorme distanciamiento de la doctrina oficial de nuestro país y que dice que las penas de cárcel tienen que estar orientadas a la "re-inserción" de los delincuentes.

Es desde esa perspectiva que la prisión permanente (revisable) no tiene sentido. Si nunca va a salir de la cárcel, ¿para que orientar al preso a la re-inserción?

Y siguiendo con ese argumento, si el preso presenta síntomas de cambio de conducta ¿para que mantenerlo en la cárcel?

He seguido los debates que se han producido en torno a la petición de firmas y no he oído a nadie cuestionar la estupidez de la doctrina de la re-inserción.

Se trata de una aspiración ideológica que tiene su base en las ideas de Juan Jacobo Rousseau de que todo el mundo es bueno y que es la sociedad la que estropea a unos pobres seres humanos que si hubiesen tenido una familia funcional hubiesen sido perfectamente bondadosos.

Si no fuese suficiente con la experiencia que ya se encarga de revelarnos que hay gente que nace para hacer el mal, los estudios que van revelando los entresijos del cerebro humano ya son suficientemente claros a la hora de identificar genes agresivos o malformaciones que hacen proclives a quienes las sufren a comportamientos delictivos y antisociales.

Hace un tiempo escuché como un médico que trata a los niños adoptados, normalmente de países del este) y cuyas madres biológicas padecían alcoholismo, contestar a una madre adoptiva atribulada que el destino de todos estos chicos es la cárcel. Y no lo decía a la ligera.

Hay personas que vienen al mundo con el estigma genético de Caín y ni la mejor educación lo va a cambiar.

También hay personas que desarrollan patologías destructivas a lo largo de su vida, como es el caso de los violadores, y que aún cuando en la cárcel se manifiestan sumisos y bondadosos, basta que pisen de nuevo la calle en un "permiso" para volver a las andadas.

¿Para que sirve entonces todo el entramado de la re-inserción?

Y en definitiva, ¿para que sirven las leyes penales?

Yo creo que deberían servir para quitar de en medio a personas peligrosas.

Y ¿durante cuanto tiempo?

Durante todo el tiempo en el que continúen siendo potencialmente peligrosas. Si son peligrosas de por vida, como es el caso del más que presunto autor del asesinato de Diana Quer, pues de por vida.

Se quejan los buenistas que en España las cárceles están a rebosar.

Y en eso tienen razón pero es que en España, como en todas partes, las cárceles están llenas de prisioneros de la guerra de la droga que son la mayoría de la población reclusa.

Pero esa es otra historia.

También están llenas de delincuentes contra la Hacienda Pública y otros delitos económicos, cuya peligrosidad social es más que dudosa.

A lo mejor si terminásemos la guerra de la droga, (que va a cumplir pronto cien años), y buscásemos formas imaginativas para los delincuentes económicos, las cárceles podrían dedicarse a retener a las personas peligrosas.

Entre ellas aquellas a las que hoy no alcanza el brazo de la ley porque sus delitos son menores. (Menores para las estúpidas leyes españolas).

Pero contra lo que hay que luchar es contra la superstición roussoniana de que todo el mundo es bueno y es la sociedad la que estropea a los pobres delincuentes.

Esta superstición está tan  extendida que alcanza por igual a izquierdas y derechas y a listos que a tontos.

Nos negamos a aceptar que el mal existe, seguramente porque nos es tranquilizador, y aceptamos que todos somos culpables por no haber tratado "humanamente" a los criminales.

Pero, lo cierto es que hay gente mala, que todos lo sabemos, y que lo mejor que podemos hacer con los malos es sacarlos de la circulación...para siempre.   

   

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