Este verano casi todo ha pasado en Cataluña. Bueno, el calor post-cambio climático ha sucedido en todas partes, pero de las demás cosas el Principado ha estado en titulares permanentemente.
El primero de los casos prácticamente expedientes-x fue la abdución del futbolista Neymar por parte de los malvados directivos del Paris Saint Germain, o PSG, comandados por un jeque, otro jeque, que pagaron la clausula de rescisión del brasileño, o sea 220 millones de euros, limpiandoles a los del Barsa a su jugador estrella del futuro.
A partir de ahí un escalofrío ha recorrido los espinazos de los directivos de los grandes clubes de fútbol europeo que ven como pasan a encontrarse en la misma situación en la que ellos habían colocado a los directivos de los clubes latino-americanos, o sea en la indefensión total.
El precio pagado por Neymar no ha debido ser suficiente para el jeque que a continuación ha ido a por Mbapé por 180 millones de euros.
Teniendo en cuenta que este muchacho es apenas un junior, su fichaje es probablemente el mas temerario de la historia del fútbol.
¿Cabría pensar que estos fichajes se justifican por los ingresos de los clubes?
Las negociaciones con los responsables del fútbol en televisión van a tornarse muy complicadas y los responsables de las televisiones y telefónicas europeas van a tener que hacer muchos números.
También tendrán que ser revisados los contratos de docenas de jugadores de élite, cuyas clausulas de rescisión se han quedado desfasados, o cuyos emolumentos ya no son disuasorios.
Eso significa que una de las últimas puertas que separaban el fútbol de los espectáculos de farándula ha caído y por tanto las bases mismas del fútbol como deporte, como fenómeno social asociado a barrios, clases sociales o ciudades se han resquebrajado.
Vamos a modelos americanos y veremos de todo a partir de ahora.
El jeque y sus asesores han elegido muy bien a Neymar, un mercenario sin escrúpulos que tiene una causa abierta en España por estafa a los que fueron sus descubridores y mentores brasileños.
Neymar hijo y Neymar padre son el paradigma de lo que viene: gente que no se identifica con otros colores que no sean los del oro y los billetes de banco.
Se me dirá que eso ya es así, pero ya veréis como vamos a ir tan a peor que lo de ahora nos parecerá un paraíso de valores deportivos.
jueves, 31 de agosto de 2017
Ecos del verano de 2017: el caso Neymar
Publicado por Antonio Cordón a las 18:11
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