lunes, 9 de octubre de 2017

A 24 horas del choque

He pensado tantas veces que los nacionalistas catalanes llevarían su aventura hasta el final  que ahora que dicho final se acerca parece irreal.

La pregunta naturalmente es ¿y que pasa después de ese final?

Lo primero es intentar adivinar que clase de final va a ser.

Bastantes analistas piensan que lo que van a hacer es amagar y no dar, por ejemplo haciendo una especie de proclamación sin efectos jurídicos a corto plazo a la espera de un proceso de negociación con el "Estado Español" sobre las condiciones para concretar la independencia a lo largo de un nuevo proceso indoloro para ambas partes. Puede ser.

Como tenemos un gobierno de sangre fría o helada, que tal vez sea lo más conveniente, la respuesta supongo que también sería ambigua en este caso, o sea que no diría que si pero tampoco que no, a la espera que después en ese proceso de negociación se llegase a algún punto intermedio.

Esperar gestos heroicos en esta coyuntura histórica a mi me parece una ingenuidad, pero me parece que la gran incógnita es como se va a comportar esos miles de ciudadanos catalanes que ya han dado la independencia por conseguida, que odian la idea de seguir en España y que ahora se han organizado y tienen ya la experiencia de salir a la calle y enfrentarse a las fuerzas del orden, con éxito.

Los responsables de la Generalitat deben estar pasando unas horas de mucha tensión porque por muy duros de mollera que sean saben que a las malas van a perder y también saben que los suyos no les van a perdonar que se echen atrás.

Así que se tienen que pensar muy mucho que van a decir mañana.

La actitud de TV3, negando la validez de la manifestación del domingo, indica que la fractura de la sociedad catalana es muy sólida y de alguna manera impermeable a los acercamientos o a las componendas.

Esa actitud dice claramente que la Generalitat no va a atender las peticiones de volver a la senda constitucional y por lo tanto manifiesta que, tal y como dijese la presidenta del Parlament, los catalanes no nacionalistas no son catalanes y carecen de cualquier derecho a influir en las decisiones.

Tampoco la salida de sedes sociales de las empresas catalanas va a torcer la voluntad de los conjurados por la causa. De sobra saben ellos que se trata de una salida de mentirijillas dirigida a detener la sangría de clientes que todos ellos han detectado, pero sin consecuencias reales en términos de empleo o producción.

Y finalmente tampoco la falta de efectos en la esfera internacional, la falta de reconocimientos de la nueva república, detendrá a los golpistas ya que ellos cuentan con un largo periodo de transición a lo largo del cual el gobierno español se rendirá y los países que cuentan se pasarán con armas y bagajes a sus posiciones sin acordarse de lo que están diciendo ahora.

Así que la clave para los nacionalistas es aguantar y obligar a que las negociaciones se realicen sobre sus términos en base a movilizaciones populares continuas.

Y la clave para los demás es que clase de respuesta puede implementar el Gobierno.

Ya dice Rajoy que la respuesta tiene que ser "proporcional" así que no esperemos grandes cosas.

Yo espero, y me mojo, mucha confusión, muchas medias palabras, mucha interpretación, mucho tira y afloja, y muy poca concreción.

A las dos partes les conviene no ser claros y sobre todo no quemar los barcos.

Pero ya digo, la clave va a estar en la calle, y si la calle se incendia....

Si la calle se incendia se va a perder el control. 

       

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