lunes, 2 de octubre de 2017

Vergüenza Nacional

Ayer no quise asomarme a los medios. Ni a los hablados, ni a los visuales, ni a los escritos.

A pesar de las solemnes proclamas del Gobierno, y a pesar de que tenían supuestamente el control de la situación, muchos nos temíamos que al final habría urnas, papeletas, votantes y resultados.

El desdichado ministro portavoz, la listilla vicepresidenta, y finalmente el presidente menguante Rajoy hicieron ayer el ridículo de la forma más espantosa, y nos llenaron de vergüenza y bochorno, generando situaciones a la vez violentas e inútiles. Para que hablar del ministro del interior.

Si un Estado utiliza la fuerza, que es uno de los resortes en los que se apoya la legitimidad de un país, tiene que hacerlo para asegurar que el peligro que es causa de una respuesta de fuerza sea efectivamente neutralizado.

Después se podrá pedir que ese uso de la fuerza sea proporcional a la amenaza y que no se dañe a los no directamente implicados, los famosos daños colaterales, pero lo principal es neutralizar la amenaza.

Para eso los ciudadanos otorgamos el poder ejecutivo al Gobierno de turno.

Y por eso, cuando un Gobierno fracasa de forma tan miserable en la neutralización de una amenaza, y además, en el proceso de neutralización hace más fuerte al enemigo, o sea lo que ocurrió ayer, ese Gobierno está obligado a dimitir, y a convocar elecciones de inmediato.

Utilizar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil para enfrentarse a un enemigo enormemente superior sin poder hacer uso de la fuerza fue una acción despreciable por parte del Gobierno que sacrificó la imagen de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado en una operación mal planificada, mal ejecutada y francamente cobarde.

Cuando se va a una batalla se va a ganarla, no a que te pinten la cara.

Si no, es mejor no dar la batalla.

Esto nos lo enseñó Sun Szen, (o algo así), ese general chino que escribió un estupendo manual sobre la guerra.

Si guardamos nuestras fuerzas podremos utilizarlas otro día. Si las quemamos en una operación inútil se acabó la guerra.

Si el referendum no tenía validez legal, ¿a que venía la demostración de inutilidad policial con que Vds. nos ofendieron ayer?

¿No podían Uds. haberse informado un poco mejor?

¿Que ocurre con el CNI, es que no saben catalán o que no tienen contactos en Barcelona? 

Después de meses de estancia de la vicepresidenta en Barcelona y sus múltiples cenáculos, ¿no ha aprendido nada?

Estamos gobernados por unos chicos y chicas muy listos que al parecer carecen de la posibilidad de enterarse del mundo en el que viven.

Ya hicieron sus oposiciones a funcionarios de carrera y tienen unas posiciones de por vida aseguradas.

Porque el llamado Partido Popular no es otra cosa que un sindicato de altos funcionarios del Estado, al que votan gentes que se creen que votan una opción ideológica.

Y esos funcionarios son tan listos y están tan pagados de si mismos que no necesitan escuchar a nadie que no sea de su nivel, así que no se enteran de nada.

Cuando dicen que con la ley se para esto a mi me daría la risa si no me diera un ataque de indignación.

¿Como se puede ser tan tonto como para creer que con mandamientos judiciales se va a parar una revolución?

Me imagino a un juez diciéndole a Lenin que no podía hacer la revolución de Octubre porque estaba incumpliendo la constitución rusa.

O un juez británico ordenando a George Washington que detuviese de inmediato la campaña contra el ejército ingles porque naturalmente tal campaña era contraria a la ley británica.

Señor Presidente del Gobierno, nos ha hecho Ud. pasar la mayor vergüenza nacional que se recuerda desde el Desastre de Annual.

Tenga Ud. un poco de dignidad y dimita.

 



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