viernes, 30 de marzo de 2012

La Huelga General, el día después.

No es que tenga dotes proféticas, es que las actuaciones sindicales se parecen muchísimo a los autos sacramentales, y siguen una liturgia rígida, propia de las opciones ideológicas que no admiten duda alguna sobre su veracidad.

La única novedad digna de mención, mas allá de las habituales guerras de cifras y repertorio variado de amenazas, ha sido la aparición de grupos "anti-sistema", que se ve que en Barcelona han encontrado un terreno propicio para sus hazañas.

Tampoco es algo muy extraño, ya que Barcelona es una de las cunas de lo que un profesor que tuve de Historia denominaba las dos únicas formas de expresión política de raíz puramente hispana, es decir el Carlismo, y el Anarco-sindicalismo.

Aquí me estoy refiriendo al segundo de estos fenómenos, que de todas formas no deja de tener sus paralelismos con el primero, ya que ambos tienen una base de anti-racionalismo, y de cerrilismo irredento, que parece ser que es lo que mas nos identifica.

El anarco-sindicalismo es una contradicción que conjuga el anti-autoritarismo con el mesianismo, y el tribalismo con los líderes carismáticos, o caudillos, que tanto nos gustan desde Indibil y Mandonio.

Sus banderas rojas y negras ondeaban en Barcelona ayer, como lo hicieran en la Semana Trágica y en la revolución del 36.

Naturalmente ya no es lo que fue, con sus héroes-pistoleros como Durruti y Ascaso, sus asaltos a sucursales bancarias o bancos, y su odio a toda forma de autoridad establecida.

El anarquismo fue un fenómeno muy europeo, pero en todos los casos, menos en el español, nunca constituyó un fenómeno de masas, y mucho menos un sindicato, la CNT, y un partido político, la FAI, que llegaron a tener cientos de miles de afiliados.

Barcelona siempre fue su capital, ya que Madrid y Bilbao eran ciudades donde el Partido Socialista tenía sus bases, y las demás ciudades carecían de industria y por tanto de obreros en cantidades importantes. En la Andalucía agraria también tuvieron éxito los muchachos de la CNT.

Para los que crean que los anarquistas de ahora son diferentes de los de entonces, les diré que aquellos también practicaban el vegetarianismo, la vida al aire libre, las comunas, y tenían obsesión por acabar con el capitalismo y la religión.

No llevaban el pelo con rastas como los okupas de hoy, (seguramente por los piojos), pero eran dados a compartir y a vivir frugalmente.

José Antonio Primo de Rivera, (el fundador de Falange), les admiraba y copió su bandera.

He oído en el telediario de hoy que se cree que el grupo de 2000 agitadores de Barcelona estaba compuesto por neo-nazis y neo-anarquistas.

No es una novedad histórica.

En el día después de la Huelga, el gobierno ha pegado un tajo a los presupuestos del 17%, que es mucho ya que, como todo el mundo puede comprender, la mayor parte del presupuesto, como la mayor parte de un sueldo, está gastado antes de ingresarlo.

Un recorte así quiere decir que se va a cortar todo lo que no es imprescindible, lo que va a poner en grave situación a mucha gente que vive de los proyectos que se financian con esos flecos del presupuesto.

Como no será suficiente, después vendrá la subida de impuestos.

Los muchachos de las banderas negras y rojas van a tener muchas oportunidades de mostrar sus habilidades.

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