jueves, 8 de octubre de 2015

¡Para bailecitos estamos!

Al parecer el debate nacional ha girado hacia el apasionante tema de si los políticos tienen que bailar.

Es evidente que nos resulta aburrido tratar el asunto del déficit o la "conllevanza" con la cuestión catalana y que no nos gusta calentarnos la cabeza con la preparación del futuro de nuestros hijos o nietos.

Estamos deseando dejar atrás las preocupaciones y los sobresaltos y tratar temas divertidos y los políticos que viven de que les votemos saben que no tienen mas remedio que hacer el payaso si eso es lo que quieren los ciudadanos.

Al parecer los sociólogos han detectado que los españoles queremos políticos "cercanos".

A mi me da pavor porque no veo francamente que virtudes tiene esa cercanía.

Es como si a los pilotos de aviación comercial se les diese la licencia por su gracejo al contar chistes y no por su pericia al volar.

Estamos eligiendo a los que tienen que dirigir el país por su disponibilidad a comportarse como adolescentes o viejunos en Benidorm.

La mayoría sigue imponiendo su santa voluntad contra toda evidencia de que eso nos lleve a algún lugar y eso lleva a que elijamos a Zapateros o Carmenas o la larga lista de tuercebotas que se sienta en las poltronas del poder sin la menor preparación para ello.

Mientras que en los países asiáticos se elige a los mejores para que gobiernen, eso si de forma despótica, en los países democráticos las masas descerebradas imponen a gentes que son como ellos, o sea unos descerebrados.

Si eres inteligente y quieres que te elijan para dirigir algo tienes que fingir que eres un berzotas y estar dispuesto a que te vean como "uno de los suyos" los electores que ni saben lo que quieren ni mucho menos lo que les conviene.

La política se ha convertido en una carrera en la que para participar tienes que demostrar que eres campechano y bailón.

Da igual si sabes algo de economía o de asuntos municipales.

Lo que se lleva es bailar, cantar, montar en bici, y sobre todo afirmar que uno es del pueblo de toda la vida y lo que más le gusta es tomarse cañitas con los amigos y hablar de futbol.

Me pregunto si ahora lo siguiente será participar en "La isla de los famosos", "Gran Hermano" o ese interesante concurso en que los protagonistas van desnudos.

También sería una buena idea que en lugar de debates hubiese torneos de chistes o carreras de sacos.

Me pregunto si alguien recuerda que estamos al borde de la ruina y que en esta hora nos vendría bien que quienes nos gobernasen fuesen los más listos de la clase, (como hacen los chinos), y no los más "marchosos".

A no ser que hayamos llegado a la conclusión de que da lo mismo y queramos ir bailando y brindando hacia la catástrofe.

Estamos en ello al parecer.        

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