miércoles, 28 de octubre de 2015

Asuntos mitológicos

La declaración de independencia catalanista es un acto simbólico de rebelión contra el padre estado español a quien se considera extremadamente riguroso y a la vez corrupto, o sea, lo peor que se puede ser.

Si España fuese una madre en lugar de un padre sería mas difícil justificar la separación, así que España es un patriarca con bigotes a los Tejero, y Cataluña una doncella virginal que desea emprender su propia vida.

Estamos más atrapados de lo que parece en ideas mitológicas que se repiten desde los umbrales de la Humanidad y que tienen mucho efecto en nuestras mentes, precisamente porque nos recuerdan planteamientos que compartimos sin imaginarlo.

Llevan los catalanistas cuarenta años construyendo los mitos de su nación.

Cataluña romana, Cataluña de Carlomagno, Cataluña de los almogávares, Cataluña industrial, Cataluña rica y plena.

Y los contramitos:

España mora, España de la Inquisición, España de Rinconete y Cortadillo, España de Franco. España pobre y desintegrada.

Cataluña europea. España africana.

Barcelona culta y cosmopolita. Madrid ciudad de funcionarios y paletos.

El Ampurdán, principio de la campiña francesa. La Mancha, preludio del Sahara.

Los catalanes tienen himno. Los españoles chunda-chunda.

Nadie ha actuado en estos cuarenta años para desmontar esta nueva mitología.

Nadie ha reivindicado lo español. Es más, hay gente que recibe premios nacionales y lo primero que dice es que ellos no son españoles.

Se ha considerado que la realidad destruiría el espejo mágico de los mitos catalanistas.

No ha sido así.

Da igual que Cataluña sea una cleptocracia, al mismo o superior nivel que Andalucía. Da igual que Barcelona sea una ciudad sucia y ruidosa. Da igual que la Historia desmienta el montaje del enfrentamiento España-Cataluña.

Da igual, porque las mitologías son muy poderosas y han ido formando un "corpus" ideológico que comparten millones de personas que creen que cuando el Barcelona gana al Real Madrid es como cuando Ulises derrota a Polifemo con su astucia.

No podemos seguir desmontando la mitología española sin que otras mitologías ocupen su lugar.

La gente vive más cómoda con ideas mitológicas que con realidades científicas.

Los que han montado esta tragedia lo han hecho muy bien.

Y si a los españoles no nos gusta España, entonces a lo mejor lo que hay que hacer es disolver esta vieja nación y hacernos todos apátridas.

Como el señor Trueba.

        

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