lunes, 23 de abril de 2012

Europa se cabrea

Los recortes comienzan a poner a los ciudadanos de la UE ante la amarga realidad que sus políticos respectivos les han estado hurtando para no molestarlos: la fiesta se ha acabado.

Los franceses han ido a votar en un 80% del electorado, o sea todos menos los incapacitados graves, y han pegado una patada a la ortodoxia dando a la extrema derecha xenófoba el 18% de los sufragios, lo que indica por donde nos duele mas a los ciudadanos de a pie, que cada vez entendemos menos que se nos abandone para atender a los del tercer mundo, o que seamos los últimos en recibir las prestaciones del estado que considerábamos nuestro.

Siempre he dicho que la próxima marea negra en Europa comenzará en los barrios de la baja clase media, y es lo que está pasando en Francia. (Aquí pasará lo mismo dentro de unos años).

Además le han dado la mayoría, provisional todavía a alguien que se presenta como opositor a las políticas de recorte, aunque luego veremos si es tan keynesiano cuando le lleguen con los papeles de verdad, esos que a Zapatero le enviaron desde la Comisión Europea y le obligaron a bajarse de la burra en la neciamente caminaba hacia el precipicio.

Y en Holanda los xenófobos igualmente han dicho que no a los recortes lo que conduce al país de los tulipanes a una crisis de gobierno de consecuencias desconocidas pero amenazantes.

Aquí en nuestro querido país también la gente se está mosqueando bastante lo que explica el cabreo con la Casa Real que alcanza a sectores mucho mas extendidos de lo que este humilde bloguero suponía hace unos días.

Francamente no he encontrado a nadie que no esté que fuma en pipa con Don Juan Carlos y pida en el mejor de los casos su abdicación.

Me temo lo peor porque cuando el cabreo estalla en nuestro país suele ser muy poco reflexivo y se lleva por delante cualquier cosa.

Y como el amigo Rajoy está cada vez mas tontorrón y va dejando que pase el tiempo sin tomar una serie de medidas necesarias en relación a los emigrantes ilegales o los delincuentes que llenan las calles provocando que el descontento siga creciendo, aquí tendremos una tragedia mas pronto que tarde. Es nuestro sino.

Lo mas patético es ver como desde la derecha se aprecia un indisimulado alivio tras el triunfo de Hollande.

Lo de pagar las deudas no nos gusta a nadie y lo de apretarse el cinturón menos todavía.

Y eso que no hemos hecho mas que empezar.

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