domingo, 15 de abril de 2012

¿Que está pasando?

En estos últimos días, varias personas se han dirigido a mi para hacerme esa pregunta, o para hacerme la siguiente e inevitable, ¿y que va a pasar?.

Naturalmente no tengo una idea precisa de lo que va a pasar, ya que no soy Hari Seldom y no tengo ni la ciencia ni la tecnología para predecir el futuro, pero la verdad es que si creo tener una idea de lo que puede pasar, naturalmente siempre que no sucedan grandes disrupciones, que son finalmente las que nos llevan de un lado para otro.

Pero desde luego que yo también me he hecho la primera pregunta, y no voy a hacer lo que el profesor Josep Fontana, que ha tenido que escribir un libro de mas de mil páginas para explicarse a si mismo lo que está sucediendo, porque creo que se puede explicar en solo unas pocas líneas de un blog.

En primer lugar hay que precisar que lo que vivimos en occidente, incluyendo Japón, no es solo el producto de la crisis financiera, aunque naturalmente eso es un factor decisivo, sino que lo que sucede en España y en otros países de nuestro entorno es el impacto terrible del hundimiento del sistema financiero sobre el impacto mas solapado de las políticas que siguieron a la revolución conservadora de los ochenta.

Es decir hay dos crisis entrelazadas, la mas reciente y devastadora la crisis financiera, que ha provocado el tsunami de la deuda soberana y su cola de deuda de los particulares, que ha percutido sobre unas sociedades que vivían el impacto de la otra crisis, la de las consecuencias de la globalización.

Cada país vive este doble impacto de forma diferente según la incuria de los políticos que manejaron ambas situaciones cuando les tocó.

Y en España, naturalmente, esa incuria es desmesurada y por lo tanto nuestra situación es muy, muy mala. Digan lo que digan los politicastros de turno, estamos ante una catástrofe de muy amplias dimensiones, y que no se resolverá en muchos años.

Aquí, la globalización nos pilló con una industria dependiente de compañías multinacionales en una buena parte, o en sectores muy poco defendibles ante la competencia de manos de obra baratas.

El resultado fué devastador, pero parecía no importar porque como los financieros nos prometían una tierra prometida de bienes baratos, crédito inagotable y puestos de trabajo bien remunerados en el sector servicios,sumado todo ello a políticas generosas de pre-jubilaciones y bajas incentivadas. La sociedad del bienestar perfecta: todo el mundo a la playa a partir de los cincuenta. Y los chinos e hindúes que se queden con las fábricas y que trabajen como negros para que nosotros vivamos como blancos.

En realidad era el final de las clases medias y sobre todo medias bajas que habían sido la base del desarrollo español y la democracia juancarlina.

No importaba. La UE nos mandaba un montón de dinero y además empezaban a asomar los fenómenos burbujeantes. ¡Quien iba a pensar en sueldos decentes cuando de lo que se trataba era de hacerse rico!

Y entonces alguien descubrió que un lapicero sobre un plano hacía que cualquiere erial se convirtiese en oro puro.

Y entonces ya no había límites. España es grande y está vacia. ¡A construir!

Y como no había suficientes españoles nos trajimos seis millones de indocumentados a trabajar el ladrillo, la cañita y el burdel de carretera.

Cuando todo el tingladillo se hundió todavía teníamos un gobierno encabezado por un idiota que no quiso enterarse hasta que la Sra. Merkell lo llamó al orden, ya en pleno naufragio.

Y entonces fué cuando por fin comenzamos a darnos cuenta del lo que había tras la polvareda: un país endeudado hasta las cejas, cinco millones de personas sin trabajo ni posibilidades, una administración inmanejable y corrupta en los niveles autonómicos y locales, una economía sin capacidad de generar riqueza, una generación de jóvenes criada para la riqueza pero abocada a la penuria, unos políticos analfabetos, una moneda controlada desde Alemania y en definitiva un país a la deriva.

No todos los países se encuentran en la misma situación.

Alemania porque no cedió a las presiones de los gilipollas "liberales" y mantuvo su industria en casa.

Estados Unidos porque es un imperio militar y tiene una gran base de innovación.

Francia porque no se metió a hacer casas ni a importar inmigrantes.

Y así cada cual.

Cuando los inversores se meten con España es por algo:

- Nuestra economía es raquítica y nuestra industria miserable y por tanto no somos capaces ni de generar empleo ni exportaciones. Por tanto los ingresos del estado no crecen. Al reves, la caida del consumo hace que dichos ingresos sean cada mes menores.

-Nuestro estado del bienestar es inviable con cinco o seis millones de desempleados y una población envejecida e improductiva. Los gastos crecen y no hay forma de pararlos. Los extranjeros que hay en España no se van a marchar. La economía española nunca ha creado empleo suficiente. Y ahora menos.

-Las autonomías son máquinas de gastar y están en manos de burguesías locales que se aferrarán a sus privilegios recien conquistados y a sus múltiples corruptelas.

La única herramienta en poder de gobierno es subir los impuestos y es lo que van a hacer, y eso detraerá mas riqueza del consumo...y seguirá cayendo el comercio.

Las todavía tímidas medidas del gobierno han tenido como consecuencia la derrota electoral de Andalucía y por tanto han puesto a Rajoy a la defensiva.

Los españoles no quieren oir la verdad, o dicen que porque se van a tener que apretar el cinturón cuando Camps se sale con la suya y Zapatero vive como un rey en lugar de ir a la carcel por traidor a España, que es lo que se merece.

Así que lo que pasa es que nos hemos metido en un lio del que no podemos salir sin medidas muy duras.

Al gobierno de Rajoy la seguridad en si mismo le ha durado tres meses, y ya está respondiendo desde la lona a los golpes de la realidad.

Y mientras, todos los gitanos de Europa del este acampan en nuestras esquinas.

Que Dios nos coja confesados.

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