El hundimiento en la bolsa de la empresa Gowes ha dejado retratada a la fauna local mucho mejor que la pluma del mejor analista.
Ayer escuchaba a la periodista-faldera del PP Pilar Cernuda "exculpando" a la CNMV de toda culpa en el luctuoso episodio, ya que "en el mismo momento en que se enteraron comenzaron a actuar". Una frase como para que Umberto Eco la analice y escriba otro libro sobre el tema de la lingüística y la semántica.
De nuevo España y sus instituciones quedan por los suelos ante una peripecia que igual que han descubierto los analistas piratas de Gothan podría haber descubierto cualquier periodista que realmente supiese hacer su trabajo en lugar de dedicarse a comer con los amiguetes y hablar bien de sus asuntos.
¡Que decir de la clase política!
Después de haberse estado fotografiando a troche y moche con el tal Jenaro, ahora se rasgan las vestiduras y rompen publicamente los contratos tan elogiados y promocionados.
Ahí era nada, el wifi democrático gratuito de la mano de los ayuntamientos modernos como el de Madrid, la perfecta solución tecnológica internetera para maravilla de jóvenes modernos y pre-jubilados desocupados.
Y además era la joya del llamado "mercado bursatil alternativo" con el que la Bolsa de Madrid quería competir con las grandes bolsas mundiales, para demostrar que aquí en España también somos modernos y emprendedores.
¡Que desilusión!
Gowes resulta que no era nada. (¿No era eso mismo lo que ha pasado con Terra y tantas otras historias de las empresas punto com? ¿Es que nunca vamos a aprender?).
Y eso que el tal Jenaro García tonto no era. El sabía que todas estas historias del WiFi son una trola monumental y que los modelos de negocio basados en dar servicios gratuitos son la tapadera para engañar a los tontos ilustrados que tanto abundan entre nuestros gobernantes.
Jenaro sabía que la pasta había que sacársela a los políticos que son los únicos capaces de creerse epígonos de Bill Gates porque se fotografían junto a un ordenador.
Y allá que se fue a venderles a todos estos pícaros que nos gobiernan que podían "posicionarse" como paladines de los muchachos "internet natives", gracias a las maravillas del WiFi.
Y así, animados por una prensa paniaguada, unos políticos ansiosos de votos juveniles, unos auditores mendaces, y unos supervisores perfectamente inútiles y prescindibles, unos cuantos miles de personas desinformadas e ilusionadas han perdido de una tacada un montón de dinero. (Dinero que tendrá el tal Jenaro y sus compinches de primera hora que tendrían las acciones primeras).
Y yo me pregunto:
- ¿Para que coño sirve la CNMV?
-¿Para que sirven los auditores si todos sabemos que se limitan a dar gusto a quienes les contratan?
-¿Para que sirve la prensa "salmón"?
-¿Por qué nadie explica al personal que las empresas puntocom valen lo mismo que sus expectativas y no según sus activos o cartera de clientes, y que esas expectativas son ilusorias en muchos casos y en otros directamente delictivas?
¿Como es posible que un medio-analista sin casi recursos haya podido descubrir con toda facilidad que una empresa era un fraude y los que estaban supuestamente vigilando a dicha empresa no hubieran sido capaces de ver nada raro?
Y sobre todo:
-¿Va a servir esto de lección para alguien?
Yo apuesto a que no, y por eso hago mía la famosa frase de portada de cuando se descubrió oro en California: go west young man, o sea vámonos de este país a toda prisa, que aquí no hay nada que hacer.
martes, 8 de julio de 2014
Gowest young man!
Publicado por Antonio Cordón a las 11:23
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