El domingo pasado me despachaba con un cuento moral sobre lo sucedido en nuestro país en estos últimos años y sus consecuencias, y como este dominigo vuelvo tras una escapada rápida a la Costa del Sol podría insistir en lo mismo a partir de los horrores post apocalíticos que he contemplado, pero no lo voy a hacer.
En su lugar voy a comentar un tema que me tiene realmente fascinado desde hace ya varios años y que en los últimos meses va incrementando su fascinación a raiz de las crecientes noticias sobre la llegada inminente de los ordenadores cuánticos.
Para un informático veterano, que llegó a conocer a quienes como pioneros trataron con ordenadores a válvulas, el hecho de la introducción de nuevas tecnologías que miniaturizaban el componente electrónico esencial del ordenador, es decir el soporte físico del bit, que puede estar en estado on o 1, y off o 0, era y ha sido la historia de nuestra vida profesional.
Cuando yo empecé, un ordenador con una memoria de 256 K, era un gran ordenador.
Hoy se habla de terabytes, y de otras medidas que se me escapan, pero siempre hay un componente, microscópico que puede estar en 1 o en 0, y esa ha sido la esencia de todo.
Tu puedes aumentar la memoria y también la velocidad de tratamiento del procesador central, o de miles de procesadores trabajando en paralelo, pero aún así hablamos de una equivalencia entre la física de los componentes electrónicos y la lógica de su tratamiento.
La Física Cuántica lo cambia todo. (Lo pongo con mayúsculas porque creo honradamente que vivimos en un mundo basado en la física newtoniana, y el racionalismo y la lógica aristotélica se han desarrollado a partir de las premisas de que todo era explicable y todo era unívoco. Ahora tenemos que aceptar que nuestro mundo newtoniano esta emparedado entre el mundo de lo muy pequeño y el mundo de lo muy grande, donde no reina más el señor Newton, y en consecuencia el señor Descartes, o el señor Kant).
Pero hasta ahora todo se quedaba en el acelerador de partículas de Ginebra, la serie de TV Big Bang, o las especulaciones de la ciencia ficción de universos paralelos, agujeros de gusano, y otras menudencias des contínuo espacio-tiempo. Y ahora llega una gente que dice que el ordenador cuántico es una realidad.
Y que se basa en la propiedad de la superposición. Esto significa que un elemento ya no tiene que estar en 0 o 1, sino que puede estar simultaneamente en ambos y entrar en muchas (indeterminado) operaciones a la vez. (Lo que multilplica indeterminadamente la potencia del ordenador y le permite las operaciones mas complejas en tiempos hoy considerados asombrosos).
Esta muy bien esto de que un elemento pueda a la vez ser y no ser, dependiendo del observador, que es elemento clave de la operación. Solamente cuando el cálculo relevante "mire" el bit este mostrará su valor.
O mejor dicho, cuando el observador consciente mire los medidores operativos (e independientes), el resultado se le revelará.
A cualquiera que desee entrar en este mundo, os recomiendo el libro "El Enigma Cuántico" de Bruce Rosenblum y Fred Kuttner. Una autentica pasada.
domingo, 14 de abril de 2013
Ordenadores cuánticos,...¡casi nada!
Publicado por Antonio Cordón a las 19:57
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