Ayer por la tarde, con un calor plomizo que cási impedía el flujo de los pensamientos, me puse a ver After Earth, última película de Will Smith, (y familia), y que ha sido vapuleada por la crítica y poco seguida por el público.
Con esos antecedentes, y el calor, no estaba predispuesto a seguir la propuesta que me pudiera hacer el antaño simpático Smith, ahora empeñado en ser también un actor que de pena.
Sin embargo, ya desde los primeros fotogramas la trama me comenzó a interesar, las imágenes me parecían sugerentes, y dentro del género ciencia ficción/efectos especiales, me parecía que había una contención en el uso de la tecnología para acercarse a la primera parte de Inteligencia Artificial.
Y luego enseguida vi la intención (que no se oculta en ningún momento) de proponer una fábula moral sobre la relación paterno/filial y la educación para la vida (que no para la ciudadanía).
El tema de esa fábula moral es el miedo.
Y como hacer para enseñar a los hijos a caminar por la vida solos y sin miedo. Como preparar a un hijo para separarse del padre y para que aprenda a tomar sus decisiones.
Aquí, en la fábula, el padre no puede acompañar al hijo en su viaje iniciático por estar imposibilitado, y el hijo debe enfrentarse a los peligros, primero acompañado por los consejos y advertencias del padre, y despues, cuando se rompe el vínculo comunicacional, por si mismo aunque siempre acompañado por los deseos y pensamientos del progenitor.
Y el hijo logra deshacerse, primero de la sombra protectora y anuladora del padre, y después de sus propios miedos para convertirse en un hombre al tiempo que el padre entra en un tiempo de decadencia.
¡Si eso no es aceptable para los críticos será porque ellos no tienen hijos!
A mi me pareció una película muy convenoiente en estos tiempos de tontez en la educación de los hijos, que pasan del seno materno/paterno al botellón y la irresponsabilidad sin haber recibido más instrucciones de manejo de la vida que las que contienen los videojuegos. Una película con fondo moral en un tiempo de confusión en el que se pretende que los hijos sean amiguetes y los padres ni se enteran de que su obligación es la de educar y formar a sus hijos para que sean independientes y capaces de tomar sus propias decisiones.
Parece que algún crítico ha visto en la película una exaltación de los valores de la Cienciología.
Si es así, que lo desconozco, a lo mejor es que esa religión de los ricos de Hollywwod no es tan tonta como nos quieren hacer creer.
lunes, 8 de julio de 2013
Una fábula moral
Publicado por Antonio Cordón a las 09:42
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