lunes, 5 de mayo de 2014

España no es una nación IX. El terrible y largo XIX

Si el XVIII había sido bastante bueno hasta que se estropeó en Trafalgar, el largo XIX fué terrible y amargo.

Se puede decir que es un siglo que comienza en Trafalgar (1805) y termina con la entrada de las tropas de Franco en Madrid (1939). También podríamos decir que dura hasta la Constitución de 1977 y sería verdad.

En este siglo se establece el concepto de las dos Españas que tantas amarguras y violencias ha traído. Y no era la cuestión nacionalista el inicio de la disputa. Era la diferente concepción de como convivir: si mirando hacia adelante o hacia atrás.

Esta disyuntiva no se ha dado en casi ningún país, pero en España la llamada Guerra de la Independencia hizo que se asociaran las ideas de la modernidad y lo que comenzó a denominarse anti-España, y no hemos salido de ese bucle hasta recientemente, y solo para volver a la cuestión de los nacionalismos en la que estamos ahora que por fin habíamos podido restaurar la idea de la modernidad como un afán legítimo y "patriótico".

El caso es que las tropas francesas estaban circulando por España, camino se suponía de Portugal, y que Carlos IV estaba dispuesto a abdicar a favor de la dinastía napoleónica, y que Fernando estaba dispuesto a cualquier traición que le beneficiase, pero el comportamiento del ejército francés y el odio que sentía la iglesia española hacia las ideas de la revolución sirvieron de combustible para la rebelión popular del 2 de Mayo de 1808, en la que el "pueblo" y algunos militares se levantaron contra el ejercito que a partir de ese momento fue considerado invasor.

La clase media ilustrada madrileña y española en general se encerró en sus casas a ver si amainaba el temporal, pero no. La rebelión se convirtió en una guerra abierta que obligó al propio Napoleón a intervenir.

También intervinieron los británicos, (una vez más), y la península se convirtió en un campo de batalla.

En medio un grupo de los patriotas, (los que luchaban contra los franceses), llevó a cabo un imposible juego de intentar aunar patriotismo y modernidad. Fué en Cadiz y en 1812 y se llamó Costitución. La primera española que intentaba proporcionar un puente hacia las nuevas ideas a "los españoles a un lado y otro del océano".

Los ingleses mientras tanto iban combatiendo a los franceses con la ayuda minoritaria del ejército español. De paso destruían cualquier muestra de desarrollo industrial y todo lo que pillaban. (Es curioso que se hable tanto de los "sitios" de Zaragoza y no de la toma y saqueo de Badajoz por parte de los británicos).

Al final Napoleon fué derrotado y casi todo lo robado por su ejército o transportado por los españoles que huían de la llegada de sus compatriotas, fue recuperado.

Y así se produjo el primer gran exilio español: el de los afrancesados, (entre los que estaba Goya), que solo sería el primero de una larga lista hasta llegar al del 39.

Entonces volvió Fernandito, ya Fernando VII, y lo primero que hizo fué...,efectivamente, cargarse la Constitución.

Comenzaría un reinado presidido por el terror y el crimen.  

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