martes, 10 de junio de 2014

Ecos del pasado

En el PSOE bajan las aguas revueltas gracias  a la aparición de Podemos y la eclosión del pensamiento anarcoide/republicano que tiene un millón doscientos mil votos. O sea un montón.

Yo tuve un profesor en Historia de España Contemporánea que decía que en España se habían dado dos movimientos de masas inéditos en el resto del mundo. Uno era el carlismo que representaba en pleno siglo XIX, o sea mientras en el resto de Europa se peleaba por las diferentes formas de modernidad, la vuelta a la monarquía absoluta y los privilegios feudales. Que haya habido movidas de esa clase en Europa y en Estados Unidos era una cosa, pero que hubiese millones de españoles dispuestos a matar y morir por el retorno del monarca absoluto, eso era cosa diferente. Una muestra del "genio" hispano.

La otra modalidad de ese mismo "genio" era el anarco-sindicalismo. Por toda Europa anarquistas solitarios habían puesto bombas y asesinado dirigentes y personalidades, en nombre de las ideas del aristócrata ruso Bakunin, pero que en nuestro país esos violentos nihilistas fueran millones, eso era de traca.

En la guerra civil del 36, los anarquistas formaron batallones y columnas y hicieron la guerra por su cuenta hasta que en el 38 el ejercito de la República los integró (con violencia). Ellos se vengaron entregando Madrid a Franco en el 39.

Luego desaparecieron. Unos al exilio y otros se quedaron y fueron poco a poco "perdonados". Los franquistas tenían una cierta debilidad por los anarquistas, no digamos los falangistas que les copiaron la bandera.

Y ahora están volviendo de la mano de Pablo Iglesias junior, el movimiento "indignados", los anti desahucios, las ONGs, y todos los movimientos callejeros del país.

Podríamos preguntarnos que hace que en nuestro país exista esta base social de gentes que opinan que hay que "tirar por la calle de enmedio", que la lógica de nada sirve, y que todo se arregla imprimiendo billetes aunque sean de papel de estraza, como los que imprimieron montones de pueblos durante los primeros meses de la guerra civil.

Probablemente esto sea más que ninguna otra cosa la muestra mas evidente del fracaso de nuestro sistema educativo, pero en realidad lo es de nuestro sistema social, un sistema que deja fuera a demasiada gente y la empuja a las soluciones desesperadas.

Si en los años treinta eran las masas de las zonas agrícolas las afectadas por esta ofuscación, ahora lo son las masas de las ciudades. Gentes que ven con creciente desamparo como se esfuman sus esperanzas de una vida mejor al albur de la globalización, el euro y el liberalismo.

Mientras sea gentes como Pablo Iglesias las que están detrás el asunto será menos peligroso, lo malo es que aparezcan los nuevos Durruti y Ascaso, y los otros pistoleros de la FAI, (Federación Anarquista Ibérica), y pongan a la teoría del "pan para todos", la música de las pistolas y las bombas. 

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