jueves, 26 de junio de 2014

Volvemos a la historia de España. El Carlismo Parte Primera.

Como podéis ver me ha costado un poco retomar la Historia de España, que dejé aparcada en Fernandito VII, sin ánimo para continuar.

La razón es que el siglo XIX, que en tantos otros países es el siglo de la modernidad, de la industrialización, de la burguesía, del arte, del ferrocarril, de los descubrimientos, y finalmente de la electricidad y el teléfono, en España es el siglo de la barbarie y de las guerras civiles producidas como ya dije, por el enfrentamiento entre los que querían que España fuese por el camino de la modernidad, y los que se oponían con todas sus fuerzas.

A esas guerras civiles del siglo XIX se les conoce como Guerras Carlistas, veamos porqué.

Según iba envejeciendo Fernando cambiaba y se "civilizaba". Para entendernos era un canalla, pero comenzaba a ver las evidentes mejoras que el progreso traía a otros países y se fue rodeando de personas que seguían recibiendo el apelativo de afrancesados, o sea que eran partidarios de la modernidad.

Como las fuerzas oscuras seguían allí, se fueron agrupando en torno al hermano de Fernando, Carlos María Isidro, que se erigió, por cálculo o convicción en paladín de las "leyes antiguas". Como el rey no tenía sucesión, estaba cantado que Carlos le sucedería.

Esto espantaba a los liberales que apostaban por un nuevo matrimonio de Fernando, que había enviudado tres veces sin descendencia. Finalmente el viejo traidor se casó con su sobrina Maria Cristina, quien ante el estupor general se quedó embarazada.

Cuando nació una niña, la futura reina Isabel, los ultramontanos respiraron: la sucesión estaba reservada a los varones. Pero claro no conocían al viejo traidor que cambió la ley sucesoria mediante la "pragmática sanción" permitiendo que una mujer pudiese suceder a su padre en el trono. (Hay que recordar que en España hoy la Constitución sigue hablando del primer hijo varón como heredero, por lo que ahora necesariamente habrá que cambiarla o esperar un tercer intento de Felipe y Leticia).

Esto sucedía en 1830 y a partir de ahí se comenzaron a suceder una serie de movimientos conspirativos y contra-conspirativos que culminaron con la salida hacia Portugal del ya entonces llamado "pretendiente" y su esposa, la princesa de Beira, con sus hijos dos de los cuales eran igualmente varones, el primero llamado naturalmente Carlos.

En Septiembre de aquel año murió finalmente Fernando, y Carlos Maria Isidro se proclamó sucesor. El gobierno de España proclamó a Isabel, y en todo el país se inició la insurrección de los partidarios de Carlos.

Como el Gobierno estaba al acecho y tenía todas las claves el alzamiento fracasó en todas partes menos en La Rioja, Castilla la Vieja, Navarra y el Pais Vasco.

Para los que quieran conocer el origen de la ETA es ese precisamente.

La I Guerra Carlista duró desde 1833 a 1840, y aunque los teatros de operaciones tuvieron sus epicentros en las zonas mencionadas, se extendió por toda España. Para entender su magnitud, hay que decir que solo el ejército liberal tuvo más muertos en esta guerra que la suma de los fallecidos en ambos bandos en la guerra del 36.

Destacó en la contienda el general Tomás de Zumalacárregui, hoy héroe del nacionalismo vasco, aunque originalmente era un coronel del ejército español de ideas conservadoras.

Sus cercos a Bilbao, entonces un bastión liberal, (o sea español), fueron míticos. Y en uno de ellos murió víctima de una bala perdida.

Los carlistas a punto estuvieron de conquistar Madrid, haciendo bueno lo que dice una estatua que hay en Bilbao, "el corazón de Jesús reinará en España".

Afortunadamente no llegó a reinar a pesar de que años más tarde Francisco Franco, si que entró en Madrid al frente de los boinas rojas, (ese era el distintivo de los soldados de "la causa").

El final de la guerra llegó por agotamiento de ambos bandos, más del carlista, y por un pacto "el abrazo de Vergara", que muchos vascos consideraron una traición.

Hay que aclarar que los carlistas además del absolutismo habían abrazado durante la contienda las tesis anti-centralistas, y habían comenzado a hablar de "Madrid" como origen de todos los males.

¿Os suena de algo?        

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