miércoles, 9 de septiembre de 2015

La okupación de Europa

No soy una persona ajena al sufrimiento de los demás ni alguien que olvide que lo que sucede en Siria puede ocurrir en cualquier sitio, España incluida.

Efectivamente también nosotros produjimos una oleada de refugiados tras el colapso final de la II República, y creo que ahora podemos ver con mayor claridad lo que debieron pensar los franceses cuando vieron esa marea humana acercarse a los pasos fronterizos de los Pirineos.

Y luego al final de la Guerra Mundial los flujos de refugiados fueron formidables y pusieron a países enteros en situaciones que solo fueron posibles porque las sociedades receptoras estaban traumatizadas y tan empobrecidas como los que llegaban a ellas.

Como ya he comentado en otras ocasiones, de todos aquellos flujos de refugiados solo queda el inefable "problema palestino" que nunca se ha solucionado sencillamente porque se ha hecho todo lo posible para que no se solucione a fin de que sirva como excusa para mantener al estado de Israel en tensión permanente y rodeado de enemigos.

Todos los demás se terminaron integrados en las sociedades receptoras y ahora los franceses Martínez son tan gabachos como los Dupont, y si alguno habla español lo hace con un acento terrible.

Igual pasa con los polacos que ahora son alemanes, los rusos que son británicos, o los judios alemanes que ahora son israelíes.

Entonces, ¿cual es la diferencia ahora?

En mi opinión hay grandes diferencias, y la primera es la posibilidad de asimilación cultural de los refugiados por parte de las sociedades receptoras.

La segunda es la diferencia que existe entre refugiados y emigrantes.

Y la tercera es la situación de guerra que existe entre occidentales e islamistas, y cuyas causas y consecuencias se enredan con la propia guerra civil entre shíies y sunníes, y con la geopolítica del petróleo.

Europa viene siendo asaltada por oleadas de emigrantes africanos desde hace años y como sabemos se trata de un flujo que no tiene fin debido a la explosión demográfica y a la incapacidad de las sociedades africanas para ofrecer una vida digna a sus ciudadanos.

Después, una vez descubierto el negocio del tráfico de personas por los mismos que se dedican a otros tráficos, han comenzado a llegar desde los otros paraísos de la miseria de Asia, como Pakistán, Filipinas, etc.

Siempre alegan que vienen de la guerra o de la persecución política, porque ese es el sistema para recibir trato de refugiados, pero se trata naturalmente de emigrantes sin papeles y que quieren pasar a toda costa, o sea a la fuerza.

Y esta oleada de sirios, que en realidad son sirios, irakíes, pakistaníes, afganos y de todas partes, siguen la misma práctica y metodología.

Los que organizan el tráfico provocan el tipo de situaciones que son intolerables para los europeos, incluyendo los muertos inevitables, niños incluidos, y sigue el negocio.

Desde luego que esas personas quieren legítimamente mejorar su situación, la cuestión es si tenemos la obligación de recibir a todo el que quiera sin poner ni un pero.

Y acogerlos en un sistema que ya está tocado de muerte, como es el estado de bienestar.

Europa no puede ser ajena al drama de los demás pero, tenemos que ser conscientes de las consecuencias de estos flujos de personas y necesidades, porque esto es permanente y no algo que se va a pasar en unos días.

Si los países europeos van a bajar todas sus defensas y van a permitir que los millones de africanos y asiáticos que quieren una vida mejor se instalen en nuestros países, vamos a unas sociedades inestables, inseguras, desiguales y violentas.

Es la teoría de los vasos comunicantes. Retiramos los tapones y todos vamos al mismo nivel.

¿Que somos muy humanos y nos gusta hacer el bien?, vale, pero seamos conscientes de a donde vamos.

Europa es una rareza en el mundo y estamos en trance de extinción.

Yo la verdad es que lo veo con una cierta amargura, porque me gustaba Europa y nuestra forma de vida.

Y me parece mal que se asalten las fronteras utilizando para ello toda la parafernalia escandalosa de los niños y las mujeres embarazadas, y las guerras caníbales de los islamistas.

Y me hubiese gustado que los políticos europeos hubiesen actuado antes, cuando la inexplicable e inexplicada guerra "civil" de Siria comenzó hace cuatro años.

Pero como no tenemos ni ejército ni voluntad política, y estamos en el "nunca mais", pues nos tenemos que tragar lo que nos echen.

Personas y cuentos chinos.
 

 

          

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