sábado, 11 de noviembre de 2017

Más Historia de España

Volviendo sobre el tema de la visión negativa de nuestra Historia que tenemos los españoles, leo en una crítica a la nueva película de Agustín García Yanes "Oro", que en las andanzas de aquellos españoles por tierras americanas "comenzó la decadencia del imperio".

Hay que ser un merluzo para decir que la decadencia del imperio empezaba cuando en realidad lo que empezaba era el propio Imperio, pero es que es así como piensa la mayor parte de los españoles. Y eso es muy lamentable.

Reducir la gesta de los españoles en las nuevas tierras a unos asesinatos y saqueos es tan corto de vista como reducir la Historia de Estados Unidos a la matanza de Wounded Knee. (Ya se que casi nadie conoce aquella matanza y eso es precisamente el punto).

Mientras que nosotros nos regodeamos con las partes más oscuras de las epopeyas americanas, y lo hacemos desde que nosotros mismos nos encargamos de darlas a conocer, véase la obra de Bartolomé de las Casas, los demás las ponen cuidadosamente en un rinconcito de los libros y ponen el acento en su lado brillante que también los tienen.

Pero es que nosotros también los tenemos.

Claro que hubo matanzas. Las hubo en la misma medida que las hay en cualquier conquista. Como las hubo en las conquistas de Julio Cesar o de Alejandro, como las hubo en las de Ciro o los faraones, como las hubo en la yihad musulmana o en las conquistas de Gengis Jan. Siempre hay matanzas.

La cuestión es que nosotros en America, además de matanzas, construimos ciudades. Universidades. Hospitales. Carreteras. Puertos.

Y nosotros llevamos a cabo un debate de la mayor altura intelectual para determinar si los indígenas de las nuevas tierras eran seres humanos como nosotros y decidimos que si lo eran y en función de esa decisión se promulgaron leyes, LEYES, que determinaban que los indígenas eran ciudadanos de pleno derecho de los reinos hispánicos, que no se podían esclavizar y que estaban bajo la protección real.

Eso se hizo en España. Los interesados pueden buscar en google "Controversia de Valladolid".

Mas que las espadas toledanas, fueron los virus los que diezmaron a las poblaciones indígenas, y posteriormente, y como sucede con todas las poblaciones que en el mundo son absorbidas por culturas más poderosas o eficientes, el alcohol hizo también estragos y los sigue haciendo.

Pero no hay forma.

Cada vez que hacemos una película sobre la conquista de los reinos americanos nos ponemos a nosotros mismos como un atajo de asesinos sedientos de oro masacrando a los felices indígenas que vivían en una arcadia feliz hasta que llegamos nosotros para arruinar su paraíso.

Así Cortés, en lugar de ocupar un lugar junto a Cesar o Alejandro es conceptualizado como "asesino", y nos quedamos tan anchos.

De nada sirve que recientes excavaciones en ciudad de Méjico hayan confirmado que los aztecas eran asesinos masivos o genocidas sin más, y de nada sirve que sepamos que al ejército de Cortés se sumasen miles de voluntarios indígenas deseosos de librarse de los tiranos homicidas.

Nada, nosotros a lo nuestro que es denigrarnos.

Me pregunto cuantas películas de indios y americanos describen a los americanos como locos sedientos de sangre. Muy pocas, ¿verdad?

Incluso las más críticas suelen presentar a los indios como salvajes incivilizados.

Pues nosotros nada. Los españoles unos cerdos criminales. Los indios unos seres beatíficos amantes de la naturaleza.

Y además, añado yo, lo que no se puede dudad es que los españoles somos unos ignorantes de nuestra propia Historia, y unos masoquistas de tomo y lomo que disfrutan sacando lo peor de nuestras andanzas.

¿Como es posible que podamos creer que un atajo de cerdos sedientos de sangre y oro fuésemos capaces de construir ciudades como Lima o Mejico y dejar un legado cultural que perdura quinientos años más tarde?

Que había cerdos sedientos de sangre, sin duda, pero algo más debía de haber, ¿no?   

   

2 comentarios:

Cristina dijo...

Muy cierto!
Soy americana..del sur.

Antonio Cordón dijo...

Es desesperante que no seamos capaces de superar la leyenda negra. Pero yo no me rindo. Muchas gracias por tu comentario