jueves, 13 de agosto de 2009

A vueltas con la prensa

Después de quince días de aislamiento, o como decían los ingleses de antes, espléndido aislamiento, vuelvo a la civilización donde naturalmente todo sigue igual dentro de los límites de la irrealidad creciente.

Por cierto que en este sentido he tenido ocasión de asistir a un ejemplo mas de como la irrealidad se superpone a la realidad. En uno de los muchos vuelos de estos días en la pantalla que todo asiento lleva incorporada nos retransmiten el vuelo en directo, desde una cámara situada en la cola, de manera que ya no tenemos que mirar por las ventanillas. Como en tantas otras ocasiones los medios nos atrapan con su poder hipnóptico y nos alienan de la realidad que siempre parece mucho menos lucida que lo que nos muestra la pantalla.

Pero no era de esto de lo que quería hablar, sino de la discusión sobre el futuro de los medios que me encuentro en varias entrevistas y noticias, y que parece es uno de los temas del verano.

Murdoch, el célebre editor conservador parece que ha decidido comenzar a cobrar por acceder a las ediciones digitales de sus medios, por ejemplo el The Times, como ya lo hace en otra de sus grandes cabeceras, o sea Wall Street Journal.

En otra entrevista, un consultor de medios digitales habla de sindicar contenidos y ofrecer a los lectores diferentes paquetes de contenidos, con parte de pago y parte en abierto, o con diferentes profundizaciones que se pagarían aparte, etc.

Y aquí tenemos el asunto del futbol que parece seguir por el mismo camino, el de paquetizar, ofreciendo Canal Plus un partido a la semana del Madrid o del Barcelona.

Yo sigo sin verlo claro.

Como ya hemos comentado en diversas ocasiones, el problema de los medios es que los consumidores tienen una idea tercamente arraigada sobre lo que quieren comprar y lo que no tienen intención de pagar.

Por mucha paquetización que quieran hacer, las declaraciones de Rajoy o las de Zapatero no interesan mas que a los muy forofos, y eso mismo ocurre con casi toda la información llamada política. No interesa.

Periodistas avezados en el arte de transformar la vida pública en culebrón tienen que matarse cada mañana para encontrar argumentos en los trajes del presidente valenciano, o en las supuestas escuchas de Rubalcaba.

¿Pagar por esa basura?

La información internacional que se despacha en los medios nacionales es de una superficialidad que aburre a un bibliotecario con transtornos bilaterales, y en cuanto a la información económica carece de toda fiabilidad.

¿Pagar por eso?

Solo queda la información deportiva y la de "sociedad" que no hace falta pagar porque es la única que recauda publicidad, y la del tiempo o los espectáculos, que es residual.

Hay medios interesantes, (que hay que leer en ingles), como The Economist, y alguna revista especializada, que no creo que tengan problemas de subscripción, pero la prensa diaria solo cubre una necesidad de satisfacer una costumbre. Una costumbre pero no una necesidad de verdad.

No necesitamos los periódicos. Esa es la verdad.

La crisis de la publicidad y la competencia de la red ha dejado al descubierto esta realidad y a mas de uno se le están cayendo los palos de un sombrajo debajo del cual han vivido comodamente instalados durante muchos años.

El periodismo tiene que hacer una profunda reflexión.

Convertirse definitivamente en culebrones con los personajes de los partidos, como ha hecho la televisión en abierto con los famosos, o buscar fuentes de financiación alternativas que puedan pagar redacciones profesionales.

Yo no me siento inclinado a pagar por entrar en ninguna web de medio español, la verdad.

Tampoco voy a pagar por ver al Barcelona.

Voy a pagar por The Economist y por el Real Madrid.

Los demás que se empiecen a buscar la vida.

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