domingo, 6 de mayo de 2012

Evolucionando consolas

Entrada 1.201, que aprovecho para retomar esto de la escritura, para lo que cada vez me es más difícil hacerle hueco. En este caso me pongo al teclado para hablar de la difícil situación que vive el mundo de las consolas, ya que la transformación se hace necesaria para no perder la comba en el salto de generación que se cierne.

Igual que de los ordenadores se pasó de manea inmisericorde al dominio de las consolas de sobremesa y las portátiles, los fabricantes de consolas (principalmente Nintendo, Microsoft y Sony) tratan de posicionarse frente a un nuevo cambio de poder. Las portátiles cada vez pierden relevancia a favor de los smartphones y sus juegos, que en su simpleza parecen haber encontrado una activo mayor que los propios inconvenientes relacionados. Así, Microsoft se adelantó no queriendo sacar al mercado una consola portátil, Sony prácticamente da por perdida su última PSP y Nintendo intenta mantenerse con la 3DS, con cuestionable éxito.

En el bando de las consolas de sobremesa, tanto Microsoft como Sony alargan la vida de sus propuestas, en una inusualmente longeva  generación. La Nintendo Wii abrió brecha en un mercado ignorado hasta ese momento, el más casual y social, pero la falta de regeneración y los movimientos de las 2 primeras la han ido arrinconando en su cuota de mercado. Estas Navidades saldrá la Wii U, pero las expectativas son bajas, tanto por lo tardío de su aparición como por la falta de alineamiento con lo que esperan los usuarios.

Y es que la guerra empieza a tender hacia otros derroteros. Tanto Microsoft como Sony están marcando una estrategia de doble vertiente, muy similar la una de la otra. En un brazo, las aplicaciones móviles (no sólo juegos) en sus respectivas plataformas. Unos apuestan por Windows Phone y otros por un Android personalizado, pero en ambos casos un ecosistema propio. En el otro brazo, la consola de sobremesa, cada vez menos consola y más centro de ocio, alimentando el mismo ecosistema. Como en las portátiles, ya no se trata sólo de juegos sino de aplicaciones en el salón: vídeo, fotos, social media...

Por eso se está alargando tanto esta generación. Porque la guerra ya no está en las capacidades de las portátiles o de las consolas, sino en lo que se puede hacer con ellas, en la parte lógica de los dispositivos. Microsoft y Sony lo han entendido y hacia allá están dirigiendo sus esfuerzos. Mientras tanto Nintendo sigue tratando de insuflar vida en su última consola portátil y en una futura consola para jugar al Mario en la tele. Ese es su gran error.

1 comentario:

CER dijo...

juegosdeponiente.com

La evolución de las videoconsolas ha sido asombrosa: desde simples pixeles a mundos inmersivos. Cada avance tecnológico redefine cómo jugamos y nos sumerge en experiencias de juego inimaginables.