viernes, 20 de septiembre de 2013

Bienestar ¿un lujo a nuestro alcance?

No quería dejar pasar la noticia publicada hace dos días, respecto a una declaración institucional del gobierno holandés sobre la insostenibilidad del "estado del bienestar".

Resulta bastante iluminador que en Holanda, país garantista donde los haya, que cuando nosotros quemábamos a los judios ellos los admitían y los respetaban, se den estos debates y en nuestro país desde la derecha a la izquierda del arco parlamentario se niegue con contumacia e hipocresía dicha realidad.

Y sin embargo deberíamos mirar a ese pequeño país, cuya riqueza natural más importante es el lodo, y que a pesar de ello tiene una de las rentas per-cápita más altas del mundo.

Eso no se consigue teniendo gobiernos de estupidos ignorantes y arrogantes caraduras como nos sucede a nosotros, sino teniendo cabeza, visión de largo plazo y coraje del de verdad, que es aquel que nos lleva a decir la verdad cuando dicha verdad es incómoda.

El "estado del bienestar" se ha venido abajo en toda Europa como consecuencia del abuso a que ha sido sometido por las políticas populistas y los excesos buenistas que han campeado por nuestras latitudes en las últimas décadas.

Cuando se exige que las operaciones de cambio de sexo las pague la Seguridad Social podemos dar por seguro que el sistema ha llegado a los límites del absurdo.

Cuando se exige que tratamientos experimentales para enfermedades raras las sufraguemos entre todos estamos ante lo imposible.

Cuando se trata el cancer incluso en pacientes pasados los noventa años de edad, a base de medicamentos que cuestan una fortuna, es que nos hemos olvidado de donde sale el dinero.

El día en que se empezaron a pagar pensiones "no contributivas" se mató el sistema de pensiones que estaba basado en primero cotizar y luego retirar lo cotizado.

Todas esas cosas son justas. Son buenas y a todos nos calienta el corazón saber que nadie se queda desamparado por muy mal que pueda estar.

Lo malo es que no hay forma de pagarlo.

Y Holanda, el país que albergó al gran Baruch (Benito) Espinoza, (quien mantuvo la probablemente primera tertulia de exilados españoles de la historia), es el primer país que lo reconoce y se apresta a tomar medidas.

¡Como me gustaría que en España pudiesemos discutir de estos temas fundamentales en lugar de perder el tiempo con las maldades catalanas, o las ocurrencias de nuestro sistema de "justicia"!

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