jueves, 12 de septiembre de 2013

Freedom for Spain

No me gusta hablar de los nacionalismos. Como son enfermedades del alma tienen mala solución y esa solución no puede ser impuesta desde fuera si no es a base de cañonazos y campos de concentración.

Tampoco quiero entrar en esa falsa polémica de si hay que dar mas a los catalanes, o si es justo darles mas.

Aquí la cuestión que a mi me preocupa es la situación de MI país, sea este de las dimensiones que sea.

Desde el comienzo de la Transición, hemos ido vaciando de contenido el término España, para que los catalanes y los vascos se sintieran "agusto" en el "estado español".

Naturalmente no solo no se han sentido "agusto" sino que han ido subiendo el listón de sus reinvidicaciones y de sus insultos y provocaciones.

Y mientras España ha ido desapareciendo del mapa, no solo del externo, sino también del interno, ya que hoy día los escolares de cualquier lugar de la antígua España, lo que aprenden son los "hechos diferenciales" de Aragón, la Adalucia Oriental o Navalcarnero.

Pues bien, yo quiero vivir en un país de verdad en el que ser de mi país no sea un acto vergonzante.

Yo quiero que cuando se emita el himno nacional en mi país no sea contestado con aullidos y silbidos.

Yo quiero que en mi país los escolares reciban una educación sobre su historia, que les explique quienes son, y que les permita imaginar colectivamente a donde queremos llegar como sociedad.

Yo quiero un país en el que no haya que debatir cada legislatura quienes somos o si debemos poner nuestra bandera en los ayuntamientos de nuestras ciudades.

Y si para ello tenemos que hacer un  referendum para determinar que regiones quieren seguir siendo españolas y cuales no, pues que se haga de una puta vez.

Creo firmemente que España solo podrá recobrar su autoestima y por tanto plantearse un futuro colectivo, si los catalanes y los vascos se van.

Si además se quieren ir lo gallegos o los canarios, o los que sea, que se vayan ya y no esperen a mañana.

Pero los que se queden, ya saben, a trabajar y a vivir: y las autonomías y las demas canonjías de los políticos profesionales al baul de la historia de los errores humanos, de donde nunca debieron salir.  

2 comentarios:

El Abuelo dijo...

El problema de esa opción, que no pareces tener en cuenta, es que los catalanes y los vascos que se sienten españoles o que, simplemente prefieren seguir perteneciendo al Estado español, tienen derecho a que se defienda legalmente su situación actual.

Antonio Cordón dijo...

Los catalanes y vascos que se sienten españoles son una minoría silente en la mayor parte de los casos. Menos en el caso vasco, donde algunas personas han dado la cara, (y han sido asesinados). Lo mismo ocurría en Argelia, o en cualquier país que accede a la independencia desde la pertenencia a otro estado.
Me temo que la historia no es muy clemente con estas minorías pilladas en medio de los grandes movimientos geopolíticos.
La cuestión es si nosotros, los españoles, tenemos derecho tambien a tener un país.
Yo creo que si.