lunes, 28 de octubre de 2013

Becas y becarios

La reciente huelga de estudiantes y profesores contra la llamada "Ley Wert", es uno más de los múltiples episodios de la larga marcha que los políticos españoles han emprendido hacia la incultura total.

Cada gobierno intenta dejar su huella en un sistema que no funciona, y la oposición sistemáticamente boicotea el intento.

Nadie parece pensar en las consecuencias de semejante estrategia suicida. Simplemente, si el PSOE propone una ley, el PP saca a sus electores a la calle, y si es al revés, el PSOE saca a los suyos.

El resultado es el bloqueo de cualquier posibilidad de arreglar un sistema que nos ha conducido a los últimos lugares en el ranking de la educación europea.

Mientras, los corifeos de unos y otros dicen las cosas más graciosas, como si los que les escuchamos fuésemos unos extraterrestres que no entendiésemos de que va esta indignidad.

Uno de esos corifeos hablaba el otro día en la SER, ¡dónde si no!, sobre las becas y su tratamiento en la nueva ley.

Era un director de instituto, ¡pobres alumnos!, que clamaba contra el gobierno que pretende quitar las becas a aquellos estudiantes "que no aprueban ni la mitad de las asignaturas".

Le parecía a esta lumbrera educativa, que eso era una agresión al "principio de igualdad de oportunidades", y luego pasaba a decir que los damnificados no podrían devolver las cantidades, ya que "se habían gastado el dinero en libros y material educativo".

En primer lugar la pregunta que me hago como ciudadanos es: ¿cual es el criterio para adjudicar becas ahora mismo?

Si se dan becas alumnos que no aprueban ni la mitad de las asignaturas, es decir que probablemente no aprueban ninguna, ¿en que se diferencian estos de los que si aprueban?

¿Cree de verdad el probo educador que esos alumnos se han comprado los libros y el material escolar?

¿No será que se han gastado el dinero en tabaco, botellines y otras sustancias provocadoras de alegrías fáciles?

¿Que clase de sistema tenemos que no permite que los que quieran estudiar puedan hacerlo en un ambiente en el que no se vean molestados por los que en virtud de la igualdad de oportunidades no quieren estudiar?

Y por último: ¿como es posible que se defienda la concesión de becas para estudiar a gente que manifiestamente no quiere estudiar?

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