Los vecinos de Vinaróz, (ahora Vinarós), están alarmados.
Una serie de terremotos de baja intensidad, vamos que solo se han enterado de ellos porque les han dicho que los sismógrafos los han recogido, han alterado gravemente el ánimo de la población que se ha echado a la calle para pedir el desmantelamiento de una instalación costera que fué primero un pozo de petróleo, y ahora tras su vaciamiento, se ha convertido en depósito de gas.
Rápidamente, el ministro de Industria y Energía ha salido a la palestra para asegurar que "el gobierno lo tiene todo controlado". Naturalmente tal afirmación, rayana entre el ridículo y lo ofensivo, solo ha servido para que el pueblo se haya sentido todavía más alarmado.
A la vez los payasos atonómicos de la Comunitat Valenciana y la Generalitat Catalana, se han apresurado a ponerse "de parte de la población", exigiendo todo tipo de garantías.
Los del PP, como siempre han aprovechado para deslizar que como la autorización del depósito se hizo en tiempos de Zapatitos, no se habían realizado los estudios pertinentes.
Los tertulianos han debatido sesudamente, como suelen, sobre como es posible que siendo Zapatitos y sus secuaces tan seguidores del medioambiente, no hubiesen pedido todos los informes, deslizando que claro, una cosa es lo que se dice y otra...
Finalmente he escuchado en una emisora de radio al responsable de la empresa propietaria del depósito al que le concedían unos minutos para que se explicara.
El hombre decía:
Que si que se habían hecho todo tipo de estudios exaustivos. (Naturalmente porque era una inversión muy grande).
Que la falla existente en la zona no se había movido.
Que en todas partes hay pequeños movimientos sísmicos.
Que el depósito no había sufrido el más mínimo daño.
Que Vinaroz-Vinaros tampoco hacía sufrido ni un rasguño.
Que los pozos de petróleo vacios hay que llenarlos de algo, sea gas o agua de mar.
Que los depósitos de gas son necesarios para asegurar el suministro en caso de crisis.
Que el depósito había costado una pasta.
Nada de lo que decía le importaba un bledo a nadie.
Si los vecinos de Vinaroz-Vinaros se sienten amenazados eso pasa por encima de todo.
Y yo me pregunto:
Los vecinos de Vinaroz-Vinaros, ¿estarán en contra de la calefacción y el agua caliente? ¿Creerán que la electricidad que hace funcionar sus aires acondicionados sale del éter? ¿Creerán que la plataforma, (que el de la empresa se apresuró a decir que estaba fijada en el lecho marino), puede moverse al pueblo de al lado? ¿Creerán que pinchando el lecho marino se rompe la corteza terrestre?
Yo comenzaría una campaña que explicase a nuestro iletrados ciudadanos, que en la Arcadia Pastoril se es muy feliz, pero no hay luz, ni teléfono, ni calefacción, ni pizza.
Y que si quieren todas esas cosas es necesario pasar por algunas incomodidades.
Y que cuando se presenta un problema hay que preguntar a los que saben. Y hay que huir de los políticos.
miércoles, 9 de octubre de 2013
Otra vez la murga de la Alarma Social
Publicado por Antonio Cordón a las 18:04
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