Nos espían

Al final, el abuelete Margallo ha tenido que admitir a regañadientes que "el amigo americano" nos está escuchando hasta cuando hablamos con nuestras mamás para desearles buenas noches.

Que harán con esa información, es algo difícil de imaginar.

Comprendo que espiasen a Zapatitos, que al fin y al cabo les había hecho la jugarreta gamberra de marcharse de Afghanistan sin avisar, y podía hacer otras pirulas, que las hizo, pero no imagino que Rajoy les haya ocultado nada jamás como no sea su combinación de la bonoloto.

Dice Kit Dotcom que nosotros somos serviles al máximo con el gobierno Obama y a cambio nos espían como si fuésemos afganos. Tiene razón.

Otro tertuliano esta mañana decía que no nos quieren como aliados sino como cipayos. Tiene razón.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los americanos se han acostumbrado a ver Europa, con la excepción del Reino Unido, como un conjunto de países decadentes y poco fiables...y tienen razón.

Desde fuera parecemos un conjunto de sociedades incapaces de gobernarse, de defenderse e incluso de administrarse.

Nos ven como hedonistas, triperos, vagos, y...socialistas. (O sea lo peor). Gentes que en vez de querer libertad quieren comodidad, y gobiernos que no admiten ninguna tensión, ya que se vienen abajo en cuanto un grupo de terroristas desarrapados nos amenaza.

Saben que mientras ellos mantienen una guerra (seguramente equivocada), contra el terrorismo musulmán, nosotros negociamos con los países terroristas.

Saben que en todos nuestros países anidan células islamistas dispuestas a todo.

Saben que no vamos a incrementar nuestros gastos militares, ni de defensa en general, sino que los vamos a disminuir.

Saben que de nosotros solo les interesa nuestro territorio como plataforma para llegar antes a los puntos de conflicto. (Y nosotros también lo sabemos).

Dejo para otro post la cuestión de como hemos facilitado a los americanos que nos espíen, al haber desmantelado las antiguas redes de telecomunicaciones, (que eran mucho más difíciles de penetrar), para pasarnos a las redes internet, cuyos centros vitales están, ¡oh casualidad! en los USA.