domingo, 12 de enero de 2014

¿Como hemos llegado hasta aquí?

Esta expresión en boca de un veterano militar al final de un debate sobre la responsabilidad de los administradores públicos, resume la perplejidad que sentimos muchos ciudadanos al contemplar cada día las tropelías de esa clase infame que es la entente políticos-periodistas.

¿Como hemos llegado a esto?

Los titulares que se refieren al caso de Cristina de Borbón son un curso rápido para establecer el nivel de la ignominia, de sumisión al pesebre y de falta de ética elemental que acomete a personas que se denominan periodistas pero que deberían ser denominados por otro título mucho más apropiado que es el de lacayos.

Sin vergüenza y sin pudor, esos periodistas se apuntan a defender tesis absurdas y grotescas, que una cosa es que defiendan los abogados defensores, que esa es su misión, y otra muy distinta es que mantengan quienes tienen la obligación de acercarse a versiones mas o menos objetivas, pero en todo caso contrastadas y honradas.

Lo mismo nos machacan con los mensajes de que la crisis se ha terminado como ahora defienden la españolidad de Cataluña, y en todo caso la "inocencia" de Cristina Borbón (sin "de" ¡que demonios!).

Necesitamos urgentemente una oleada de regeneración pública que se lleve por delante a esta clase corrupta de capitalismo de amigos y de corruptelas clientelares basadas en la irresponsabilidad legal, la amoralidad pública y privada, las falsas ideologías y la ausencia de un proyecto nacional.

Hoy apunto como lectura casi obligada la introducción del libro de Luis Garicano, "El dilema de España", que publica El País en su suplemento "salmón".

Propone Garicano una restauración basada en tres pilares: "Reducir el tamaño del Estado sustancialmente, incrementando a la vez la independencia y la capacidad de los organismos reguladores para asegurar que el mercado funciona de verdad, a favor de los ciudadanos y no de los amigos del régimen. En segundo lugar, abrir el sistema político para asegurar que los representantes de los ciudadanos no son solo los funcionarios por oposición o los políticos profesionales, sino todos aquellos que tienen inquietud y están capacitados para ello. Y, por último, cambiar a fondo el sistema educativo para que los españoles adquieran la formación necesaria para competir en la moderna economía del conocimiento".

Yo me apunto y lo traduzco: eliminar el estado de las autonomías, listas abiertas y cierre de las universidades públicas. Purga de políticos de todos los organismos reguladores. Especialmente del poder judicial. Cierre de TV1 y de todas las televisiones autonómicas. Ley de Responsabilidad de Administradores Públicos incluyendo penas de cárcel y confiscación de bienes para los que se hayan pringado sean los que sean, incluyendo a la infanta y su marido y los que les dieron el dinero, que a fecha de hoy no han sido ni siquiera imputados.

Ayer me contaron que los votos nulos no se contabilizan para la subvención a los Partidos Políticos tras las elecciones.

Cuando vayamos a votar escribamos en la papeleta "¡listas abiertas!".


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